Los ahogamientos, según la Organización Mundial de la Salud, son «un problema de salud pública altamente prevenible» y representan la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo. En España 222 personas han muerto por esta razón este 2023, destacando en número de incidentes Andalucía. Un auténtico verano negro que solo en junio ya se ha cobrado 57 personas, el segundo peor dato en 9 años. Y la tendencia es al alza según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). Además, cerca de 20.000 personas mueren ahogadas anualmente en Europa, lo que supone la segunda causa de muerte entre los niños de 5 a 14 años.
Los últimos casos han ocurrido en la playa dels Marenys en Tavernes de la Valldigna (Valencia). Dos hombres de 60 años y una mujer de 62 fallecieron ahogados y los miembros de la Cruz Roja que no pudieron reanimarlos. A lo que se une una niña de dos años que murió en una piscina privada en L’Ametlla de Mar (Tarragona).
El director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge ha lamentado que «las muertes notificadas son sólo la punta del iceberg, ya que el ahogamiento también produce lesiones no mortales con importantes repercusiones en la salud, que van desde trastornos respiratorios debidos a la inhalación de agua hasta lesiones cerebrales hipóxicas con consecuencias para toda la vida».
La ‘escalera invisible’
Las cifras de 2022 de la RFESS indican que murieron 394 personas por ahogamiento en nuestro país, mayormente en playas (217 personas), en ríos (54) y, por último, en piscinas (52). Esto supone estar atentos especialmente con tres grupos de edad: los niños menores de tres años, los jóvenes de entre 15 y 25 años, y los mayores de 65.
Además es necesario desenterrar la creencia popular por el que se piensa que el ahogado puede gritar o chapotear para pedir ayuda, lo cierto es que este tipo de incidentes es silencioso.
Las personas que se ahogan rara vez gritan o agitan los brazos. Se produce lo que llaman la ‘escalera invisible’, es decir cuando la víctima lucha para salir del agua es como si estuviese intentado subir por una escalera para mantenerse a flote. Y los breves momentos en que consiguen sacar la cabeza del agua los usan para coger aire. Otros indicios de que algo puede estar pasando con la persona que está en el agua es una mirada desenfocada, hiperventilación, boca a ras del agua o tener el pelo sobre los ojos.
Francisco Cano, director de prevención y seguridad de la Federación de Salvamento y Socorrismo, asegura que «con bandera amarilla no deberíamos bañarnos por encima del pecho. Pero cuando el socorrista llama la atención no se le hace demasiado caso…«.
Y José Palacios, presidente de la Asociación Educación Ambiental Bandera azul en España, añade que la mayor parte de ahogamientos son en zonas donde no hay socorristas. «La gente sin conocer el mar ni las corrientes no tiene precaución. Los padres tienen que vigilar más a los niños». Y da una cifra alarmante: «En Canarias y Baleares muere más gente por ahogamiento que por accidente de tráfico». Y los socorristas temen que se alcancen cifras récord este año.
Cómo evitar ahogamientos en el mar
Precisamente para evitar esto los profesionales dan una serie de recomenciones a seguir para evitar ahogamientos:
– Desde Cruz Roja recuerdan vigilar a los niños y niñas en todo momento. Al llegar a uno de estos lugares es lógico que reine la alegría y las ganas de zambullirse, pero siempre hay que controlar a los más pequeños para no perderlos de vista.
– Es prioritario tener en cuenta en qué estado se encuentra el mar, para ello basta con estar atento al color de la bandera. Si es verde significa que no existe ningún riesgo); con la amarilla es necesario tener precaución) y roja prohíbe el baño.
– Cruz Roja también apunta a bañarse en zonas habilitadas. «No todos los ríos o pantanos permiten el baño; es más, en algunos lugares está expresamente prohibido porque puede entrañar numerosos riesgos para la salud».
– Además se aconseja «bañarse en playas vigiladas por socorristas y que cuenten con servicios de salvamento». Respetando las señalizaciones e indicaciones del equipo de socorristas. De los 394 ahogados en 2022, 183 murieron en espacios no vigilados.
– Si tus habilidades para la natación son limitadas es aconsejable recurrir a un chaleco salvavidas y no a un flotador o a manguitos.
–Si estás dentro del agua y no te encuentras bien, sal rápidamente. Puede que, por el motivo que sea, algo no te haya sentado bien o detectes algún tipo de calambre muscular. Ante la duda es mejor salir fuera y comprobar que se está bien antes que quedarse inmóvil, especialmente si no hacemos pie.
– Evitar bañarse si se ha consumido alcohol, el 26% de las muertes por ahogamiento en Europa tienen que ver con el alcohol. Asimismo, se recomienda no bañarse de noche ni tirarse cabeza sin conocer la profundidad de la zona (o si no se tiene dominada la técnica para hacerlo).
– Desde Sanitas también inciden en respetar el tiempo de digestión, que sitúan en dos horas. Y apuntan que otros puntos importantes son la entrada y la salida del agua: la primera debe hacerse de a poco, sobre todo si el mar está muy frío, para que el cuerpo se vaya habituando, mientras la segunda hay que hacerla de inmediato si se está cansado o se siente frío.
