La creación de empleo sigue marcando récords ajena a la convulsión política que supuso el adelantamiento electoral del 23-J. En julio pasado, el número de afiliados a la Seguridad Social aumentó en 21.945 personas, hasta sumar la cifra desconocida de 20,89 millones de trabajadores cotizando al sistema. Así lo indican las cifras medias hechas públicas este miércoles por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que, sin embargo, también reflejan algún síntoma de desaceleración en el ritmo de creación de empleo si se compara con los meses de julio de los años anteriores. La generación de puestos de trabajo se ha visto lastrada en esta ocasión por la destrucción de ocupación en tres sectores de actividad: la agricultura; la educación, afectada por el fin del curso escolar; y la construcción.
En concreto, los casi 22.000 nuevos afiliados de julio pasado representaron alrededor de la mitad de la media de nuevos afiliados en los meses de julio de los últimos diez años (que arroja un promedio de casi 40.000 mensuales, descontando los datos atípicos de 2020 por la pandemia). Bien es cierto que en julio pasado la economía volvió a crear empleo en este mes de verano, después del pinchazo que registró en julio de 2022, cuando de forma sorpresiva se perdieron más de 7.000 puestos de trabajo.
Esta creación de empleo inferior a la media de los últimos años para este mes, según el registro de Seguridad Social, ya se empezó a observar de la misma manera en junio, cuando distintas voces del mercado de trabajo alertaron de que el ritmo de la nueva ocupación podría estar ralentizándose. No obstante, el Ministerio que dirige José Luis Escrivá ha preferido destacar hoy que, durante una buena parte del mes de julio, el sistema estuvo muy cerca de alcanzar los 21 millones de afiliados a este registro, una cifra histórica de ocupación que ya se alcanzó durante el segundo trimestre de este año, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada la semana pasada.
De igual forma, el paro registrado, publicado también hoy por el Ministerio de Trabajo, volvió a bajar en julio, al contabilizarse 10.968 desempleados menos inscritos en las oficinas públicas de empleo, con lo que la cifra total de parados se situó en 2.677.874, el nivel más bajo en cualquier mes en 15 años, desde que en 2008 estallara la crisis financiera. Pero, este recorte del paro también fue inferior a la media de caída del desempleo registrado en los meses de julio los últimos diez años, cuando esta caída superaba los 50.0000 desempleados de media.
Las cifras desestacionalizadas —preferidas por el ministro Escrivá por reflejar mejor la tendencia del mercado— también denotan este menor ritmo de avance de la ocupación, ya que muestran un incremento de afiliados de 16.285, ligeramente inferior al dato sin ajuste estacional. Por su parte, el desempleo corregido de estos efectos estacionales habría aumentado en 5.509 personas, en lugar de recortarse, según la estimación realizada con la base de datos de series de coyuntura económica del Ministerio de Asuntos Económicos.
El comportamiento sectorial del empleo está detrás de esta pérdida de fuelle en la generación de ocupación y recorte del paro. En el lado positivo, las actividades que tradicionalmente tiran de la ocupación en un mes estival y de rebajas como es julio se comportaron positivamente, con la creación de más de 41.000 empleos por parte del comercio; otros 30.000 en la hostelería y las actividades recreativas y de ocio y casi 50.000 más en la sanidad (por las contrataciones en las zonas vacacionales y las sustituciones de verano). También la industria, que no es un sector que en los meses de verano funcione especialmente bien, este año se ha anotado buenas cifras, ganando casi 11.000 nuevos cotizantes.
En general, la mayoría de las actividades ganaron afiliados, pero la cifra resultante a fin de mes se vio fuertemente recortada por la pérdida de empleo en tres sectores, fundamentalmente. La educación fue el que recibió un mayor revés, pese al mayor uso de contratos indefinidos fijos discontinuos para estas actividades, ya que perdió 110.705 afiliados en julio, lo que supone un recorte de los ocupados del 10% en un solo mes. No obstante, desde el Ministerio de Trabajo, consideran este comportamiento del sector educativo “normal” y lo atribuyen a que muchos de esos cotizantes perdidos son trabajadores fijos discontinuos que se dan de baja en verano y volverá a ser contratados en septiembre.
Seguidamente, el sistema especial agrario también experimentó una fuerte caída de 38.161 cotizantes, un 5,5% menos que los trabajadores contabilizados en junio. Y, en menor medida, la construcción también perdió casi 2.000 trabajadores, algo habitual en este mes, y que este año se ha visto afectado por varias olas de calor. A esto hay que sumar la pérdida de 6.819 trabajadores autónomos; este colectivo volvió en julio a cifras negativas tras encadenar cinco meses de creación de empleo, aunque en términos interanuales sigue ligeramente en positivo.
