Excepcional en el ejercicio defensivo y determinante en el ataque, además de en los momentos calientes, a Joel Parra (Barcelona; 23 años) se le había quedado chico el Joventut, el club de sus amores, donde se forjó desde bien niño. Su temporada, para enmarcar -9,6 puntos, 5,5 rebotes, 1,1 asistencias y 12,2 de valoración por partido que le valió su sitio en el segundo mejor quinteto de la Liga Endesa- le ha servido ahora al alero para firmar por el vecino incómodo, por el Barcelona. No quería dejarle marchar el club verdiblanco, sabedor de que Parra era la piedra filosofal de la entidad, pero el Barcelona, que ya perdió la ocasión de contratar a Kevin Punter -renovó con el Partizán por más que su oferta era menor-, depositó un millón de euros para cubrir la cláusula de rescisión y ficharle hasta 2027.
Maniatado por las estreches económicas y por la exigencia de cumplir con el fair play financiero que impone LaLiga, lo que le lleva a reducir la masa salarial un 20%, el Barcelona de baloncesto acumulaba las malas noticias en los últimos días. Incapaz el área deportiva de mantener a Cory Higgins, Sanli y Nikola Mirotic por sus elevados emolumentos -en este curso pasaría casi a 12 millones de euros y se está negociando la liquidación-, observaron cómo el técnico Saras Jasikevicius hacía mutis por el foro obviando una oferta de renovación a la baja, desapegado el lituano a la entidad porque no le convencía el nuevo proyecto deportivo -donde no habrá tantos nombres ni millones- y porque estaba dispuesto a reducir su sueldo entre un 10 y15%, pero no más de la mitad como pretendía el Barcelona. “Era una prioridad, pero no pudo ser”, apuntaban desde el club, al tiempo que añadían: “Hay que tener una economía de supervivencia pero hay que tratar de mantener el tono competitivo”.
Juan Carlos Navarro, director general de la sección, junto con Mario Bruno Fernández, director deportivo, se han puesto manos a la obra, hábiles para suplir al técnico con el exjugador Roger Grimau, que dirigía al filial en los dos últimos ejercicios -tendrá como ayudante al también exjugador Víctor Sada-, y sobre todo, para incorporar a la plantilla a un jugador de la talla de Joel Parra. No es el único movimiento, pues ha presentado a la ACB una oferta para contratar a Willy Hernangómez. El Real Madrid, que posee para España los derechos de tanteo sobre el pívot, tiene hasta el próximo miércoles 12 de julio a las 23.59 para igualar esa propuesta.
Curtido desde los cinco años en Badalona, donde pronto se fascinó con jugadores como Ricky Rubio, Rudy Fernández y Pau Ribas -aunque su predilección, por similitudes, era el exjugador Pete Mickeal, que militó en el Breogán, Baskonia y Barça-, Parra alcanzó el primer equipo del Joventut a los 17 años. Hasta entonces, su poderío físico le bastaba para imponer su ley. No así en la élite, por lo que ha seguido un plan físico del preparador Dani Moreno, empecinado también en mejorar en defensa –”eso te da minutos en la pista”, resuelve-, y en los tiros a pies parados. Su trabajo le llevó a la selección española -ha sido incluso el capitán porque le sobra carisma- y, bajo la batuta de Scariolo, se llevó la medalla de oro en el pasado Europeo. “Me quedan tres años de contrato con el Joventut y estoy muy contento, pero ya se verá qué pasa en el futuro. Ahora quiero jugar y la NBA no es el mejor sitio por el momento”, resolvía hace unos meses, cuando los cantos de sirena le explicaban que había muchos equipos de la Euroliga que le pretendían. Pero, todavía peleándose por sacarse el carnet de conducir y sin independizarse del todo porque en casa de sus padres está la mar de cómodo, Parra ya sabe que se va al Barcelona.
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