Joaquín Pérez Rey (Madrid, 50 años) es el principal negociador del Ministerio de Trabajo. El secretario de Estado de Empleo, ahora en funciones, ha participado en los acuerdos de los que siempre presume Yolanda Díaz, como la reforma laboral o los sucesivos incrementos del salario mínimo. Cree que estas políticas, entre otras, se traducen en la fortaleza que viene mostrando el mercado laboral mes a mes. Atiende a EL PAÍS poco después de explicar los datos de afiliación y paro registrado de julio en rueda de prensa, que de nuevo logran récords positivos.
Pregunta. Los datos de afiliación a la Seguridad Social y de paro registrado siguen marcando cifras muy positivas. Pero en los últimos meses hay una atenuación en la mejora de esos datos. ¿A qué cree que se debe?
Respuesta: No creo que haya una atenuación. Estamos en récords históricos de empleo, en 21 millones [de trabajadores] según la EPA, cifras claramente extraordinarias. Trimestre a trimestre hemos ido subiendo y hemos reducido el paro registrado. Lo que creo que ocurre es que el mercado de trabajo está desestacionalizándose. Esos picos tan abruptos, debidos en buena parte a la contratación temporal, ya no se producen. La contratación es más estable, se anticipa. Las empresas hacen frente a la mayoría de su actividad con contratos indefinidos y eso provoca fluctuaciones menores entre verano e invierno. No hay ningún elemento en este momento que nos haga dudar de que podemos seguir manteniendo un buen ritmo de empleo.
P. Uno de los datos que más se esfuerzan en destacar es que sectores de alto valor añadido están creando más empleo que de costumbre. ¿Por qué cree que se está dando este fenómeno?
R. Primero, porque las políticas de formación y de upskilling y reskilling [mejorar o adaptar la formación] están empezando a dar frutos. Segundo, porque el propio modelo productivo español está cambiando como consecuencia de los fondos europeos y de las inversiones relacionadas con la industria verde. Estamos poco a poco superando esa falta de sintonía entre el nivel de cualificación y los puestos ofertados. Este cambio paulatino nos lleva a un mercado de trabajo más potente, más resiliente y que ofrece oportunidades de empleo más seguras. Creo que esa transformación siempre reclamada del modelo productivo español, esa transición verde y digital, está empezando a despegar.
P. España sigue padeciendo casi el doble de desempleo que la media de la Unión Europea. ¿Qué es más importante para cerrar esa brecha: contar con más empresas grandes, que otros sectores productivos ganen peso respecto al turismo o atajar mejor la economía sumergida?
R. Lo primero que diría es que en los últimos dos años el mercado de trabajo español ha dado un salto considerable para acercarse a Europa. Nosotros hemos dicho tradicionalmente que constituíamos un planeta lejano, un elemento fuera de la galaxia europea, una anomalía sobre todo en la tasa de temporalidad y de paro. En tasa de temporalidad nos hemos acercado de manera evidente. Respecto al paro, estamos con un diferencial con Europa de cinco puntos, que no son los 11 de 2013 del Partido Popular. Esto no deja de ser preocupante, pero obviamente es un diferencial mucho más pequeño. Creo que estamos en una senda de convergencia real.
¿Cuáles son las razones [de la diferencia que aún se da]? Es un problema multidimensional, pero me atrevería a decir que tiene que ver con la composición de nuestro modelo productivo, que está empezando a cambiar. Las empresas tienen que ganar tamaño, pero creo que hay otro elemento que tenemos que tener en cuenta: hasta ahora los sectores tradicionalmente vinculados a nuestro país, el turismo o la construcción, han funcionado a golpe de temporalidad y esto ha generado siempre un paro recurrente. Ahora los vamos a ver funcionar con estabilidad y eso también aportará menos desempleo.
P. ¿Usted cree que el pleno empleo para España se sitúa en el 8% de paro, como ha dicho el presidente del Gobierno?
R. Es un debate eminentemente técnico, casi académico. Yo creo que más que dar una cifra, lo importante es que en España haya tantos trabajos disponibles como personas queriendo trabajar. Ese sería el pleno empleo para mí.
