El dilema entre ser cabeza de ratón o cola de león tiene a veces una solución muy fácil. Los gestores de fondos más conocidos suelen tener buenos sueldos, porque hacen ganar mucho dinero a sus clientes y a la empresa que les paga. Pero cuando montan su propias firmas sus ingresos se disparan. Cobran un salario y, además, se reparten los beneficios que genera la empresa. Entre las tres gestoras independientes más famosas –Azvalor, Magallanes Value y Cobas AM– han ganado 159 millones de euros en cinco años.
Todas estas firmas están controladas por los propios gestores de fondos. También tienen participación en el accionariado otros directivos de la empresa, como presidentes, directores comerciales… pero no cuentan con ningún inversor externo.
La primera de estas firmas independientes que surgió fue Magallanes Value Investors. La entidad fue creada por Iván Martín Aranguez, un gestor que labró su fama trabajando para Santander AM, Aviva Gestión y Sabadell Gestión. En 2015 se alió con Blanca Hernández (consejera de Ebro Foods) para crear su propia gestora de fondos de inversión.
En los últimos cinco ejercicios, la entidad ha generado beneficios por cerca de 60 millones de euros, de acuerdo con las cuentas auditadas depositadas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El 45% de la gestora está en manos de Iván Martín a través de la sociedad Amura SL, y otro 51% lo controla Blanca Hernández y su familia, a través de la empresa Tradifin SL.
En el último ejercicio auditado, 2022, Magallanes Value Investors logró un resultado después de impuestos de 13,3 millones de euros, que se repartió íntegramente como dividendos entre los socios.
Iván Martín, además de percibir unos seis millones de euros como propietario de Magallanes, también cobra un sueldo como gestor, que no está detallado. Los gastos de personal de la firma ascendieron el año pasado a 2,5 millones de euros, y tan solo hay cinco que tengan puestos directivos. La firma gestionaba a finales de 2022 un patrimonio de algo más de 2.000 millones de euros.
“El negocio de la gestión de activos es un negocio de escala. Una vez que alcanzas los 100 millones de euros de patrimonio gestionado ya no hay que incurrir en muchos gastos fijos y casi todos los ingresos que generas van directamente a beneficios”, apunta un veterano de la industria.
Los ex-Bestinver
Otras dos gestoras de éxito tienen un origen común. Tanto Azvalor AM como Cobas AM fueron fundadas por gestores y personal procedente de Bestinver (la gestora de la familia Entrecanales). En un principio, todos iban a crear una sola firma, pero acabaron tomando caminos por separado.
La primera en salir al mercado fue Azvalor, fundada por Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad (ambos gestores), junto con Beltrán Paragés (director comercial) y Sergio Fernández-Pacheco (director de operaciones).
En los últimos cinco años, Azvalor ha ingresado comisiones por valor de 132 millones de euros, obteniendo un beneficio acumulado de 60,4 millones. El 96% de este dinero se repartió entre los dueños de la gestora. Azvalor está controlada por Inversiones Azvalor SL, controlada por los cuatro socios fundadores. La firma tenía 2.388 millones de euros de activos bajo gestión al final del año pasado.
El que fuera jefe en Bestinver de los actuales gestores de Azvalor, Francisco García Paramés, tuvo un periodo de no competencia más largo que sus antiguos colegas tras dejar la firma. Al final, en lugar de incorporarse a la gestora que habían creado, decidió fundar junto con su mujer la gestora Cobas Asset Management.
En los últimos cinco años, la firma de Paramés ha generado unos beneficios por valor de 36 millones de euros, la inmensa mayoría de los cuales se ha distribuido entre los fundadores a través de la sociedad familiar Santa Comba SL. En este periodo, la gestora ha cobrado 123 millones de comisiones de sus clientes, que ahora a finales de 2022 tenían 1.800 millones de euros en la firma.
En los cinco años analizados, los gestores de Azvalor han generado una rentabilidad acumulada para los partícipes de sus fondos bandera de en torno a un 77%. Iván Martín ha aportado un 25% a los clientes de Magallens. Mientras tanto, en el caso del vehículo estrella de Cobas, ha perdido un 13% de su valor en su fondo Cobas Selección.
Las vías de ingresos de estas firmas
Comisión de gestión
Todos los fondos de inversión convencionales tienen una comisión de gestión. En los productos de inversión en Bolsa de este tipo de gestoras independientes, la comisión suele ir del 1% al 1,8% anual, en función de cuánto dinero se mete en el vehículo. Quienes hacen aportaciones de mayor cuantía pueden acceder a un nivel de comisiones más bajo. Este dinero no lo pagan directamente los partícipes del fondo, sino que se va descontando diariamente (y proporcionalmente) del patrimonio de la institución de inversión colectiva. Por eso el cliente final no lo suele percibir. Es, simplemente, un factor más que hace que se reduzca un poco la rentabilidad. Si esta es muy buena, no hay problema. Pero si esta es mala, los clientes se pueden enfadar.
Comisión de éxito
En algunos casos, los fondos tienen una comisión de gestión muy baja y una comisión de éxito, que hace que la gestora solo cobre si el fondo se va revalorizando en un periodo determinado. Este tipo de estructura de cobro tiene el problema de que los ingresos de la firma son más volátiles y dependen mucho de la evolución de los mercados financieros.
Mandatos
Las gestoras de fondos de inversión también cobran en ocasiones por mandatos privados para la administración de ciertos activos. Una entidad encarga a la firma que le invierta un dinero determinado, y le paga una factura por este servicio. Azvalor, por ejemplo, cobró el año pasado casi dos millones de euros por servicios de asesoramiento y gestión de carteras. Magallanes y Cobas percibieron alrededor de 700.000 euros, cada una, por este mismo concepto.
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