El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha advertido este miércoles, durante la presentación de los resultados de la eléctrica en el primer semestre, de que el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC, la hoja de ruta española para los próximos años en materia energética) “no es realista” y ha recordado que “sigue abierto a cambios”. “Estamos de acuerdo en que el objetivo de renovables debe ser ambicioso. Es positivo (…), pero tenemos que ser realistas: una cosa es lo que nos gustaría hacer…”, ha deslizado en la conferencia con los analistas que siguen el día a día del valor.
El borrador del nuevo PNIEC, publicado hace justo un mes, prevé que el 81% de la electricidad que consuma España en 2030 sea de origen verde, frente al 74% previsto hasta ahora, en gran medida gracias al despliegue masivo de la solar fotovoltaica. Según los cálculos del Ejecutivo y de Red Eléctrica de España (REE), ese giro verde permitirá una fuerte reducción de los precios hasta el entorno de los 28,5 euros por megavatio hora (MWh), un 70% menos que ahora.
En concreto, Bogas ha aludido a las “dificultades técnicas” para poder integrar a la red eléctrica toda la electricidad que generarán los parques renovables en camino, en línea con la reciente advertencia al respecto de la Comisión Europea. “Aún tenemos tiempo para hablar con el Gobierno”, ha deslizado el primer ejecutivo de la eléctrica, al tiempo que dejaba entrever una cierta “preocupación” por el cierre de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), previsto para 2027, y por la “volatilidad” de precios que provocará la entrada en masa de renovables en los próximos años, que traerá consigo “precios muy bajos en las horas centrales y altos en el resto del día”.
Endesa se anotó un beneficio neto de 879 millones de euros entre enero y junio, un 4% menos con respecto al mismo periodo de 2022. La gran diferencia entre ambos periodos está en los extraordinarios obtenidos el año pasado por la venta de la mitad de su negocio de movilidad eléctrica (Endesa X) a su matriz italiana Enel. Aislando la parte extraordinaria de la cuenta de resultados, la ganancia neta de la segunda mayor eléctrica española habría crecido casi un 20%.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) se situó, por su parte, en 2.476 millones, un 13,2% más que el primer semestre del año pasado, a pesar de la notable caída (-11,6%) de la facturación. Con todo, los resultados semestrales, remitidos este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) permiten a Endesa reafirmar su previsión de beneficio neto de entre 1.400 y 1.500 millones de euros en el conjunto de 2023. El Ebtida debería echar el cierre en una horquilla de entre 4.400 y 4.700 millones.
La compañía destaca la “solidez” de su negocio en el mercado libre de la luz, donde los márgenes son mucho más jugosos, aunque subraya que este “comienza a normalizarse” tras la fuerte volatilidad registrada en 2022, el año en el que la invasión rusa de Ucrania rompió todos los esquemas energéticos.
Entre enero y junio, el consumo de electricidad por parte de los clientes de Endesa cayó un 3,8%, una bajada transversal tanto en el sector servicios como en el residencial. Los volúmenes de su negocio de gas en España cayeron aún más: un 5% interanual, tanto por el menor consumo de los ciclos combinados (las centrales en las que se quema gas para obtener electricidad, que en 2022 tuvieron que operar a pleno rendimiento por la sequía) como por la menor demanda final de los clientes finales, tanto empresas como hogares. “La compañía tiene vendido ya el 90% del gas que compra para 2023 y el 65% para 2024, y la base de clientes se mantiene estable en 1,8 millones”, apostilla la empresa.
La deuda neta de la energética, una de las principales preocupaciones del grupo Enel (en el que está integrado la otrora eléctrica pública española), cayó ligeramente respecto al cierre del año pasado: son 10.597 millones de euros, frente a los 10.869 millones de entonces, un 2,5% menos. En plena escalada de los tipos de interés, el coste financiero de la misma es del 3%, algo más que la media del sector pero un nivel bastante controlado. Por su parte, la ratio de apalancamiento (deuda neta respecto al Ebitda) cerró junio en 1,8 veces, frente a las dos veces de un año antes.
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