P. De los muchos acuerdos que alcanzaron en el ministerio con los sindicatos, hubo uno que no se ha materializado en ley, el estatuto del becario. No llegó al Consejo de Ministros por el rechazo del PSOE, pero es que tampoco tenía recorrido parlamentario por la negativa de los partidos nacionalistas. Y en la futura legislatura esos partidos son aún más importantes para alcanzar mayorías. ¿Asumen que el acuerdo al que llegaron con los sindicatos no será aprobado?
R. No. Regular las prácticas formativas en empresas es una imperiosa necesidad. No puede ser que la mayoría de los jóvenes sean rehenes de la formación práctica con condiciones degradadas. Creo que la reforma Díaz [en referencia a la reforma laboral] tiene dos enseñanzas: su carácter protector y cómo las cosas hechas con el diálogo social resultan absolutamente eficaces. Es un acuerdo con las organizaciones sindicales trabajado durante meses, en el que, por cierto, también aportó mucho la patronal española, que por motivos de otro orden, fundamentalmente a mi juicio ideológicos, quedó fuera. En la próxima legislatura este es uno de los elementos que obligatoriamente tiene que ver el Boletín Oficial del Estado. Hay que trabajar en la dinámica parlamentaria para sacarlo adelante, primero en el Gobierno y posteriormente en el Congreso.
P. Pero insisto, ¿no cree que con las posiciones ya expresadas van a tener que cambiar el texto para que salga adelante? ¿Cree que van a convencer al PSOE?
R. Creo que muchas de las posiciones expresadas no tienen una base real. El texto tuvo alguna crítica por parte, sobre todo, de las universidades. Creo que es un acuerdo muy equilibrado, que va al grano. No puede ser que alguien que no tiene recursos económicos, que no puede desplazarse a una empresa, se quede sin hacer las prácticas [el estatuto establece una compensación de gastos]. No puede ser que en función de la familia en la que nazcas tengas mayores oportunidades de formación. Nuestro objetivo es seguir adelante con el mismo, entre otras cosas porque este ministerio si por algo se ha caracterizado es por el respeto escrupuloso al diálogo social.
P. El principal cambio en materia laboral que Sumar planteó en campaña fue la reducción de la jornada de trabajo a 37,5 horas en 2024 y que de forma progresiva llegue a 32. ¿Si hay acuerdo de Gobierno con el PSOE, al menos esas 37,5 horas formarán parte del texto?
R. Hay que mantener un fuerte nivel de discreción sobre cuáles son los contenidos programáticos de un futuro Gobierno de coalición. Naturalmente hay contactos sobre cuál debe ser el horizonte de ese programa y por lo tanto no puedo entrar en detalle. Pero, naturalmente, no puedo negar que para la fuerza política que representa Yolanda Díaz hay elementos muy decisivos, como el que dice. La reducción de la jornada de trabajo es un elemento de una lógica aplastante. Creo que es una reclamación ciudadana. Con la discreción que tienen esos contenidos, sí es evidente que la jornada de trabajo tendrá un protagonismo muy importante en esas negociaciones.
P. ¿Cuándo volverán a subir el salario mínimo? La media de las inflaciones interanuales de lo que llevamos de año es de un 3,8%, y si nos fijamos en la subyacente escala hasta el 6,8%. Esos 1.080 euros brutos mensuales que se alcanzaron a principios de año ya han perdido poder adquisitivo.
R. El salario mínimo efectivamente no puede perder poder adquisitivo y tiene que seguir subiendo con dos objetivos. Primero, mantener su poder adquisitivo. Y además servir de palanca para mitigar el diferencial salarial que tenemos con Europa. Queremos ser europeos en tasa de temporalidad, en desempleo y también en salarios .Habrá que afrontarlo en los plazos adecuados para que el salario [mínimo] ya en 2024 empiece a jugar con estas variables.
P. ¿O sea que nos vamos más bien a final de año para un nuevo incremento?
R. Dependerá de cómo se desarrolla la negociación política surgida de las elecciones del día 23. No tenemos todavía programado cuándo hacerlo. Lo que sí tenemos claro es que el salario mínimo tiene que seguir siendo una palanca decisiva de las políticas retributivas de este país.
