Pocos enfrentamientos pueden extrapolarse a una batalla ambiental como una eliminatoria entre el Atlético de Madrid y el Borussia Dortmund. La cita estará marcada por el duelo de calderas que serán el Metropolitano, el 10 de abril, y seis días más tarde el Westfalenstadion, con el indesmayable martilleo de su legendario muro amarillo. La vertical tribuna del fondo sur, con 25.000 localidades, está considerada como una de las gradas europeas de animación que más fervor y decibelios aglutina.
El Dortmund jugará con la ventaja de disputar el partido de vuelta en casa, asunto que no es baladí visto el bajo rendimiento del Atlético como visitante. “Queríamos jugar la ida a domicilio, pero serán dos partidos muy difíciles, no hay que engañarse”, dijo Joachin Watzke, director general del Dortmund. “Tienen un gran ambiente en su estadio, pero en el nuestro vamos a crear un ambiente mejor que en el suyo”, aventuró Carlos Bucero, director de fútbol del Atlético de Madrid.
Bajo ese envoltorio de dos de los coliseos más inflamados de Europa, se cruzarán dos equipos que en sus campeonatos domésticos se han mostrado muy irregulares. Ambos se han descolgado de la pelea por el título liguero, están fuera de la Copa y la Liga de Campeones es ya su única opción de levantar un trofeo este curso.
Si los rojiblancos están a 14 puntos del Real Madrid, los de Edin Terzic (41 años) se encuentran a 20 del Leverkusen. El técnico alemán no ha logrado sobreponer al plantel de la pérdida de la pasada Bundesliga, cuando en la última jornada debía ganar en casa al Mainz (2-2). Aquel dramático empate que supuso el último partido de Bellingham en Dortmund le dio el título al Bayern.
El retorno de Jadon Sancho, cedido en el mercado invernal por el Manchester United, ha agitado un tanto a un conjunto que ya tuvo que aprender a convivir sin Erling Haaland. Lesionado Ayedemi, primero con la rotura de los ligamentos que unen la tibia y el peroné y ahora con problemas musculares, Sancho es la gran referencia ofensiva de un conjunto que concentra la mayoría de su talento en ataque. Julian Brandt, Marco Reus, que no es fijo en el once, el extremo holandés Malen y el tanque Füllkrup, son sus amenazas. El doble pivote lo suelen ocupar el capitán Emre Cam, que ha bajado el nivel, y el dinámico Sabitzer.
Es atrás donde el Dortmund más padece. No termina de encontrar Terzic solidez ni con el larguirucho Schlotterbeck, ni con los veteranos Hummels y Süle. Su portero, el suizo Kobel, fundamental para eliminar al PSV, es ahora mismo su mejor argumento defensivo.
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