Óscar Ruggeri se cruzó con Rodrigo de Paul en las entrañas del Metropolitano al término del derbi copero entre el Atlético y el Real Madrid. “Estás ya al nivel con el que juegas en la selección argentina”, le espetó al volante el excentral campeón del Mundo en 1986 y amigo de Diego Pablo Simeone. El técnico del Atlético no solo comparte esa opinión; para el Cholo, De Paul firmó su mejor partido desde que llegó al club en el verano de 2021 confirmando su crecida en el peso del juego del equipo y también en el liderazgo. Las actuaciones de Koke y Giménez, que llevaban varios partidos con un bajo rendimiento, también llenaron el ojo de Simeone. En realidad, el preparador argentino tenía una satisfacción generalizada por el rendimiento de sus futbolistas y la ejecución del plan trazado para infligirle al Real Madrid su segunda derrota del curso. A estas alturas de la temporada, el Atlético es el único equipo que ha sido capaz de vencer al conjunto de Carlo Ancelotti y lo ha logrado de dos formas diferentes.
Simeone diseñó un duelo distinto del de la Liga, en el que salió ganador (3-1) y del de la Supercopa, perdido en la prórroga (5-3). Para esos dos encuentros planeó un equipo muy intenso y agresivo para jugar en campo contrario en la primera media hora. La derrota en Riad, achacada en parte a la superioridad física del Real Madrid en la prórroga, le llevó a urdir una vía distinta. El entrenador rojiblanco preparó esta vez a sus futbolistas para un partido largo. No quería que se desfondaran en el primer tiempo. Ordenó cerrar los espacios por dentro al Real Madrid y tratar de defender con el balón. En el primer acto, esta segunda parte del plan no le funcionó porque el Madrid tuvo más la pelota, pero sí consiguió que su equipo no se desgastara en la ruleta de una frenética ida y vuelta. Simeone arriesgó con la presión hombre a hombre en campo contrario en momentos muy puntuales.
En la previa, el Cholo había insistido en la necesidad de que sus jugadores elevaran el nivel para ganar los duelos individuales y ahí también quedó satisfecho. Tanto por la concentración mostrada como por la velocidad mental para tomar las decisiones adecuadas en el momento preciso. Cuando el Madrid pudo superar la presión y correr a campo abierto, Simeone terminó también muy satisfecho con los repliegues de su equipo. “Logramos sostener el ataque del Madrid, que no es fácil, sobre todo cuando hacen los contragolpes”, explicó Simeone.
El Profe Ortega
La prórroga puso a prueba la estrategia de administrar la gasolina. A diferencia de la semifinal de la Supercopa, el Atlético la disputó más en campo contrario. Simeone también jugó con el mayor desgaste del Real Madrid, que tuvo que jugar la final contra el Barcelona y no aterrizó en Madrid hasta la madrugada del lunes.
La cuestión física había puesto en el disparadero al Profe Ortega. Al preparador físico rojiblanco le ha venido bien que el equipo no se derrumbara en la prórroga porque atraviesa un momento delicado. Termina contrato en junio, todavía no ha renovado, y según diversas fuentes consultadas tanto del club como del entorno de Ortega, ahora mismo está más fuera que dentro del club con vistas al próximo curso. Desde hace cuatro años, el preparador uruguayo desliga sus renovaciones de las de Simeone y negocia por su cuenta.
Las partes están pendientes de una última conversación que se ha ido posponiendo. Estaba previsto que esta se produjera a principios de enero, pero el mismo Ortega decidió retrasarla tras conocer que el Real Madrid también sería rival en la Copa. La oferta de la dirigencia es a la baja, en concordancia con las renovaciones firmadas por Simeone, Morata y Giménez, y con las ofertas realizadas a Koke y Mario Hermoso. El técnico conoce la situación y da por bueno tanto que el preparador charrúa siga, si llega a un acuerdo con el club, como si finalmente termina por marcharse.
El tema es delicado porque Ortega es el preparador físico con el que Simeone ha logrado que su etapa sea la más exitosa de la historia del Atlético. Y ni el club ni el técnico quieren cargar como culpables de su hipotética marcha. Aunque desde la entidad advierten que “otras veces parecía que se iba y finalmente se ha quedado”.
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