Con la llegada del calor a finales de julio, las principales plazas financieras se preparan para iniciar sus vacaciones y, al igual que en el teatro o en la ópera, el último pase antes del periodo de asueto siempre es especial. Por ello, los actores financieros han estado muy atareados esta semana.
Los primeros en pisar el escenario fueron los protagonistas, los bancos centrales, con una actuación sobria que marca un punto de inflexión en el caso de la Reserva Federal (Fed). En este sentido, la autoridad monetaria americana elevó los tipos oficiales a los niveles más altos de los últimos 22 años, situándolos en el rango del 5,25%-5,5%, y tomará un talante más reactivo que, salvo sorpresas en la inflación, se traduce en una pausa indefinida.
Por su parte, el BCE subió el tipo de depósito a las cotas más altas desde 2001 y dejó abierta la posibilidad de elevarlo al 4% en septiembre, cifra que sería la más alta desde la creación de la institución monetaria. En este caso, el debate entre crecimiento e inflación se acrecentará en el seno del comité. Por un lado, el FMI prevé que Alemania será la única economía del G-7 que no crecerá en 2023, pero, por otro lado, la moderación en la inflación es insuficiente, con una inflación subyacente que está 1,75 puntos porcentuales por encima de los tipos oficiales. La duda está servida.
Asimismo, los datos macroeconómicos también han sido claves. El más destacado fue el PIB del segundo trimestre en Estados Unidos, que mostró un sólido crecimiento del 2,4%. Ni las subidas de tipos ni el empeoramiento en las condiciones de crédito consiguen frenar al consumidor estadounidense, a lo que se ha sumado un aumento en la inversión no residencial gracias a los estímulos industriales de Joe Biden. Con esta sorpresa, las perspectivas para finales de año mejoran y se aplaza la llegada de la recesión.
A estas novedades se le sumó el grueso de la temporada de resultados empresariales del segundo trimestre, con el foco puesto en las grandes tecnológicas, las estrellas bursátiles este año. Hasta el momento, los números cumplen las altas expectativas, con un crecimiento interanual de beneficios de doble dígito en todos los casos. Por lo demás, pocas sorpresas, que confirman que este será el primer trimestre con unos beneficios a la baja desde 2020, lastrados principalmente por el sector energético.
Acabada la obra, el telón baja, las Bolsas aprueban con sus aplausos y los actores se relajan. La función ha terminado, llegan las vacaciones. Durante este impasse, los inversores podrán aprovechar oportunidades, como la actual, para alargar duración en renta fija, cerrando su inversión en bonos con los tipos más altos del ciclo.
Finalmente, recordar a los espectadores que quedan invitados a la función inaugural de la nueva temporada que, como cada año, empezará junto a las montañas de Jackson Hole, pero esta vez con un libreto renovado.
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