La Inteligencia Artificial (IA) se ha integrado en nuestras vidas: teléfonos móviles, ordenadores, educación, ocio, chatbots… Niños de todas las edades y lugares del mundo ya tienen acceso al uso de este tipo de sistemas. Se trata de una tecnología que puede ser muy interesante para el aprendizaje de los más pequeños, pero implica muchos peligros que se deben conocer y combatir: pérdida de la privacidad de los datos, ciberamenazas, contenido indebido… Ante esta situación Kaspersky, empresa de ciberseguridad, ofrece una serie de claves para minimizar los riesgos.
Aprender a través de la Inteligencia Artificial es cada vez más fácil y accesible. Se puede encontrar información útil de cualquier ámbito tan solo escribiendo o pronunciando una simple frase, sin tener que leer múltiples páginas y artículos, como sí sucede con los tradicionales buscadores. ChatGPT es un claro ejemplo de lo que pueden hacer este tipo de sistemas. Aseguran que es uno de los chatbots que más rápido ha crecido en usuarios, pero no es ni mucho menos perfecto ya que carece de un sistema de verificación de edad fiable.
Si a esto se suma que en ocasiones ChatGPT da respuestas inexactas, recopiladas de sitios de Internet de dudosa credibilidad y sin contrastar, el cóctel está servido. Pensemos -aseguran- en menores que preguntan sobre dietas u otra información referente a la salud. Una respuesta errónea puede ponerlos en peligro.
El chatbot MyAI de la aplicación Snapchat goza de mucha popularidad entre los más pequeños. Lo pueden usar niños de hasta 13 años sin consentimiento paterno. La app retiene parte de los datos (nombre, dirección de correo electrónico, número de teléfono) y puede compartirlos con terceros, tal y como reconoce la propia Política de Privacidad de Snapchat. Esto acarrea grandes peligros, advierten.
El riesgo de la IA para los más pequeños reside, además, en cómo interactúan con este tipo de chatbots: se relacionan con ellos como si fueran sus ‘amigos’. Confían a ciegas en la IA sin tener en cuenta que su ‘amigo’ puede ofrecer contenido sesgado, incorrecto, dañino o engañoso, tal y como reconoce la propia app MyAI.
El ejemplo de que la IA puede convertirse en una amenaza real está en el caso de un periodista del diario The Washington Post que se hizo pasar por un adolescente de 15 años. Pidió al chatbot consejos para celebrar una fiesta de cumpleaños que fuera digna de recordar. En una de las respuestas le dio consejos para disimular el olor a alcohol y marihuana.
Otro peligro son los chatbots diseñados con fines eróticos. Se relacionan con su interlocutor como si fueran su pareja y aunque suelen preguntar los años del usuario, esta barrera es sencilla de superar. A un niño le bastaría con mentir sobre su edad para acceder al chatbot.
Por otra parte, los expertos de Kaspersky pusieron a prueba MyAI, llegando a la conclusión de que se pueden obtener respuestas de tipo sexual sin necesidad de verificar la edad. En cuanto a Boyfriend, diseñado para disfrutar de juegos de rol con contenido sexual -se supone que es solo para adultos-, puede utilizarlo cualquiera -niños también- a través de un simple correo electrónico. Son ejemplos que deben poner en alerta a los mayores.
«Existe una clara necesidad de proteger a los niños. Los padres deben entender que prohibir no es la mejor opción. Siempre hay algo en Internet a lo que van a estar expuestos. Es esencial fomentar la educación a la hora de navegar por la red y trabajar con los menores para mitigar los riesgos», asegura Noura Afaneh, analista de contenido web de esta compañía.
Para reducir los riesgos cuando los más pequeños interactúan con chatbots, los expertos de Kaspersky recomiendan:
• Explicar a los niños que deben pedir ayuda a sus padres para configurar los ajustes de privacidad. Los pequeños no deben aplicar ninguna configuración de privacidad por su cuenta y riesgo. Los progenitores, por su parte, deben conocer en profundidad las Políticas de Privacidad de las aplicaciones para actuar en consecuencia
• Enseñar a los niños los conceptos básicos de la seguridad y privacidad online para evitar que compartan información personal con extraños, también con chatbots
• Participar en las actividades online de los pequeños desde el principio para enseñarles a navegar de forma segura. En el caso de los chatbots basados en IA, se les ha de mostrar qué conversaciones deben y no deben mantener con ellos y qué chatbots son los más indicados.
• Utilizar una solución de seguridad integral de confianza. Ofrecen muchas posibilidades para proteger a los niños cuando navegan por Internet. Existen aplicaciones específicas para facilitar la educación digital que incluyen el filtrado de contenido, bloqueo de sitios web inapropiados, administración del tiempo de pantalla y muchas más herramientas que minimizan los riesgos para los menores.