Hoteles con spa, cruceros por los fiordos noruegos, escapadas a Punta Cana… Las ofertas saltan por doquier pero cuidado, que la contratación de un viaje puede suponer una deuda extra en muchas economías familiares. Así, los expertos advierten que estas fechas no deben ser motivo para descuidar las finanzas del hogar y gastar sin sentido.
«Disfrutar plenamente del tiempo libre sin comprometer nuestra estabilidad económica debería ser un objetivo principal», recuerda Amalia Guerrero, mentora de finanzas personales y autora del libro ‘En casa las cuentas claras’, quien también apuesta por aprovechar estas fechas para educar financieramente a los hijos.
Para Guerrero, los niños deben ver cómo sus padres «planifican las vacaciones, mediante el ahorro o la realización de un presupuesto. Y sobre todo, intentando no caer en el endeudamiento». Como premisa fundamental, insiste Guerrero, «deberíamos saber transmitirles que hay que vivir acordes a nuestras posibilidades». «Y no hablamos solamente de las vacaciones de verano, sino de cualquier objetivo a corto, medio o largo plazo como puede ser, también, la compra de una vivienda», apostilla Juan Massana, responsable de Banco Mediolanum de Madrid-Zona Centro.
Partir de un presupuesto realista y acorde a la capacidad económica del grupo familiar, corrobora Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España (Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros), «es primordial para una sólida planificación financiera antes y durante las vacaciones». «Igual que disponemos del cajón de los estudios de los hijos o el cajón de la jubilación, podemos crear el cajón de las vacaciones (billetes, estancia). De esta forma, nos anticiparemos y destinaremos una cantidad mensual automática para que cuando llegue el momento no hagamos un esfuerzo extra ni debamos acudir a productos financieros», propone Massana.
Presupuesto familiar
De hecho, señala Amalia Guerrero, también autora del blog Finanzascasa.com, «la organización de las vacaciones del 2024 deberían empezar hoy mismo». Esta experta propone varias ideas para lograrlo. «Una es incluir en el presupuesto familiar mensual una partida para las vacaciones del año siguiente. Si empezamos este mes de agosto guardando 100 euros al mes, el año que viene por estas fechas tendremos 1.200 euros y serán unas vacaciones un poco mejores».
Este tipo de ocasiones son excelentes «para involucrar a los niños en el ahorro», apunta la autora de ‘En casa las cuentas claras’, quien propone hacerlo «cogiendo un bote transparente en el que coloquemos una foto del destino o el plan que queremos hacer el año que viene. Estamos hablando de anticiparnos y prepararnos para que, cuando llegue el momento, no tengamos que financiar sino que dispongamos del importe acumulado previamente».
En general, la clave para no endeudarse, advierte también Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España, «es tomar decisiones financieras prudentes y evitar la tentación de aceptar mini créditos, préstamos u otras formas de financiación rápidas al consumo». Estas opciones, recalcan ambas asesoras, «suelen tener altas tasas de interés y pueden convertirse en una carga financiera significativa a largo plazo».
A juicio de Amalia Guerrero, «la mejor forma de enseñar a los hijos es mediante el ejemplo y, en este caso, lo más importante es ser realistas y ver con qué presupuesto contamos y qué vacaciones nos podemos permitir. Hemos pasado de una sociedad conservadora a otra que lo financia todo. Donde no pasa nada si no tienes dinero en la cuenta porque cualquier agencia de viajes o tarjeta bancaria te va a permitir realizar tu deseo». «¿Qué ocurre?», pregunta Guerrero. «Que hay que acordarse de que luego hay que pagarlo. Deberíamos dejar de lado ese ‘llevo todo el año trabajado y me merezco estas vacaciones’ para ser realistas y pasar al: ‘Con qué presupuesto contamos y qué es lo que nos podemos permitir’».
La letra pequeña
Si al final estamos en una situación en la que se necesita financiación adicional, sugiere Carreras-Candi, «es recomendable explorar opciones más tradicionales, como préstamos personales con tasas de interés más favorables y términos más flexibles». En efecto, admite Guerrero, «si aún así queremos financiar un viaje, intentemos comparar en diferentes entidades que nos vayan a prestar ese dinero, leer muy bien la letra pequeña, buscar… Pero siempre intentando evitar a toda costa utilizar las tarjetas de crédito para fraccionar el pago y tener mucho cuidado con las tarjetas ‘revolving’, que pueden tener un tipo de interés muy alto y al final podemos acabar pagando unos intereses altísimos que se nos hagan ‘bola’».
Lo más importante, concluye la autora de Finanzascasa.com, «es poder elegir en qué gastamos nuestro dinero y no que este determine nuestras decisiones. A eso deberíamos aspirar».