“Lo que es la vida: de un pueblo de 200 habitantes (Ibero, Navarra) a venir a Arabia Saudí, en la otra punta del mundo, a jugar la Supercopa”, se arranca un David García sonriente, sentado en un sillón de un lujoso hotel de la arenosa Riad, en la previa de la semifinal que Osasuna disputa contra el Barcelona (20.00, Movistar). Todo es nuevo para el club y su capitán, que con 29 años se ha subido a la selección sin haber pasado antes por las inferiores y ahora ve cerca la Eurocopa. “Orgullo, ambición y autoexigencia” resumen el discurso de este central con el matasellos de Tajonar.
Pregunta. ¿Apuntaba alto de pequeño?
Respuesta. Llevo 20 años en Osasuna. Igual no he sido el más talentoso, pero con constancia y sacrificio me he ido superando. Ese ha sido mi camino frente a otros que quizá tenían más calidad.
P. ¿Qué le ha aportado ir con la selección?
R. Me ha enseñado a creérmelo, a ver que soy capaz y ahora tengo una oportunidad de ir a la Eurocopa. Es un orgullo, aunque los futbolistas vamos con el piloto automático, de un partido a otro, sin tiempo para analizar las cosas. Creo que, en toda la historia de Osasuna, solo 10 jugadores han ido a la selección.
P. ¿Su gente le dice que lo valore más?
R. Soy muy autoexigente, siempre quiero más. Una de las cosas que me achaco es no disfrutar más de cada momento. Eso lo debo mejorar.
P. ¿Cómo maneja esa autoexigencia?
R. Me cuesta la gestión emocional y mental, todo el día pensando en lo siguiente. Estoy en ese proceso de intentar mejorar. Y ahora con la selección, más.
Me cuesta la gestión emocional y mental. Siempre pensando en lo siguiente
P. ¿Ha recurrido a ayuda profesional?
R. La última persona que he incorporado a mi equipo es un coach. Ya tenía un nutricionista, un preparador físico y un fisio. Me he visto con la necesidad y las ganas. En los últimos años, me han pasado muchas cosas a nivel deportivo y toda esa gestión cuesta. Lo mental es casi lo más importante. Es algo que hay que tratar con naturalidad. Así como hace años se hablaba del tema de la homosexualidad, de la salud mental costaba más.
P. ¿Hubo algún momento de crisis?
R. Fue un poco el cúmulo de estrés, ansiedad y presión que he ido arrastrando. No un episodio puntual, sino una acumulación. Recurrir a un profesional hace que lo lleves mejor.
P. ¿Los aficionados desconocen esa ansiedad y estrés que sufre un futbolista?
R. Sin duda. Solo mi mujer y dos o tres amigos son conscientes de todas mis vivencias. Es normal que la gente desde fuera se haga una determinada idea de la vida de un futbolista. Pero luego, si se ponen en esa piel, seguro que no lo juzgan igual. En lo único en lo que aciertan es en que ganamos dinero. Pero más allá de la repercusión de nuestro trabajo, vivo como una persona más. Unos van a la fábrica y yo, a Tajonar.
P. La sensación es que son unos privilegiados.
R. Y lo somos. Pero hay que ganarse ese privilegio, vivir muchas experiencias, tener mucha constancia y pasar por momentos muy malos.
Lo único en lo que acierta la gente de la vida de un futbolista es que ganamos dinero
P. ¿Por qué recurrió a un equipo personal de cuatro personas?
R. Empecé con mi entrenador a los 18 años. Lo conocí en el gimnasio. Me dijo que me podía venir bien fortalecer porque era muy delgado. Vi esa mejora, y luego metí un nutricionista y un fisio. Siempre he sido un chaval muy ambicioso. Haber conseguido todo esto, que será más o menos para unos u otros, ha sido por esas ganas de crecer.
P. Para un futbolista de Primera, ¿el trabajo en el club es insuficiente si aspira a cotas altas?
R. Tal como está montado, sí veo necesario tener un soporte de profesionales externos al club. Allí tienes todas esas figuras, pero igual no trabajan de esa forma individualizada. Hoy los futbolistas son portentos físicos.
P. Al principio, a usted le costó con Jaboga Arrasate.
R. Empecé de titular, pero en el segundo día la lié, me expulsaronn, y Jagoba me mandó a la grada y al banquillo. Me pasé 10 o 12 partidos fuera. En diciembre, volví y ya jugué todos. Ahora me río, pero cuesta. Te hace apretar más.
Es necesario que un jugador tenga un soporte de profesionales externos a tu club
P. ¿Siente que se está jugando una Eurocopa?
R. Sin duda. Y por eso intento hacer todo lo posible para tener esa oportunidad. Es un momento de sacrificios. En el último partido de la temporada pasada me lesioné el ligamento lateral interno y me perdí la fase final de la Liga de las Naciones. Fue un palo bastante duro. Luego, en septiembre, me hice un esguince de tobillo contra el Brujas, y apreté porque sabía que me estaba jugando mucho.
P. En el campo, sus grandes virtudes, como el juego aéreo y los despejes, remiten casi a centrales de otra época.
R. Alguna vez me lo han dicho. El estilo de Osasuna es más directo, de duelos, de ese central más antiguo, clásico. De joven, me decían que parecía un veterano por la forma de moverme y entender el juego. Pero también he mejorado otras facetas. Para estar en la élite, tienes que ser completo.
P. ¿Qué le ha costado más?
R. La salida de balón. En Osasuna nunca hemos trabajado ese tema. Pero yo soy muy autoexigente. Y más cuando he llegado a la selección, donde debes tener buen manejo.
P. Por esa ambición, mucha gente lo imagina en otro proyecto.
R. Es algo que siempre he pensado. En Osasuna, digamos que he quemado todas las etapas. Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado lograr tanto. Cuando ya has hecho todo lo que tienes que hacer en tu casa, puedes llegar a pensar en esas ambiciones. Bueno, no sé, tengo que analizar muchas cosas. Ahora estoy en Riad.
En Osasuna he quemado todas las etapas
P. ¿Qué le parece que la Supercopa se celebre en Arabia Saudí?
R. Preferiría en casa, con nuestra gente. Se hace raro venir aquí, pero nosotros somos profesionales.
P. ¿Por qué a los futbolistas les cuesta alzar más la voz sobre este tema o otros, como las lesiones?
R. No se quieren pillar los dedos y decir cosas que se les vuelvan en contra. Se miden más las palabras. ¿Llegará un momento que se hable más? Por algo será que no ocurre. Hace poco, escuchaba a Guardiola, sobre las lesiones y el calendario, diciendo que el poder lo teníamos los jugadores. Pero también hay mucha diferencia entre uno de Osasuna y otro del Real Madrid, por la cantidad de partidos. Ellos igual juegan el doble.
P. ¿Qué le está faltando a Osasuna esta temporada?
R. Como todo en la vida, cuando vienes de un año de excelencia, el siguiente cuesta. Y más en un equipo que no está planteado para eso. Hay que tomarlo con naturalidad. También es cierto que podemos dar más.
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