– En caso de practicar algún deporte náutico hay que ser muy responsables y seguir todas las normas de seguridad y no acercarse a la zona de baño.
Las recomendaciones para prevenir ahogamientos en la piscina
– Sanitas indica que como ocurre en la playa, hay que tener controlados a los niños, que «se deben bañar siempre acompañados y en la zona de menor profundidad». De ahí la norma 10/20 en menores puede ser muy útil, mirar a la piscina mínimo cada 10 segundos y comprueba que puedes llegar hasta donde está el menor con el brazo en menos de 20 segundos.
– Por otra parte, las piscinas privadas han de tener un vallado que las rodee completamente y evite que los niños puedan acceder a ellas con facilidad, mientras las que pertezcan a una comunidad de vecinos «están obligadas a tener un socorrista de forma permanente durante toda la temporada y a cerrarse cuando finalice la jornada laboral de éste«. Es necesario asegurarse de que nadie pueda a acceder a ella por la noche.
¿Qué hacer en caso de ahogamiento?
El doctor David Szpilman, director médico de la Sociedad Brasileña de Salvamento Acuático, publicó un artículo en la revista «Resuscitation» en el que hablaba de una «cadena de supervivencia universal» y que puede regir el procedimiento a seguir en estos casos donde ganar unos segundos puede ser clave.
Cómo actuar ante un ahogamiento
Prevenir el ahogamiento
Extremar las precauciones tanto dentro como fuera del agua para evitar situaciones de riesgo.
Reconocer la emergencia
Observar que se está produciendo un caso de peligro y pedir ayuda a profesionales
Proporcionar flotación
Lanzar o entregar al accidentado algún instrumento que le pueda mantener a flote.
Sacar del agua al lesionado
Siempre y cuando se conozca el procedimiento a seguir y no se asuman riesgos innecesarios.
Asistencia sanitaria si es necesaria
Primeros auxilios: maniobra RCP
(reanimación cardiopulmonar)
Acostar a la persona de espalda sobre una superficie firme.
Abrir las vías respiratorias (usando la maniobra de inclinarle la cabeza y levantarle el mentón).
Dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate (de un segundo de duración) y observa si se eleva el pecho.
Si el pecho no se eleva, repita la maniobra de inclinarle la cabeza y levantarle el mentón y luego proporcione una segunda respiración. Treinta compresiones del pecho seguidas de dos respiraciones de rescate se consideran como un ciclo. Hay que tener cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones o de respirar con demasiada fuerza.
Si no se está capacitado para la reanimación cardiopulmonar, continuar realizando compresiones en el pecho hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico de emergencia.
Tan pronto como se consiga un desfibrilador externo automático, aplíquelo y sigua las instrucciones. Administre una descarga y luego reanude las compresiones en el pecho durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga.
Continúe haciendo la RCP hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico de emergencia.
Si en algún momento el ahogado tosé o vomita colorcale en la posición de recuperación.
Fuente: Clínica Mayo y elaboración propia / ABC
Cómo actuar
ante un ahogamiento
Prevenir el ahogamiento
Extremar las precauciones tanto dentro como fuera del agua para evitar situaciones de riesgo.
Reconocer la emergencia
Observar que se está produciendo un caso de peligro y pedir ayuda a profesionales.
Proporcionar flotación
Lanzar o entregar al accidentado algún instrumento que le pueda mantener a flote.
Sacar del agua al lesionado
Siempre y cuando se conozca el procedimiento a seguir y no se asuman riesgos innecesarios.
Asistencia sanitaria si es necesaria
Primeros auxilios: maniobra RCP
(reanimación cardiopulmonar)
Acostar a la persona de espalda sobre una superficie firme.
Abrir las vías respiratorias (usando la maniobra de inclinarle la cabeza y levantarle el mentón).
Dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate (de un segundo de duración) y observa si se eleva el pecho.
Si el pecho no se eleva, repita la maniobra de inclinarle la cabeza y levantarle el mentón y luego proporcione una segunda respiración. Treinta compresiones del pecho seguidas de dos respiraciones de rescate se consideran como un ciclo. Hay que tener cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones o de respirar con demasiada fuerza.
Si no se está capacitado para la reanimación cardiopulmonar, continuar realizando compresiones en el pecho hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico de emergencia.
Tan pronto como se consiga un desfibrilador externo automático, aplíquelo y sigua las instrucciones. Administre una descarga y luego reanude las compresiones en el pecho durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga.
Continúe haciendo la RCP hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico de emergencia.
Si en algún momento el ahogado tosé o vomita colorcale en la posición de recuperación.
Fuente
Clínica Mayo y elaboración propia
ABC
Y ante todo, la formación en primeros auxilios y la sensibilización sobre estos casos para la concienciación sobre este problema es fundamental. Adultos y niños deberían conocer la conducta PAS (Proteger; Avisar; Socorrer), así como maniobras de reanimación y el número de emergencias al que llamar, el 112.