Vitor Roque llegó a Barcelona como si fuera una celebridad por los muchos familiares que le acompañaban, las maletas con las que viajaba y la expectación despertada en el aeropuerto de El Prat. El seguimiento mediático que ha tenido desde su salida del aeropuerto de Curitiba ha sido exhaustivo y hasta sorprendente si se tiene en cuenta que apenas tiene 18 años y solo ha jugado media hora con la selección absoluta de Brasil en un amistoso contra Marruecos. El barcelonismo, sin embargo, necesita a un futbolista que genere ilusión a pocos días de los Reyes Magos después de que su equipo se haya quedado a siete puntos del liderato que comparten Madrid y Girona al tiempo que el Athletic está a solo tres de la zona Champions. La noticia es que Vitor Roque eligió el Barça entre distintas ofertas una vez que el club azulgrana se comprometió a pagar 30 millones —más 31 de variables— por el delantero del Athletico Paranaense.
El dinero y la juventud son capaces de mover montañas como la de Montjuïc. Así lo espera al menos el Barcelona. El equipo necesita muchos goles que alimenten a un club en una situación precaria por la desmovilización social y por las deudas acumuladas y las que vendrán con el Espai Barça. La coyuntura demanda medidas urgentes y el Barcelona ha adelantado al mercado de invierno la incorporación de Vitor Roque que estaba inicialmente pactada para el verano de 2024. La entidad azulgrana deberá negociar ahora su inscripción con LaLiga, ni que sea en calidad de cedido hasta la temporada 2024-2025, y acelerar la adaptación de un ariete que lleva varios días sin jugar en Brasil. La apuesta de momento es por Vitor Roque antes que por un centrocampista que sustituya la baja por larga duración de Gavi, caído en noviembre en el partido España-Georgia.
“Nos da esperanza, trabajo, gol, sacrificio”, argumentó Xavi. “Le ayudaremos a que se integre lo antes posible, sin dejar de tener en cuenta que no podemos poner la presión sobre los jóvenes; hay que ir poco a poco”, añadió el técnico del Barcelona. Vitor Roque suma 28 goles y 11 asistencias en los 81 partidos que ha disputado con el Athletico Paranaense. También marcó seis tantos en el último campeonato sudamericano sub-20 y sus registros habrían sido mejores de no mediar una lesión en septiembre pasado en un encuentro ante el Internacional de Porto Alegre. Nacido el 28 de febrero de 2005 en Timóteo, Minas Gerais, se formó en el América Mineiro y en 2022 fichó por el Athletico Parananse después de una temporada en el Cruzeiro, el club en el que se dio a conocer —antes de pasar a ser su mayor accionista— el Fenómeno Ronaldo, el atacante que también recaló en el Barça en 1996.
Ronaldo tenía entonces 19 años y procedía del PSV Eindhoven, el mismo club del que llegó Romario al Camp Nou con 27 años en 1993. Igualmente decisivos fueron los fichajes de Rivaldo con 27 años en 1997, procedente del Deportivo, y Ronaldinho con 23, contratado al Paris Saint-Germain. No pasó lo mismo con Roberto Dinamita, fallecido a los 68 años y que fue ídolo en el Vasco da Gama, inmortalizado en Maracana. Aquel delantero aterrizó en Barcelona en enero de 1980 a cambio de 55 millones de pesetas para sustituir a Krankl, Pichichi de la temporada 1978-1979 (29 tantos) y que no contaba para Rifé. El técnico catalán, sin embargo, solo duró tres partidos más y fue sustituido por Helenio Herrera, quien prefirió poner de ariete al líbero Canito antes que a Dinamita, que regresó a su país en abril tras 11 partidos y tres goles, dos en su debut ante el Almería.
