Agosto es ese periodo amado y odiado a partes iguales. Es ese mes en el que convergen aquellos que ya han vuelto de las vacaciones y no les queda más remedio que seguir viviendo del recuerdo, y los que disfrutan de ellas viendo la vida pasar desde algún chiringuito y con los pies a remojo. Nada nuevo. Es algo cíclico e inherente a esta época, que se repite cada año, como el olor a crema, la arena pegada o las quejas, porque “este calor no se puede aguantar”. Agosto también es ese mes en el que no hay un metro para plantar las sombrillas en ningún recoveco de la costa española, y es el momento de disfrutar, por fin, del sol en el norte. También es el mes de “qué bien se aparca en Madrid”. Agosto es el fin y el inicio de muchas cosas.
El verano de 2023 será recordado como el verano en el que Rosalía y Raw Alejandro rompieron su relación, en el que volvió el Gran Prix y también quedará grabado en nuestra memoria por el Mundial que se está marcando la selección española de fútbol. Levantarse del descalabro que le infligió Japón y hacerlo de la forma que lo hizo —con cinco goles a Suiza—, no solo fue una muestra de personalidad y carácter, sino también de ambición. La ambición de dejar su huella en un gran escenario. Pase lo que pase de aquí al 20 de agosto, este torneo ya es histórico para las nuestras. El pasado domingo la selección española hizo historia metiéndose entre las ocho mejores del mundo por primera vez. Eso nadie se lo va a quitar y tiene todavía más valor después de unos meses bastante convulsos. ¿Y ahora qué? A soñar. Como el que sueña con unas vacaciones permanentes, o con que no se le pegue la arena de la playa, o con encontrar aparcamiento a la primera.
En 2008, la selección masculina, entrenada por entonces por Luis Aragonés, soñó y abanderó el leitmotiv “pasar de cuartos” con el objetivo de dejar atrás varias décadas de fracasos y frustraciones. Y lo hizo. Aquel año ganó la Eurocopa e inició a partir de entonces el periplo más exitoso de su historia. Aquella frase, “pasar de cuartos”, no solo se convirtió en el himno de la Roja gracias a la canción de Pignoise, sino que fue el gran propósito que se marcó aquel equipo, derribar la maldición de los cuartos de final. Lo que pasó después ya lo sabemos todos, comenzó la leyenda de una generación única e irrepetible.
Ahora, en 2023, el combinado que dirige Jorge Vilda, puede agrandar todavía más su paso por Australia y Nueva Zelanda. Pasar de cuartos después de haber hecho historia, puede sonar pretencioso. No para esta selección que está demostrando que este sí puede ser el año y que tiene argumentos de sobra para soñar alto. Y más después de que se le haya despejado el camino con la eliminación de Estados Unidos.
Esther González, delantera de España, ha hablado abiertamente en las últimas horas de cuál es el objetivo de este grupo: ganar el Mundial. Ya no es un tema tabú ni algo reservado de antemano y exclusivamente para las norteamericanas. Decirlo en voz alta no les da más opciones de acabar consiguiéndolo, pero sí les hace crecer como futbolistas y como equipo.
Para pasar de cuartos de final habrá que ganar a Países Bajos en la madrugada del jueves al viernes, a partir de las 3.00, hora española. Tanto si estás de vacaciones como si no, ponte una alarma y a soñar despiertos.
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