En los pasillos de Valdebebas ya cuelga la foto de Toni Kroos en calidad de exjugador blanco. “Orden” es la palabra que define al técnico alemán en el retrato. El Madrid que ha quedado sin él, y sin el recién lesionado Kylian Mbappé, encara en el Metropolitano un “test muy importante”, en palabras de Carlo Ancelotti, para calibrar el nivel de mejoría del equipo después de un inicio en el que ninguna jornada le ha resultado sencilla, ni siquiera ganando 3-0 al Alavés en el 85.
De repente, la cita le ofrece al técnico italiano la posibilidad de recuperar el exitoso dibujo de la temporada pasada, con un cuarto centrocampista en lugar del francés. Si no, la opción más probable sería insistir en lo probado hasta ahora, con un tercer atacante, pero sin la estrella gala.
La vía de incluir otro medio en el once inicial, después de los problemas asumidos por Carletto en los primeros duelos para lograr el cacareado equilibrio, flota hace semanas en la planicie de la Ciudad Deportiva y el cuerpo técnico lo contempla como una opción lógica, ya antes del percance físico de Mbappé el pasado martes contra el Alavés.
El recurso más evidente en ese caso, con todos sanos, sería Eduardo Camavinga, aunque llega al derbi saliendo de la lesión que sufrió el 13 de agosto. Este sábado, antes de volver a una convocatoria, se le vio con un aparatoso vendaje en la pierna izquierda. “Puede jugar 90 minutos o cero”, regateó Ancelotti. Si no lo ve para tanto como arrancar el choque, las alternativas más a mano serían Luka Modric, con 39 años cumplidos este mes, o Arda Güler más retrasado. El croata, que salió malparado en el último derbi liguero del Metropolitano, podría ocupar la posición de Kroos, lo que arrojaría un Madrid casi idéntico al de la pasada campaña, y con Bellingham más cerca del área. El equipo que solo encalló con el Atlético, el único rival que le derrotó (dos veces). En el caso de que el preparador tire millas con los tres atacantes, contaría con el efervescente (y temerario) Endrick, o la bota fina de Güler en una ubicación más natural para el turco.
Menos recuperaciones
El italiano ha huido esta campaña en público del debate sobre el esquema. Lo único que le ha interesado es apelar, como este sábado, a cuestiones más de carácter, sacrificio y voluntad. A la piel más que al pie. Su mensaje más recurrente en estos tiempos es el de filas prietas. “No me fijo mucho en el sistema. Lo que me fijo es que el equipo sea solidario y tenga compromiso. Que esté compacto será una llave del partido”, reclamó el técnico, que volvió a valorar la progresión de los suyos este mes, aunque con la cautela de saberse ante un compromiso sensible.
“No me fijo mucho en el sistema y sí en que el equipo sea solidario”
Carlo Ancelotti
El tropezón inicial en Mallorca (1-1) marcó su línea discursiva —”debemos tener más equilibrio; ha sido bastante claro dónde puede estar el problema”— mientras en la intimidad de Valdebebas empezaba a cavilar la necesidad de meter más cemento en la medular como un remedio contra el desequilibrio. El compromiso del Metropolitano se presentaba a principios de semana como la oportunidad para medir la viabilidad en encuentros crudos del once tipo mostrado hasta ahora, con los tres atacantes. De comprobar si el equilibrio era posible con ellos. Sin embargo, la lesión de Mbappé le ha abierto una ventana para volver a los cuatro medios, algo que ya estaba sobre su mesa para antes o después, al menos en citas concretas.
Ancelotti preveía un arranque de curso con dificultades por la tardía incorporación de las vacaciones de algunos jugadores, como Vinicius; el acoplamiento de Mbappé; y la adaptación a una nueva vida sin Kroos. Pero esperaba también mejor rendimiento en algunos momentos. “Nos está costando más de lo que se podía pensar”, admitió en Las Palmas (1-1). La estadística básica no alerta de grandes diferencias respecto al curso anterior, aunque hay un dato que sí ayuda a explicar alguna de sus dificultades: recupera seis balones menos por partido (39,8 frente a 45,6). Una cifra que remite a eso que no deja de demandar el italiano: más sacrificio.
La mejoría de los blancos en los últimos partidos, empujados sobre todo por el despertar de Vinicius y el regreso de Bellingham, se examina en el ardor del Metropolitano. Sin Mbappé.