El mercado de trabajo ha cambiado de forma radical en los últimos cuatro años. El hito que supone rebasar los 21 millones de trabajadores es muy llamativo, pero hay otras variables que han mejorado sustancialmente durante la última legislatura. Estas son algunas de ellas.
Ocupación
El empleo creció en 1,1 millones de personas entre el último trimestre de 2019, cuando empezó la última legislatura, y el segundo cuarto de 2023, último dato disponible de la Encuesta de Población Activa (EPA). La evolución ha sido sostenida en el tiempo, con la excepción de la pandemia. Durante 2020 el mercado laboral se dejó un millón de empleos por el camino, pero el número de parados no creció de forma acompasada gracias a los ERTE. Los 21 millones de empleados que ahora registra España son el máximo notificado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desempleo
El paro está por debajo de la frontera psicológica de los tres millones, según los últimos datos de la EPA. Es el registro más bajo desde que empezó la andadura del Gobierno de coalición. Y si echamos la vista más atrás, el dato se convierte en el inferior desde hace 15 años. En la misma línea, la tasa de desempleo se encuentra es su valor mínimo desde 2008. Pese a lo positivo de esta noticia, seguimos lejos de las tasas de paro de la burbuja del ladrillo, cuando rondaba el 8%. La media europea actual es del 6,5%.
Empleo de mujeres
En el último trimestre de 2019 trabajaban 9.158.300 mujeres, unas 600.000 menos que ahora. En el mismo periodo, ellos ganaron menos empleos, 450.000. Los expertos señalan que este fenómenos se debe a que durante periodos económicos positivos el paro mejora más entre los colectivos que más lo sufren. La misma tendencia se aprecia en los últimos cuatro años entre trabajadores extranjeros o jóvenes. Y cuando se combinan las tres variables (mujer, joven y extranjera), más aún. Así, las mujeres significan hoy el 46,5% de la fuerza laboral española, mientras que en el último trimestre de 2019 eran el 45,9%.
Temporalidad
Una de las variables que más ha mejorado a lo largo de la legislatura es la temporalidad. El coto a los contratos temporales que introdujo la reforma laboral, aprobada en diciembre de 2021, ha hundido esta estadísticas a mínimos históricos: en diciembre de 2021 era del 26,1% y en el segundo trimestre de 2023, del 17,3%.
En los últimos meses esta caída ha sido muy contestada por la derecha, que ha acusado un cambio de contratos temporales por fijos-discontinuos. Esta fórmula, que ya existía pero la reforma laboral la ha potenciado, protege mejor al trabajador, ya que asegura el retorno al puesto en los periodo de temporada baja y le permite cobrar el desempleo durante estos tramos de inactividad. Pero, con todo, su peso en el total de los asalariados es escaso. Ha pasado del 2,3% en el último trimestre de 2019 al 3,9% en el segundo trimestre de 2023.
Parcialidad
La parcialidad ha caído del 14,7% en el último trimestre de 2019 al 13,5% en el segundo cuarto de 2023. El número de jornadas parciales apenas ha cambiado, sigue rondando los 2,9 millones. La diferencia es el aumento en el total de jornadas a tiempo completo, que han escalado de 17 a 18,2 millones en menos de cuatro años.
¿Y respecto a otros periodos históricos?
Aunque estos cuatro años han sido muy positivos para el empleo, en circunstancias tan difíciles como una crisis inflacionista o una pandemia, al comparar con otros periodos políticos se descubren rachas mejores. El presidente con el que más mejoró el empleo fue el popular José María Aznar. Cuando llegó al poder había un 22,2% de paro, 11 puntos más de los que registraba la EPA cuando le sustituyó José Luis Rodríguez Zapatero. Los dos mandatos del socialista, muy condicionados por la crisis financiera que lastró la economía global en 2008, supusieron el mayor aumento del paro para un presidente, de 11,5 puntos hasta el 22,6%. Mariano Rajoy logró bajar el desempleo hasta el 15,3%, un guarismo que durante el mandato de Pedro Sánchez ha caído hasta el 11,6% de esta última edición de la EPA.
Respecto a la creación de empleo, una variable más difícil de comparar por los cambios demográficos, Aznar también es el que arroja un mejor registro: a su salida había cinco millones más de empleos de los que se encontró. Sánchez es el segundo en este ranking, con 1,7 millones de puestos de trabajo más hasta ahora, seguido del socialista Felipe González. De 1982 a 1996 la ocupación creció en 1,3 millones de trabajadores.
Por legislaturas, esta última el desempleo ha caído del 13,8% al 11,6%. Es una contracción inferior a la anterior (sin contar la de la repetición de elecciones), cuando el paro cayó 4,9 puntos. Aunque ese mérito se lo reparten PP, que gobernó de 2016 a 2018, y PSOE, que tomó los mandos tras la moción de censura hasta 2019. En ese periodo también se creó más empleo (1,3 millones) que en la última legislatura (1,1 millones). El ciclo con peor saldo para el mercado laboral fue el de 2008 a 2011, cuando la ocupación cayó en 2,5 millones de personas y el desempleo pasó del 10,4% al 22,6%. La primera legislatura de Zapatero fue mucho mejor: el paro cayó 0,7 puntos y se generaron 2,6 millones de puestos de trabajo. Pero las mejores cifras son las del primer mandato de Aznar, de 1996 a 2000, cuando la ocupación creció en 2,8 millones de empleados y la tasa de desempleo pasó del 22,8% al 13,7%.
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