Cada vez es más habitual que las conversaciones sobre el fútbol giren en torno a lo impersonal que se ha vuelto el deporte rey. Si antes su alma estaba compuesta por triangulares de verano, gestas y actuaciones de leyenda, ahora parece que son la burocracia y el dinero árabe quienes forjan su destino. Una oscura modernización que no teme tocar a los grandes iconos, tanto en los terrenos de juego como en las gradas. Y han sido las pipas, el matanervios por antonomasia de los aficionados, el último elemento en verse afectado, aunque parece que está de sobra justificado.
El Valencia anunció que desde esta misma temporada se prohibirá la venta del producto en Mestalla y, mediante un comunicado, insta a la gente que acuda al estadio a que no consuma este producto, o que al menos no tire sus restos al suelo. Esta radical medida se debe a que las cáscaras de pipa han generado un auténtico problema de sanidad en el recinto valencianista.
Como explica el propio club, las cañerías del estadio se han visto colapsadas por los residuos, un escenario que puede generar incidentes los días de lluvia. Además, la limpieza de cáscaras cuesta una auténtica millonada. El Valencia asegura que desde 2018 se ha dejado la friolera de 250.000 euros para deshacerse de ellas. Un proceso que tampoco gusta a los vecinos que viven en las inmediaciones de Mestalla, ya que las máquinas necesarias para despejar el suelo generan mucho ruido. Y para colmo, las cáscaras atraen a las ratas.
Valencianista, ayúdanos a mantener limpia nuestra casa: No tires las cáscaras de las pipas al suelo en el Camp de #Mestalla 🏟️#ADNVCF 🦇
— Valencia CF (@valenciacf) August 1, 2023
Pese a que pueda sonar pionero, el Valencia no es el primer club en España que toma esta medida. La Real Sociedad, cuando estrenó el Nuevo Anoeta en 2019, comenzó a repartir entre sus aficionados unos recipientes biodegradables para que tirasen las cáscaras. Cuando acababa el partido, estos se depositaban en unos contenedores específicos y todo lo recogido se transformaba en abono para los parques y huertos de la provincia de Guipúzcoa.
Un snack centenario
Si en Alemania es habitual ver a los hinchas disfrutando de ingentes cantidades de cerveza, es España las pipas son el gran compañero en las gradas. Un aperitivo que, en el ámbito futbolero, solo se consume en nuestro país y que pese a que llegó a nuestras tierras cuando el país era un imperio, no se popularizó hasta la década de los 60. Fue subiendo escalones hasta convertirse en parte del ritual futbolístico, como los cánticos o los bocatas del descanso, pero ahora parece que comienza a ser cercado. Por lo menos en Mestalla, que tendrá su primera prueba del algodón el próximo cinco de agosto, en el Trofeo Taronja ante el Aston Villa.