El actor Paul Reubens, más conocido por el popular personaje que creó y al que dio vida durante décadas, Pee-wee Herman, falleció la noche del domingo, tal y como se ha anunciado a través de su perfil de Instagram, con unos 410.000 seguidores, el lunes por la mañana, hora del Pacífico: “La pasada noche nos despedimos de Paul Reubens, un icónico actor estadounidense, cómico, escritor y productor cuyo querido personaje Pee-wee Herman deleitó a generaciones de niños y adultos con su carácter positivo, sus extravagancias y su convicción acerca de la importancia de la amabilidad. Paul luchó con valentía y en privado durante años contra el cáncer, con su característico ingenio y tenacidad. Un talento prolífico y dotado, vivirá para siempre en el panteón de la comedia y en nuestros corazones como un amigo querido y un hombre de carácter extraordinario y de generosidad de espíritu”, señalaba.
Reubens tenía 70 años —cumplía 71 este agosto— y el mensaje de despedida familiar llegaba acompañado de una cita suya donde describía un poco más su enfermedad. “Por favor, aceptad mis disculpas por no hacer público con lo que he estado viviendo desde hace seis años. Siempre he sentido un enorme amor y respeto por parte de mis amigos, fans y seguidores. Os he querido muchísimo y he disfrutado haciendo arte para vosotros”. En el mensaje se explica que Reubens, soltero y sin hijos, pedía que en honor de sus padres, ya fallecidos, quien quisiera honrarle hiciera donaciones a organizaciones en la lucha contra el cáncer, la demencia y el alzhéimer.
Reubens fue un conocido cómico nacido en Nueva York en 1952 y criado en Florida, pero que desarrolló la mayor parte de su carrera en Los Ángeles; de hecho, tiene una estrella en el Paseo de la Fama desde julio de 1988. En los años setenta, se unió a un grupo de comedia e improvisación angelino llamado The Groundlings, y a partir de ahí empezó a gestar una faceta cómica que cuajó a finales de esa década y estalló a principios de los ochenta con la creación de Pee-wee Herman, un personaje adulto de un hombre cómico, una especie de Mr. Bean estadounidense, con traje gris, pajarita roja y zapatillas, con un humor que en esa época gustó a niños y adultos. Tanto que en 1985 Tim Burton lo llevó al cine en La gran aventura de Pee-wee; este lunes, tras su muerte, Burton ha querido darle las gracias a Reubens por cuánto le ayudó en los inicios de su carrera: “No lo habría logrado sin su apoyo. Era un gran artista. Le echaré de menos”.
Después, su programa Pee-wee’s Playhouse se mantuvo, desde 1986, cinco temporadas en antena. Además, tuvo especiales navideños, apariciones en Barrio Sésamo… Durante los noventa y los 2000 hizo más programas, películas y capítulos sueltos donde retomó a su personaje. El último fue en 2016, en un especial para Netflix que él mismo escribió junto a Judd Apatow. Poco después fue diagnosticado de cáncer. Ese papel le granjeó al show —que no a él— tres nominaciones al Emmy; no ganó ninguna.
Ya como actor, más allá de su personaje estelar, Reubens hizo muchos papeles de doblaje, así como cameos y pequeñas apariciones en películas como Batman Vuelve, Matilda, Doctor Dolittle, Tom&Jerry… y en series como Rockefeller Plaza, Phineas&Ferb, Buffy Cazavampiros, Ally McBeal… En 2001 fue muy aplaudido su papel como camello y peluquero en Blow, junto a Penélope Cruz y Johnny Depp.
Pero más allá de las risas, la vida de Reubens también tuvo un par de nubarrones que empañaron su carrera. En 1991 fue arrestado después de estar, supuestamente, masturbándose en un cine de adultos, el South Trail Cinema en Sarasota, Florida, donde vivían sus padres. Le liberaron tras pagar una multa de 219 dólares y él se declaró no culpable. No llegó a ir a juicio, pero más adelante afirmó que todo era mentira, y se justificó asegurando que la policía dijo que le había encontrado masturbándose con la mano izquierda cuando era diestro, algo que peritos expertos hicieron ver que era algo inédito. Él entonces se refugió en casa de una célebre filántropa, Doris Duke, heredera de un imperio del tabaco; de hecho, llegó a casarse en broma con la hija adoptada de Duke, algo que a ella no le gustó. Como contó en una entrevista con Playboy años después, en 2016, sufrió al ver a quienes creía que eran sus amigos haciendo bromas sobre él en televisión. Su programa dejó de emitirse, se retiraron sus juguetes e, incluso, en televisión se daban entrevistas con psicólogos para explicarles a los niños porque Pee-wee se había marchado para no volver.
En 2001, la policía registró su casa tras un supuesto chivatazo para buscar pornografía infantil y encontraron fotografías antiguas. Finalmente, no le acusaron de posesión y llegó a un acuerdo para no ir a juicio. Reubens se declaró culpable de un cargo menor de obscenidad y se inscribió en el registro de delincuentes sexuales durante tres años en los que estuvo en libertad condicional.
Reubens nunca se casó. En los años noventa salió con la actriz Debi Mazar, a quien siempre le atribuyó el mérito de ayudarle a salir de la depresión en la que estuvo sumido tras su detención de 1991 y cuando muchos de sus proyectos se cancelaron. En una entrevista que ella concedió hace un lustro, explicó que “nunca hubo consumación”, que eran “amigos” y mantenían “una relación cerebral”, yendo juntos a todas partes. Sin embargo, llegaron a comprometerse en 1994, pero ese mismo año cortaron.
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