Estas caídas, sobre todo en una agricultura que podría haberse visto afectada por la sequía, explicarían que comunidades eminentemente turísticas, como Andalucía o la Región de Murcia, hayan destruido empleo en un mes de julio, aunque de forma moderada (12.146 y 1.728 afiliados menos, respectivamente). Si bien fue Madrid la comunidad que salió peor parada, con la pérdida de más de 18.000 cotizantes respecto a junio.
Atendiendo al detalle de todos estos datos, en julio ha llamado también la atención que, en términos de saldo neto, todo el empleo creado fue ocupado por hombres, ya que se contabilizaron 63.889 cotizantes masculinos más que en junio y se perdieron casi 42.000 puestos entre las mujeres. Con ello, el peso de los hombres en el empleo ha vuelto a escalar por encima del 53 %, algo que no ocurría desde octubre pasado. El hecho de que las actividades que más empleo crearon el mes pasado tengan una importante presencia de mujeres es lo que más sorprende de esta evolución. Además, en julio también se contabilizaron 4.364 afiliados extranjeros menos que en junio.
En cuanto a la calidad del empleo creado en julio, aunque se mantuvieron los efectos positivos de la reforma laboral, la contratación indefinida se vio levemente resentida. Así, el peso de los fijos entre los nuevos contratos que se firmaron en julio bajó al 39,5 %, frente al entorno del 45, % de media en el que se había mantenido todo este año. El mes pasado, el saldo neto muestra que en julio se hicieron 65.370 contratos indefinidos menos y casi 4.000 temporales más. Los fijos discontinuos fueron la modalidad de contratación indefinida que más cayó, un 12 % en el mes, frente al 10 % de los fijos a tiempo completo y el 9 % de los que se realizaron a tiempo parcial.
Más derechos, más empleo y menos paro para el futuro
De cara a los próximos meses o años, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, ha avanzado hoy que está ya negociando con el PSOE un próximo acuerdo de Gobierno de coalición, en el que se incluyan “más derechos laborales, más sanidad y más educación pública y, en definitiva, más financiación”. De momento, en ese hipotético acuerdo, la líder de Sumar incluiría sin duda algunas de las cuestiones que no pudo sacar adelante en la pasada legislatura, como el Estatuto del becario o la Ley de usos del tiempo de trabajo, además de una nueva redacción del Estatuto del trabajo del siglo XXI.
Por su parte, el secretario de Estado de Empleo y número dos de Díaz en el Ministerio, Joaquín Pérez Rey, ha destacado hoy como objetivo para la próxima legislatura, si siguiera en el Gobierno, converger con Europa en materia de tasa de desempleo. España cuenta con un paro, según Eurostat, del 11,7%, frente al 6,4% de la zona euro, lo que sitúa el diferencial en 5,3 puntos, pero Pérez Rey se ha mostrado convencido en poder seguir recortando esta brecha que antes de la reforma laboral, la aplicación masiva de los ERTE y la subida del salario mínimo interprofesional del último Gobierno llegó a ser de 14 puntos, ha recordado.
Es más, tanto Pérez Rey como el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, han negado este miércoles que se atisben signos de desaceleración en el empleo y, muy al contrario, aseguran que la mejora de la calidad de la nueva ocupación —con una tasa de temporalidad del 13,9% “completamente homologable a Europa ya”— ha hecho que el mercado laboral sea “el indicador económico que mejor funciona” y el que propicia que haya una mayor actividad.
Sin embargo, hay otras voces que no solo sí vuelven a ver señales de ralentización del mercado de trabajo, sino que además concretan que la segunda parte del año traerá peores resultados. Es el caso del director de The Adecco Group Institute, el servicio de estudios de esta multinacional de recursos humanos, Javier Blasco, quien ha destacado este martes que “el menor crecimiento del PIB al final del primer semestre anticipa un mes de agosto en cifras negativas en la comparativa con julio”. De hecho, augura que “en agosto, la afiliación tiende a bajar y el paro a subir, en ambos casos frente al mes anterior”. Por ello, cree que el empleo seguirá sin llegar a los 21 millones de ocupados este verano, aun manteniendo un ritmo de avance del 2,7% interanual; y el paro registrado se elevará ligeramente a 2,7 millones de personas “en su definición restringida y a 3,65 millones en su definición más amplia”, que incluye subempleados y fijos discontinuos inactivos entre otros colectivos.
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