La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, apenas dejó lugar para las dudas cuando rindió cuentas sobre la reunión del Consejo de Gobierno de la institución del pasado mes de junio. “Es muy probable que sigamos aumentando los tipos en julio”, afirmó. El día para constatar si la autoridad monetaria sigue adelante con ese plan es este jueves. Y todo indica que así será: los analistas dan por hecho que el Eurobanco encarecerá el dinero en un cuarto de punto más, hasta el 4,25%. Tras constatar que la inflación sigue bajando y la concesión de crédito se ha frenado, los mercados esperan que Lagarde dé alguna señal sobre cuánto pondrá fin al ciclo de subidas sin atarse las manos de cara a la reunión de septiembre.
El BCE ha ido ya más allá de lo esperado por los mercados en su batalla contra la inflación. La decisión de este miércoles de subir los tipos de interés en EE UU hace casi inevitable que Fráncfort mantenga su política de mano dura antes del parón de agosto. La pregunta es hasta cuándo se mantendrán los aumentos. Las subidas de precios siguen moderándose: en junio, la inflación pasó del 6,1% al 5,5% en la zona euro. Y en tres países (España, Bélgica y Luxemburgo) incluso se situó por debajo del 2% que persigue el Eurobanco.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), sin embargo, recordó en su informe de verano de las Proyecciones Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés) que la zona euro avanza a dos velocidades muy distintas. En un extremo, Alemania está en recesión y los precios en junio subieron del 6,3% al 6,8%. En el otro, España cerrará el año con un mayor crecimiento y una menor inflación de la prevista inicialmente. En otras palabras: Berlín está dispuesta a sacrificar crecimiento para domar la inflación, pero en España la subida de tipos se ha convertido en un quebradero de cabeza para los más de cinco millones de familias con una hipoteca a tipo variable.
Hasta ahora, el sector más ortodoxo, los halcones, ha marcado el paso al lograr que el BCE haya llevado a cabo una abrupta subida de tipos, del 0% al 4%, y del -0,5% al 3,5% en la facilidad de depósito (el tipo al que se presta el dinero a las entidades financieras). Este jueves, los analistas esperan otro movimiento de un cuartillo. “No ha habido ningún cambio importante en las proyecciones desde la reunión de junio y, por lo tanto, el banco volverá a subir los tipos de interés”, sostiene el profesor de la London School of Economics y exsecretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno. “Creemos que el BCE subirá los tipos de interés oficiales 25 puntos básicos en su reunión de julio, hasta el 3,75% en la facilidad de depósito”, sostiene Konstantin Veit, gestor de fondos de Pimco.
Movimientos tras el verano
La agresividad exhibida por el BCE ha llevado a los mercados a esperar otra subida más en septiembre. Sin embargo, los mercados dudan de ese incremento al ser cuestionado por los propios halcones. “Para julio, creo que es una necesidad. Más allá de julio, sería a lo sumo una posibilidad, pero de ninguna manera una certeza”, afirmó recientemente el gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, dejando en el aire que el precio del dinero pueda seguir encareciéndose a la vuelta del verano.
“Sin duda, ahora hay más posibilidades que el mes pasado de que el BCE termine su política monetaria en julio”, sostiene Gilles Möec, economista jefe de AXA IM. Los analistas creen que esta vez Lagarde evitará atarse las manos de cara a la reunión de septiembre, donde volverá a tener previsiones actualizadas de crecimiento e inflación hasta 2025. Sin embargo, consideran que el Eurobanco también mantendrá la puerta abierta a subidas hasta que constate que los incrementos salariales no alimentan una segunda ronda inflacionista. Al respecto, el FMI este martes fue optimista, al advertir de que las empresas podían absorber las revalorizaciones de los sueldos sin tocar precios dados los elevados márgenes de los últimos dos años.
Los mercados todavía van más allá: y una vez se frenen las subidas, ¿cuándo empezarán a bajar los tipos? Lagarde ya ha avanzado que las tasas estarán en un territorio restrictivo (es decir, que enfríe la economía) durante el tiempo necesario para acabar con la inflación. El FMI estima que el precio del dinero podría empezar a moderarse en Europa el año que viene. La mayoría de los analistas también lo cree, pero sin ponerse de acuerdo en qué momento. “El BCE probablemente mantendrá esa tasa mucho más tiempo del que han anticipado los mercados financieros”, advierte Codogno.
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