P. Se ha hablado mucho de los fijos discontinuos en esta legislatura, aunque según la última EPA solo suponen el 4% de los asalariados y antes de la reforma laboral eran el 2%. ¿Cuándo van a ser capaces de ofrecer datos actualizados de fijos discontinuos activos e inactivos?
R. Los fijos discontinuos que hay en España se saben. Es una polémica verdaderamente asombrosa, no solo porque se hayan computado siempre igual, sino porque sabemos que apenas llegan al 4% de la población asalariada, según la EPA. Y por cierto, una EPA que nos dice que en España hay 2,7 millones de desempleados, que coincide con las cifras de paro registrado. Y en esos desempleados están los fijos discontinuos inactivos, así que no hay ni trampa ni cartón. Toda la polémica de los fijos discontinuos es básicamente un intento desesperado del PP, el partido que peor ha gestionado el mercado de trabajo en nuestro país, el partido de la precariedad, de la mayor tasa de paro de nuestra historia y de la desprotección social. En segundo lugar, los fijos discontinuos son una gran conquista de la reforma Díaz. Todas esas personas que hoy son fijos discontinuos, hasta hace unos años eran trabajadores de usar y tirar, que iban a prestar sus servicios unos pocos días a una empresa y se les despedía. Y si al empresario le venía bien los volvía a contratar. Y si no, no.
¿Cuándo podremos dar un dato depurado desde el punto de vista de los registros del SEPE [sobre activos e inactivos? Pues en realidad es difícil de llegar a una conclusión, porque estos datos no dependen del Ministerio de Trabajo, sino de los servicios de empleo de las comunidades autónomas. Lo que sí te puedo decir es que les vamos a pedir la colaboración activa, una vez conformados los nuevos ejecutivos autonómicos, para que cuanto antes nos puedan ofrecer un dato absolutamente depurado que no mueva a engaño.
P. ¿Habrá nuevo catálogo de ocupaciones de difícil cobertura [la lista de profesiones para las que las empresas pueden contratar en el extranjero]? El último aprobado es el del primer trimestre
R. Sí, habrá nuevo catálogo de ocupación de difícil cobertura, como siempre dijimos en un diálogo con las organizaciones sindicales y patronales. Vamos a ver cuáles son aquellas profesiones donde pueda haber dificultades de contratación de trabajadores. Está claro, y lo tenemos nítidamente constatado, que en España no hay ningún problema de vacantes. No hay ningún dato, empezando por Eurostat, que lo demuestre. No es posible proceder a una apertura generalizada. Donde veamos que pudiera haber alguna dificultad, pues no hay ningún problema en incorporarlos al catálogo. Lo publicaremos en breve.
P. ¿Y van a entrar ocupaciones técnicas de la construcción?
R. En la medida en que los datos de los distintos territorios y después del análisis llevado a cabo con los interlocutores sociales, si vemos que puede haber algunas ocupaciones dentro de la construcción que pudieran justificar eso, pues podrían entrar. El catálogo incorporará aquellas ocupaciones en las que se ha demostrado empíricamente que puede haber algún problema de contratación.
P. Volviendo al diálogo social, en la primera parte de la legislatura los empresario formaron parte de varios acuerdos, como la primera subida del salario mínimo o la reforma laboral, y apenas participaron en la segunda mitad. Cree que, visto el resultado electoral, ¿si consiguen conformar gobierno volverá a haber más acuerdos con la patronal?
R. La patronal española ha sido decisiva en el diálogo social, ha participado en la gran mayoría de los acuerdos. De otros se ha quedado fuera por razones muchas veces puramente estratégicas y confió claramente en el pragmatismo de la patronal. No tengo la menor duda que una eventual próxima legislatura de un gobierno de coalición progresista contará con la patronal dentro del diálogo social. En la medida que se desprenda de sus prejuicios ideológicos, no tendrá ningún inconveniente, como lo ha hecho durante todo este tiempo.
P. Ante un nuevo gobierno de coalición, si la vicepresidenta Yolanda Díaz asume otras responsabilidades, ¿se ve como ministro de Trabajo?
R. Uy, yo eso, no, no, no [se ríe]. Ninguna especulación. Lo único que sé es que sería una magnífica noticia que la mejor ministra de Trabajo de la historia siguiera siendo la mejor ministra de la historia.
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