La selección española de waterpolo tenía una espinita clavada por quitarse: lograr el primer campeonato europeo en sus 36 ediciones desde 1926. Un reto pendiente, un hueco vacío desde hace casi cien años cuando se creó el Campeonato de Europa, una obsesión para el equipo dirigido por David Martín. Un deseo que se ha visto saciado hoy y con el que se gana (10-11) la plaza olímpica para los Juegos de París de 2024 tras derrotar a Croacia -anfitriones y campeones de la edición pasada- en la piscina de Bazeni Mladost de Zagreb. Un hito histórico tras una ajusta e intensa final que terminaba tras dos poderosos tantos de Álvaro Granados en el último minuto y medio.
España buscaba redimirse de los penaltis perdidos (14-12) en la primera fase del campeonato ante el equipo croata, su única derrota en la competición de este año. No era misión sencilla. Para la victoria debían pasar por un infierno en el agua, donde el empuje emocional -con la impasibilidad arrolladora del portero Unai Aguirre-, la defensa y el contragolpeo era más que fundamental para el conjunto comandado por David Martín. Tras doblegar a Italia en la semifinal, les esperaba un viejo conocido al que ya venció en la semifinal del Mundial de 2022 donde España logró el oro: Croacia, presentes en los tres peldaños de los podios mundialistas desde 2007 y dos veces campeón europeo como anfitrión.
El ambiente estaba caldeado en las piscinas de Zagreb. Tanto España como Croacia repetían los 13 jugadores que dieron el pase a la final. El primer sprint caía del lado de los croatas, que transformaban en un penalti que atravesaba el muro de Unai Aguirre. El ritmo frenético se evidenciaba jugada tras jugada, con ambos equipos emparejados en el marcador y en expulsiones, hasta que los contraataques del equipo comandado por Ivica Tucak desarmaban la defensa española y dejaban un primer cuarto oscurecido para la selección española (5-3).
La bronca de David Martín hacía efecto: aunque parecía imposible frenar los infernales lanzamientos de Luka Bukic, España cortaba la racha de cuatro goles croatas y volvía a meterse en el partido. “Ya está, ya está”, gritaba el portero español entre paradas y bloqueos que no deshacían el punto de diferencia que los ponía por debajo del marcador al terminar el segundo cuarto (7-6) a pesar de la agilidad de Alberto Munarriz frente a la portería. El seleccionador español pedía más calma, y menos precipitación, y la tormenta empezaba a amainar.
El 7-7 del tercer cuarto era oxígeno y esperanza. La cara de los croatas había cambiado. Y Tucak -rojo por el calor de la piscina- estaba enfadado. La defensa se hacía más férrea entonces en los anfitriones, y ni siquiera la veteranía de Felipe Perrone podía con ella. Álvaro Granados conectaba en diagonal con Roger Tahull para tratar de prolongar el empate, pero un disparo extraordinario de Loren Fatovic retomaba la diferencia de dos puntos (10-8).
Solo quedaba un cuarto sprint, que Croacia volvía a ganar. La fatiga pesaba en ambos conjuntos, y los anfitriones renunciaban al ataque, un error que se confirmaría más tarde. El lanzamiento de Bernat Sanahuja botaba para superar a Bijac, el hombre que no lograba amargar la noche a España, que empataba a falta de un minuto y medio (10-10). Y entre nervios y los segundos descontándose, Álvaro Granados gritaba con el revés que daba la primera histórica victoria en un campeonato Europeo.
España le ha cogido el vicio a ganar. Y esperarán repetir hazaña e hito. La siguiente cita será en el Mundial de Doha (Qatar) de febrero, donde se repartirán cuatro plazas olímpicas y donde el equipo español, que ya se ha asegurado su presencia en París este verano, intentará colgarse el oro. Esta medalla se suma a las tres platas (1991, 2018, 2020) y cuatro bronces europeos, al oro olímpico (Atlanta 96) y tres mundiales (1998, 2001, 2022).
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