La estructura ejecutiva de Naturgy está cerca de dejar de ser una anomalía para los estándares de las grandes cotizadas españolas y de los códigos de buen gobierno corporativo. La segunda energética española ultima el nombramiento de un consejero delegado que asuma parte de las funciones ejecutivas del actual presidente, Francisco Reynés, sin que este pierda su poder de decisión tanto en lo estratégico como en el día a día. El consejo de administración de la compañía tratará la cuestión en su reunión mensual ordinaria de la semana que viene, tal como adelantó el lunes Cinco Días.
Entre los nombres que se han barajado, quien más enteros gana es el de Ignacio Gutiérrez-Orrantia, según todas las fuentes consultadas. Corresponsable del banco de inversión estadounidense Citi para Europa, Oriente Medio y África, un puesto que desempeña desde Londres, el ejecutivo bilbaíno es uno de los principales banqueros de inversión del momento en el Viejo Continente.
Gutiérrez-Orrantia, de perfil muy financiero, parece contar con la aquiescencia del siempre movido consejo de administración de Naturgy, en el que conviven inversores de muy largo plazo, como Criteria Caixa (el brazo inversor de la Fundación La Caixa), que prioriza el dividendo, con fondos de inversión al uso como Global Infraestructure Partners (GIP), CVC o IFM. Criteria, GIP y CVC han sido los más combativos para la creación de esta nueva figura directiva, mientras que IFM ha optado por mantenerse en un discreto segundo plano. Gutiérrez-Orrantia, apuntan fuentes del sector, suscita consenso, tiene relación con Reynés desde hace años y conoce a la perfección la compañía.
Tras el nombramiento de Armando Martínez como consejero delegado de Iberdrola, Naturgy se había convertido en una rara avis en el sector: era la única gran energética española —y una de las pocas empresas del Ibex 35— que no contaba con un consejero delegado. Esa figura es un habitual en los códigos de buen gobierno, que cada vez apuestan más por separar las funciones de representación de las ejecutivas.
“El requisito de separación de funciones, que antes era una mera recomendación, ha pasado a ser una exigencia en los últimos tiempos”, apuntan fuentes del mercado, que ven justificada la petición de los fondos de inversión presentes en el capital de la antigua Gas Natural Fenosa. No obstante, en este caso —como en el de Ignacio Sánchez Galán en Iberdrola—, Reynés, que acaba de renovar su mandato hasta 2027, retendrá una cuota importante de sus funciones ejecutivas. “Esto no va de Francisco Reynés, sino del modelo de gobernanza. Esa es la razón del movimiento”, apuntan estas mismas fuentes, que no descartan que los recientes toques de atención de los proxy advisors (las entidades que recomiendan el voto a los accionistas minoritarios), que han afeado el bonus del presidente y que llevan tiempo abogando por el nombramiento de un consejero delegado, hayan tenido influencia en la decisión.
Pese a lo ocurrido en los últimos años, la convivencia de un presidente ejecutivo y un consejero delegado no es algo extraño en Naturgy. Rafael Villaseca ejerció como tal durante las presidencias de Salvador Gabarró y de Isidro Fainé, hoy presidente de Criteria y de la Fundación Bancaria La Caixa, y uno de los hombres clave en este cambio en el organigrama de la energética.
Un portavoz Naturgy ha rehusado hacer comentarios a preguntas de este diario. Criteria, máximo accionista de la energética con el 26,7% del capital, también ha declinado hacer ninguna valoración al respecto: “Es una cuestión que corresponde dilucidar al consejo de la empresa”, se limitan a decir desde el holding inversor de La Caixa.
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