Ni siquiera él mismo, tipo optimista y risueño, imaginaba que un buen día podía alcanzar los cuartos de final de todo un torneo como Wimbledon. “Lo que estoy viviendo es surrealista, no puedo describirlo. Es un sueño hecho realidad. ¡He visto en mi teléfono una alerta de la ESPN con mi nombre! Definitivamente, esto es surrealista…”, comentaba el bueno de Christopher Eubanks después de batir al griego Stefanos Tsitsipas en los octavos de final y de seguir prolongando así este bonito viaje que protagoniza en la hierba de Londres. Nadie contaba con él. Lógico. Pero ahí está. Y por eso ríe y ríe, y se encuentra ante situaciones insospechadas hasta hace dos semanas.
De entrada, departe largo y tendido con el actor Hugh Jackman en una zona reservada del complejo y, para continuar, encara este miércoles (hacia las 16.00, Movistar) el gran día de su carrera deportiva; a un tipo delgado y larguirucho como él, pero con peor humor. Es Daniil Medvedev. Apeados Thiago Monteiro, Cameron Norrie, Chris CO’Connell y Tsitsipas, el estadounidense se aferra a su feliz momento para seguir en la nube, teniendo en cuenta que hasta hace unos días era completamente desconocido para el gran público y que ahora ya posee un título de la ATP, logrado el día 1 en Mallorca, y que luce con luz propia en un escenario de tantísima alcurnia como el All England Club.
“Creo que todo se debe a que he hemos hecho un gran trabajo en el último año, desde el último US Open [en septiembre]”, señala el norteamericano, que ofreció un destello en marzo –cuartos del Masters de Miami– y luego compaginó los challengers con intervenciones discretas en torneos del máximo nivel. Sin explotar, pero sin desfallecer. “Es una locura. Veo mis redes y me pregunto: ¿Qué está pasando? Todo esto es muy raro. Creo que la clave está en haberlo unido todo, físico y mente; en los detalles, en cómo cuidarse. Se trata de pensar en el momento y no más allá”, continúa mientras la grada inglesa le arropa y vibra con cada una de sus apariciones. Juega Eubanks, hay fiesta.
“Es increíble que miles de personas quieran verte y que lo hagas bien. Es difícil explicarlo. Sencillamente intento no pensar en si llego a esta ronda o si he ganado este partido. Antes lo hacía, y no funciona. Solo trato de tener una mentalidad positiva”, apunta ante los periodistas; “venía de Mallorca y no sabía qué esperar. Antes de la primera ronda me dije: ‘tío, ya has ganado, ¿por qué no vas a poder ganarle a él? Perdí el primer set, pero fui capaz de recuperarme y a partir de ahí he tratado de no excederme con las expectativas. Durante un tiempo me cuestioné a mí mismo, dudaba de si era lo suficientemente consistente a este nivel, pero ellas me insistieron en que yo pertenezco a este nivel”.
El respaldo de Osaka y Gauff
Se refiere Eubanks, de 27 años y nacido en Atlanta, a su compatriota Coco Gauff y a la japonesa Naomi Osaka. Ambas le han asesorado anímicamente y le han convencido de que puede. No menos decisiva fue la aportación técnica de Kim Clijsters, que en su día alcanzó la cima (2003) y elevó tres majors. Sus wasaps calaron hondo en el cuartofinalista. “La hierba es la superficie más estúpida para jugar al tenis, no sé por qué estamos jugando en una pista tan desigual. ¡No puedo mantener el equilibrio!“, escribió él, receptor de un mensaje tan simple como efectivo. “Intenta hacer pequeños ejercicios de juego de pies todos los días en los entrenamientos, incluso algún minijuego; inclina hacia arriba la raqueta, mantente abajo, usa el cortado”, le recomendaba la belga, semifinalista del torneo en 2003 y 2006, y campeona de dobles el primer año citado.
Locuaz –es comentarista del canal Tennis Channel–, Eubanks se ha hecho querer con su simpatía, que de alguna forma contagia a su juego, desenfadado y natural. El gigantón –mide 2,01 y posee larguísimas extremidades– ha ido abriéndose paso gracias al saque-red y percute con el servicio como ninguno; con 85 aces, resuelve a martillazos. No le teme a nada. Solo va a por ello. “Es lo que yo llamo tenis total. Golpea muy, muy rápido y se va a la red tan pronto como tiene oportunidad”, detalla Medvedev. Y la estadística confirma: 194 subidas con 124 aciertos (64%); un promedio de casi 49 por partido, el segundo que más aborda tras Roman Safiullin (242) y Tsitsipas (195).
“No confiaba en mis movimientos, por eso le envié los mensajes a Kim”, recalca. “Le dije recientemente a alguien que tu carrera realmente cambia cuando pasas del 110 al 85 [en el ranking]. Se puede argumentar que también cambia del 85 al 50, pero cuando pasas cuatro o cinco años rondando entre el 150 y el 200, ese salto al top-100 significa mucho, mucho, mucho. Eso es por lo que he estado luchando todo este tiempo”, subraya el norteamericano, que afronta ahora sin complejos al rudo Medvedev y que hoy es virtualmente el 31º del mundo. Si el deporte es un estado de ánimo, no hay tenista en mayor plenitud. En el SW19 de Londres, todo el mundo quiere al inesperado Eubanks.
SINNER SE ESTRENA EN UNAS SEMIFINALES
A. C. | Londres
En el actual contexto de remodelación del circuito, el nombre de Sinner sigue cogiendo fuerza y refuerza los nuevos vientos. El italiano despachó este martes al ruso Roman Safiullin (6-4, 3-6, 6-2 y 6-2) y accedió por primera vez a las semifinales de un grande, tras no haber podido franquear la barrera de los cuartos en cuatro ocasiones.
En la penúltima ronda chocará con el serbio Novak Djokovic, que se dejó un set frente a Andrei Rublev, pero que logró remontar: 4-6, 6-1, 6-4 y 6-3. Se trata de la duodécima vez que Nole progresa hasta las semifinales de Londres y la 46ª en un gran torneo, por lo que iguala el registro logrado previamente por Federer. Ahora, el de Belgrado está a dos triunfos de igualar los ocho títulos del genio suizo en Wimbledon.
La jornada también deparó la derrota de la número uno, Iga Swiatek, superada por el buen momento de Elina Svitolina: 7-5, 6-7(5) y 6-2. La ucraniana reapareció en abril, solo seis meses después de haber dado a luz, y disputará sus terceras semifinales tras las de Wimbledon y el US Open de 2019.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites