En esta pretemporada del Real Madrid, territorio de pruebas en un momento de cambio, solo dos futbolistas de campo han repetido en el once inicial de los dos partidos disputados. Y ambos tienen 20 años. Uno es Bellingham, el jugador recién contratado alrededor del que se construye el nuevo sistema. El otro, Camavinga, que la temporada pasada, tras el Mundial, saltó a pieza imprescindible.
El francés sigue siendo esencial para Ancelotti. Ha llegado un lateral izquierdo real (Fran García), se ha recuperado el otro (Mendy) y se ha sumado otro centrocampista (Bellingham), pero siempre tiene sitio, y en su zona natural.
Además de repetir en la formación de salida como interior izquierdo, es, con Valverde, el que acumula más minutos, 135. Y con una incidencia cada vez mayor. Según Opta, Kroos acumula más intervenciones por minuto en estos encuentros: 1,05 por las 0,93 del francés.
Camavinga fue el último en llegar en la primera temporada de esta segunda estancia de Ancelotti en el banquillo. Fue al límite del final del mercado, el 31 de agosto de 2021, después de haber jugado los primeros cuatro partidos de Liga francesa con el Rennes. Y enseguida cautivó al italiano. Por su extraordinaria calidad, pero sobre todo por un atributo que el técnico valora mucho: su capacidad de abarcar campo, la energía de un box to box exquisito con la pelota.
Pese al flechazo, Ancelotti sabía que se encontraba ante un futbolista por hacer, con margen de aprendizaje táctico para asumir la posición de pivote, donde se lo imaginaba.
La primera temporada, la de la Champions, lo usó sobre todo de revulsivo, sacando partido de su energía con clase. La segunda también la empezó como secundario intermitente. Antes del Mundial, solo fue titular en dos partidos consecutivos en agosto y en octubre. Pero en enero enlazó 11 titularidades, y de ahí a final de año empezó en 29 de 34 partidos, ya fuera de lateral izquierdo o de centrocampista (a veces ambas posiciones en un mismo encuentro).
Ha empezado como terminó, pese a ser uno de los últimos en incorporarse a la concentración, tras pasar una semana entrenado en la casa de Vinicius en su casa de Río, con el preparador personal del brasileño. El francés luce ya un estado de forma muy afilado. Destaca en defensa junto a Tchouameni, y sobre todo en las transiciones después de recuperar la pelota. Es la pieza que lanza al equipo hacia el otro lado sin pasos intermedios.
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