Las cifras no mienten, son tozudas: el cine español vive en la taquilla, principalmente, de la comedia familiar. Desde 2019, uno de los títulos de Santiago Segura ha liderado cada temporada la venta de entradas de filmes españoles, incluso cuando, recién levantado el confinamiento provocado por la pandemia, tomó la decisión arriesgada de estrenar en julio de 2020 Padre no hay más que uno 2. Hoy se ha abandonado la dinámica de basar los guiones de las comedias españolas en ideas importadas (en realidad, filmar sus remakes) por un alud de cine familiar, hasta el punto de que, como advierte María Luisa Gutiérrez, de Bowfinger Pictures, la productora que codirige junto a Segura, “nos acercamos a la saturación del mercado, porque las salas solo programan dos o tres productos y dejan de lado al resto”.
Hoy jueves llega a las pantallas Vacaciones de verano, de Santiago Segura, que a pesar de estrenar desde 2019 en el estío nunca había desarrollado en esta estación una de sus comedias. Es probable que cuando acabe 2023 este sea el título más taquillero del año. Como ha pasado desde 2019 con Padre no hay más que uno: la sombra de Segura es alargada. “Al menos, ya son guiones originales”, apunta Borja Cobeaga. El cocreador de Ocho apellidos vascos se refiere a la oleada de remakes en que se había zambullido la comedia española antes de la pandemia. Padre no hay más que uno, la líder de taquilla en 2019, se basaba en la argentina Mamá se fue de viaje (ha habido también versiones mexicana e italiana). La segunda en recaudación de aquel año, Lo dejo cuando quiera, versionaba a la italiana Lo dejo cuando quiero, de la que en su país de origen se han filmado dos partes más. Y la tercera, Si yo fuera rico, se basaba en la francesa ¡Si yo fuera rico! Más ejemplos: la película más vista en televisión en 2022 fue Operación Camarón —en Telecinco el 26 de febrero— con 2.549.000 espectadores, remake de un filme italiano.
Cobeaga ha rechazado dirigir algunas de estas versiones. “Aunque ahora he sido padre y me apetece hacer una comedia familiar. Es más, mi siguiente rodaje será Los aitas, el año que viene, y pertenece a este género”, cuenta el responsable de Negociador o Fe de etarras, y que el año pasado en televisión, creó y dirigió la serie No me gusta conducir. “Mi hijo solo ha visto mío Superlópez [era uno de los guionistas] y me apetece que vea algo más. Es cierto que si piensas en términos comerciales lo que funciona es la comedia familiar española. Y los hijos tiran de los padres. Es como si hubiera muerto la comedia juvenil. Yo le echo la culpa a los remakes, que arrasaron con todo”. Creadores como Javier Ruiz Caldera o Daniel Sánchez Arévalo buscan otras vías, mientras que en pantalla se estrenan trabajos de Carlos Therón y Paco Caballero, junto a creadores incombustibles como Nacho García Velilla o Dani de la Orden.
Otro de los guiones en marcha de Cobeaga es Altas capacidades, “una sátira negrísima sobre la elección de colegios” coescrita con Víctor García León (Vete de mí, Selfie), que ha estrenado ahora ¡Vaya vacaciones! “Para saber por qué pasa esto habría que hablar con un sociólogo o con alguno de los terapeutas de los ejecutivos de las televisiones privadas, que apuestan más por este cine”, responde García León. “Son barros que trae la pandemia, porque el público familiar fue de los primeros en volver. En realidad, la gracia del público es que no hay quien lo entienda”, incide. “Yo hago todas las películas con todo mi amor, sean personales como Los europeos, que no funcionó en taquilla, o de encargo. No me pongo a sacar conclusiones porque, si no, me estallaría la cabeza”.
En cambio, sí cree que la política cultural tiene algo de culpa en este triunfo del género familiar. “No hay pluralidad de medios, las dos grandes operadores de cine, las dos televisiones privadas, poseen criterios muy similares. Pero yo no sé cómo se hace un taquillazo. En realidad, el problema es que se ha atacado el modelo de producción media, en que tan bien se movía el cine español: de autor, aunque con reparto conocido, y con un pie en cada sitio, entre la industria y lo indie. Berlanga, Almodóvar, Saura, Trueba, Cuerda… La legislación, hostil, ha expulsado esa producción, y eso no es culpa de las televisiones, nace de una voluntad política que prima lo industrial o lo más pequeño. ¿El resto? Laminado”.
El año de la pandemia Padre 2 recaudó 13 millones de euros y el cine español sumó en total 43 millones (en el top 10 había otros dos filmes calificables de comedia familiar). En 2021 A todo tren logró 8,5 millones de un total de 42 millones (con otras dos comedias familiares en el top 10). En 2022 en julio estrenó Padre 3 (15,6 millones de euros) y a inicios de diciembre A todo tren 2 (4,7 millones) —dirigida por Inés de León—, primera y cuarta en el listado de las más taquilleras en un cine español que sumó 82,7 millones gracias también al segundo puesto de Tadeo Jones. La tabla esmeralda (11,8 millones). Y hasta el pasado 25 de junio, la taquilla de filmes españoles la encabezan en 2023 Momias (5,8 millones) y ¡Vaya vacaciones! (4,6 millones). En sexta posición todavía asoma A todo tren 2 gracias a su campaña navideña con 1,8 millones en este ejercicio. El dinero manda.
Y por ahí va también María Luisa Gutiérrez: la falta de pluralidad no la provoca ni el público ni los cineastas. “Padre 1 funcionó mucho mejor de lo que esperábamos y por eso seguimos esa línea. Anteriormente habíamos probado la comedia femenina con Sin filtro, y no obtuvo tanto éxito”, recuerda la productora. “Padre 1 es algo que siempre había querido hacer Santiago, aunque nunca se había planteado el cuándo. Y tras su éxito nos sentimos cómodos. Vivimos el cambio generacional, en la Gran Vía madrileña [donde se sitúa la oficina de su empresa] dejan de conocerle por Torrente y los niños se acercan a él”. Y ahonda, contundente: “Es malísimo que en la cartelera solo haya hueco para comedias familiares o para superhéroes. Si queremos que funcionen las salas de cine, deberíamos impulsar mayor variedad. Vacaciones de verano no va a funcionar peor porque esté en menos pantallas. Esto es cortoplacista, malo para la industria, y habría que programar los cines con más títulos”.
Muchas salas, pocas películas
En Bowfinger han sufrido ellos mismos esa ausencia de hueco en la diversidad, cuando han estrenado thrillers como Lobo feroz o No dormirás o comedias para adultos como De caperucita a loba, de Marta González de Vega, que llevó a la pantalla su libro, que ya había pasado por el teatro. Esta cómica es, además, la coguionista de los filmes de Segura. “Este proceso creativo es incompatible con la vida”, cuenta entre bromas y veras González de Vega. “Me reúno y hablo mucho con Santiago, batallando porque cada película sea diferente y especial. Cuando haces sagas, preocupa que cada filme supere a la anterior. Ojalá Vacaciones de verano sea primera de saga”. Y apunta dos detalles: “Insisto mucho en que cada niño tenga su personalidad. Yo me involucro mucho y cuando escribo hasta cambio mis horarios para hacerlo de noche. Casi lo único que hago es escribir y dormir”. ¿Lo bueno y lo malo de la comedia familiar? “Que si la haces bien es disfrutable por todos los públicos, incluso para mujeres como yo, que no somos madres. No es lo peor, pero lo más difícil es que vas atada de manos y todo debe de ser humor blanco”.
Gutiérrez explica que, aunque algunos les acusen de ello, “no estamos haciendo siempre la misma película”. “Cambian los actores, las localizaciones… Nuestra empresa está muy bien engrasada, desde administración a creatividad. Muchas veces arrancamos las preproducciones sin guion rematado, cruzando mucha información con Santiago y Marta. Y ayuda que sean dos: Santiago está de promoción, y a la vez él y Marta escriben Padre 4 para llegar a verano de 2024″. Con todo, Gutiérrez ve posible “una saturación del mercado porque otros intentan replicar la fórmula. Pero no por el género, que la comedia familiar lleva décadas en el cine y dentro de ella se pueden contar miles de historias. El que puede acabar agotado es el espectador. Me preocupa que el público vea que en las salas no puede elegir, y nos abandone. Las salas lo han pasado mal, pero, como ejemplo de pescadilla que se muerde la cola, solo programan lo que funciona y por ello funciona en exclusiva eso, restringiendo la oferta y expulsando a parte de la audiencia”.
El 4 de agosto llegará a salas De perdidos a Río, una comedia mucho más gamberra, de Joaquín Mazón (Cuerpo de élite, La vida padre), director que ya ha rodado su siguiente trabajo… una comedia familiar titulada La Navidad en sus manos, con Segura como Santa Claus (esta época invernal también lleva dos años de gloria en el cine español). Mazón repite algo comentado previamente por todos los entrevistados: “Santiago hace lo que quiere, lo que le motiva”. ¿Le preocupa a Mazón la carrera de De perdidos a Río? “Sí, claro, y con lo que ha gustado en los pases previos… No creo que sea la comedia familiar la que la pueda matar, sino la búsqueda exacerbada de la cuota de mercado”. Aunque reflexiona: “El cine es ahora un evento, un acontecimiento familiar”. Y ahí, cree, hay una inversión: “Esos niños que van hoy a salas crecerán y se pasarán a otras comedias. Hacemos cantera, educamos a gente a que se concentre y disfrute algo hora y media, alejándose de los móviles. ¿Lo importante? Que sea cual sea la comedia, pienses no solo en las risas, sino en contar algo más. Todo merece su dignidad”.
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