Va a ser una dura vuelta al cole y al trabajo. Los suministros básicos, la cesta de la compra, las hipotecas, la luz, el gas y los carburantes han vuelto a repuntar. Y aunque se han dejado atrás las subidas incotroladas del año pasado, estos precios se suman a la tormenta previa que empezó con la pandemia y a unos salarios que no se han actualizado al mismo ritmo que el IPC. Hasta ahora las familias han resistido los embates de los últimos años, pero el Banco de España da cuenta de que el combustible se acaba. Entre enero y julio los hogares han retirado 18.650 millones en depósitos para hacer frente al encarecimiento de la vida y en busca de alternativas más rentables en las que colocar el ahorro debido a la escasa remuneración que ofrece la banca. Según estos datos, la salida de dinero se ha agudizado en verano, coincidiendo con las turbulencias económicas.
IPC y carburantes
En agosto, la inflación ha vuelto a repuntar hasta el 2,6%, tres décimas más que en el mes previo. La escalada ha estado protagonizada por los carburantes y los combustibles líquidos, que se han encarecido como consecuencia del anuncio de recortes en la producción de petróleo por parte de Arabia Saudí y la amenaza de huelgas en varias instalaciones de gas natural en Australia. Estas crisis inesperadas han tenido una consecuencia directa en el mercado nacional: el litro de gasolina 95 a día de hoy cuesta 1,72 euros, la mayor cifra desde diciembre del año pasado sin contar la bonificación de 20 céntimos por litro implantada por el Gobierno. El gasóleo, por su parte, se vende a 1,61 euros, lo que supone un encarecimiento de más del 12% desde que empezó la racha alcista en julio de este año. De esta forma, el precio medio de los carburantes ha encadenado su octava semana consecutiva de subidas en plena operación retorno.
Las previsiones apuntan a que el precio de los carburantes seguirá al alza hasta finales de año debido a los constantes cortes de producción de petróleo llevados a cabo por la OPEP y al aumento de la demanda en China. Además, los analistas no creen que las compañías vayan a ajustar sus márgenes, por lo que según Wouter Thierie, de ING, el barril podría alcanzar los 90 dólares al cierre de 2023.
En el caso de la electricidad, la subida se explica por factores internos. Las olas de calor que ha registrado el país este verano han impulsado el uso de productos de refrigeración y climatización, lo que a su vez ha empujado al alza el megavatio hora. A finales de agosto llegó a superar los 134 euros, una cifra que no se veía desde marzo, aunque sigue siendo un precio menor que el registrado en agosto de 2022. El cierre del verano tampoco garantiza el fin de la escalada, pues aún queda el invierno y persiste la amenaza de que escasee el gas ante las posibles paradas de producción.
Vivienda
Los precios de los alquileres y las hipotecas son otro frente abierto. El euríbor ha cerrado agosto en el 4,072% de media, lo que supone la primera caída intermensual en 20 meses, cuando marcaba el -0,502% e inició una tendencia alcista que se ha mantenido casi ininterrumpidamente hasta ahora. Pero a pesar de esta pequeña tregua, las cuotas hipotecarias ligadas al indicador no van a notar la bajada porque hace un año la media era mucho menor. Tampoco se espera que abarate las cuotas de los futuros préstamos. HelpMyCash estima que para un importe de 150.000 euros a 25 años con un diferencial del 1% sobre el euribor, la letra mensual subirá unos 229 euros, es decir, 2.748 euros anuales. El mercado prevé que el indicador se mantenga en valores comprendidos entre el 4% y el 4,3% siempre y cuando no aumente la inflación en la eurozona, pero bajo ninguna circunstancia se volverá a terreno negativo.
Los alquileres, por su parte, están en máximos históricos. Julio cerró con una subida mensual que dejó el metro cuadrado en los 11,9 euros, por lo que una casa de 80 metros cuadrados, el tamaño promedio en el país, ya cuesta 952 euros de media, según los últimos datos de Idealista. Los incrementos desorbitados están ocasionando que alquilar un piso incluso en una de las ciudades más baratas del país, como Lugo o Huelva, suponga más de la mitad del salario mínimo interprofesional (SMI). Y en el caso de las zonas más caras, como Baleares, se necesitan casi tres salarios mínimos para costear un mes de alquiler. En todos los casos, el esfuerzo financiero atenta contra la recomendación que dicta que el valor a pagar no supere el 30% de los ingresos.
Alimentos
Otra preocupación de los españoles es el recibo de la compra. Los alimentos repuntaron un 10,8% en julio, cinco décimas más que en el mes previo. La evolución rompió una racha de cuatro meses consecutivos a la baja y los analistas ven posible que en agosto siga la tendencia a causa de la campaña de verano y las perdidas que ha dejado la sequía en las cosechas de cereales y otras producciones agrícolas.
Algunos de los productos más básicos que se benefician de la supresión del IVA se han disparado en estos meses. El azúcar vale un 44,2% más que en el verano pasado; las patatas casi un 23%; el arroz un 22%; y la mantequilla y la leche entera casi un 18%. Drama aparte es el aceite de oliva: la estrella en todas las cocinas de España se vende en torno a los 10 euros el litro, algo impensable hace 12 meses. Según los últimos datos del INE, se ha encarecido un 38,8% de un año a otro, y en el caso del virgen extra la subida supera el 227%. Casi la mitad de los alimentos afectados por la rebaja del IVA se han encarecido en lo que va de 2023, según un estudio publicado ayer por Facua. El documento analiza la evolución de unos 1.000 precios de alimentos básicos desde enero hasta agosto en ocho grandes cadenas de distribución.
Colegio
La cuesta de septiembre estará rematada por la vuelta al cole. Quienes tengan hijos en edad escolar deberán desembolsar de media unos 500 euros por niño, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Supone un encarecimiento del 23,4% respecto al curso pasado, cuando la media fue de 405 euros. María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, recuerda que se trata de un gasto estacional, por lo que el consumo y la tasa de ahorro de las familias se ajusta en este tiempo. Pero en esta ocasión la subida está por encima de la media y complica la situación entre los hogares que ya tienen dificultades para llegar a fin de mes.
Balance
A pesar de todas estas vicisitudes, los analistas coinciden en que la situación es más favorable que hace un año. En 2022, la inflación media entre enero y agosto era del 9%; ahora es del 3,6% y el Banco de España cree que en el medio plazo la inflación “irá convergiendo progresivamente hacia el objetivo” del 2%. Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, recuerda que el empleo continúa aumentando y los salarios empiezan a crecer por encima del IPC -la subida salarial en las grandes empresas y las pymes fue del 5,7% entre abril y julio, por encima de la inflación de ese periodo-. Asimismo, las expectativas de subidas de tipos de interés apuntan a una estabilización, por lo que la mayor parte del incremento de la carga financiera ya se ha producido.
Desde Funcas y CaixaBank Research esperan que los salarios tiendan a mantener un crecimiento superior a la inflación durante los siguientes dos años, en línea con las recomendaciones del Acuerdo por el Empleo y la Negociación Salarial. Y aunque el repunte de tipos puede limitar el crecimiento del crédito, esto puede ser compensado por la seguridad laboral que se observa.
Del lado más gris, sigue generando incertidumbre el incremento en el precio del combustible, la posibilidad de que los bancos centrales sigan endureciendo la política monetaria y que la incertidumbre sobre la formación de un nuevo gobierno aplace las decisiones de gasto.
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