Maricarmen Hervás Rivero es una profesora jubilada con devoción por ayudar a los demás «desde pequeña», confiesa. Hace dos años hizo un testamento solidario. Ha dejado el 10% de su herencia a Oxfam Intermón, Cáritas y a la Fundación Vicente Ferrer. En su familia se lo imaginaban. «No tengo hijos, todos mis bienes son para mi hermana y mis sobrinas. Al preguntar qué les parecía, mi hermana solo se preocupó por saber si estaba todo bien atado con el notario para evitar problemas cuando las ONG reclamaran su parte. Entiendo que si hay hijos es más difícil tomar esta decisión, pero hay familias acomodadas que pueden hacerlo y dar una lección de vida a sus hijos. Hay que dar ejemplo a las nuevas generaciones».
En España hay cada vez más personas como Maricarmen, que desean dejar su patrimonio o parte de él a una ONG, con independencia de tener o no herederos legítimos, y para ello hacen un testamento solidario.
En concreto, en 2022 las entidades no lucrativas recibieron en nuestro país 40.985.380 millones de euros a través de testamentos solidarios, lo que les permite poner en marcha y continuar con sus proyectos humanitarios y medioambientales. Esta cifra representa un crecimiento neto respecto a 2021 de un 21% donde fueron 33.8 millones de euros, según datos del informe Haztestamentosolidario.org.
El testamento es un trámite muy sencillo y económico (desde 40€) que se puede hacer desde los 14 años y modificar tantas veces como se quiera. «Formalizar este documento facilita mucho los trámites a los herederos, evitando la aparición de conflictos derivados de la sucesión. Además, no hacerlo implica que, en caso de no existir parientes próximos o que éstos renuncien a la herencia, el beneficiario de los bienes del fallecido sea el Estado», afirma Consuelo Olaguibel, responsable del área testamentaria y donaciones de Romero Abogados.
Teresa Pérez, responsable de Testamentos Solidarios de Cruz Roja Española, señala que tener o no hijos puede condicionar, «pero no tanto en la decisión de si dejar o no parte del patrimonio a una ONG, sino en la cuantía a repartir. Es decir, la persona que es solidaria en vida, intenta serlo también una vez fallecida. Aún así, lo cierto es que, según nuestros datos, un 60% de las personas que nos incluyen en su testamento son personas viudas, solteras o divorciadas y un 63% no tiene hijos».
El perfil de los testadores va equilibrándose en los últimos años, según apunta el informe de Haztestamentosolidario.org. Las mujeres son las que históricamente colaboran más en su testamento (en 2022, un 58%). Respecto al estado civil, parece que cada vez se incorporan más personas casadas (en 2022, un 47% son solteras, un 32% casadas, 11% divorciadas y 10% viudas). Este mismo informe destaca por último una clara tendencia al rejuvenecimiento en la edad a la que se hacen este tipo de testamentos: a partir de los 60 años, frente a los 80 de hace unos años.
Y no solo dejan en herencia dinero, aunque es lo mayoritario, puntualiza Teresa Pérez, «también recibimos inmuebles, terrenos, y hasta coches, joyas o acciones del mercado de valores».