La competencia y las alternativas aumentarán con un ariete de 18 años
Algún analista advierte en la figura de Vitor Roque, de 1,72m y 78 kilos, un cierto parecido al de Ronaldo, más que nada por su potencia, apreciable a la hora de desmarcarse y atacar los espacios, una de las mayores carencias que tiene la delantera del Barça si se exceptúa a Ferran Torres. El equipo azulgrana está peleado con las áreas y con las porterías —suma hasta 12 palos— después de que la pasada temporada conquistara precisamente el Trofeo Zamora con Ter Stegen y el Pichichi con Lewandowski. Aquella tarea no se ha consolidado un año después, circunstancia que obliga a reparar en que pudo ser una situación más circunstancial que estructural en un equipo entrenado por un técnico que prioriza el juego y el estilo como Xavi. Ter Stegen se lesionó y Lewandowski solo ha marcado ocho goles en la Liga —llegó a anotar 18 en 19 partidos antes del Mundial de Qatar.
Aunque las concesiones defensivas —ya ha encajado un tanto más que en toda la temporada pasada: 21 frente a 20— preocupan mucho más que las ofensivas, resulta asombroso que el equipo necesite hasta nueve remates para marcar un gol y no haya ganado ningún partido por una diferencia de más de dos tantos desde el 19 de septiembre cuando le endosó un 5-0 al Amberes. Una marca de 18 partidos que remite a la temporada 1962-1963. La incertidumbre presidió la mayoría de los encuentros y avaló también a los solistas antes que el juego de equipo como pasó por ejemplo contra el Athletic en que decidió un gol de Marc Guiu, un ariete juvenil unos meses más joven que Vitor Roque. Aunque tiene el instinto de un goleador, el brasileño también se asocia en el juego, barre el frente de ataque, preferentemente desde la banda derecha, tiene recursos y puede ser complementario o una alternativa a Lewandowski.
El acoplamiento
Vitor Roque aportará más competencia y enriquecerá a un ataque con poco gol si se tiene en cuenta que jugadores como Ferran Torres y João Félix totalizan seis tantos, tres cada uno en la Liga. No se sabe en cualquier caso cómo se acoplará el brasileño al juego y al equipo porque no ha pasado por ningún club europeo y su carrera se ha desarrollado en Brasil. ”Aunque las expectativas son altas, hay que andar con cuidado porque es un jugador en formación”, reiteran en el Barça. El precio del traspaso tampoco ayuda a tener demasiada paciencia después de constatar que la inversión de más de 200 millones en futbolistas como Raphinha (58) Ferran (55), Lewandowski (50) y Koundé (50) no ha acabado de funcionar y se mantiene abierto el agujero dejado por Messi. El rendimiento de los brasileños —hasta 39 con Vitor Roque— está lleno además de contrastes si se repasa la historia del Barcelona.
La presión jugará en contra de un delantero potente y ya internacional
El aficionado todavía recuerda la huida de Neymar, el fichaje y venta de Malcom o Arthur, el anonimato de Matheus o la buena aportación de Paulinho en contraste con la de Coutinho, uno de los fichajes que desencadenó el final de la etapa presidencial de Bartomeu junto con los de Dembélé y Griezmann. Vitor Roque, de momento, tiene un apodo acorde con sus expectativas y su carta de naturaleza: Tigrinho por ser hijo de Tigrão. El jugador ya acudió a la Ciudad Deportiva este mismo miércoles, nada más llegar a Barcelona, se incorporará el viernes a los entrenamientos como un jugador más y posiblemente será presentado el día 3, vigilia del partido de Liga a disputar en Las Palmas. Ya sabe que no solo competirá con los rivales azulgrana sino que también se le medirá con Endrick, contratado por el Madrid, el mismo club que ya apostó e invirtió en Vinicius y Rodrygo.
Vitor, recién casado con una influencer, ni siquiera tendrá tiempo de celebrar su luna de miel, porque el mal del Barça no tiene espera: “Vengo a aprender, a marcar goles y a ganar”, sintetizó Vitor Roque, que de momento pasea encantado de la vida por Barcelona mientras las redes sociales del club azulgrana ofrecen imágenes de un Tigre rugiendo por el terreno de juego para anunciar la buena nueva: Vitor Roque.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_