Planificar unas vacaciones familiares es una labor minuciosa que los padres deciden con máximo cuidado no solo en función del presupuesto del que se dispone, sino de las edades y gustos de los hijos que se tienen para poder garantizar que disfruten juntos y, al mismo tiempo, tengan opciones para todos los gustos. Pero, ¿cómo no naufragar en el intento?
Lo cierto es que hay una modalidad de vacaciones familiares que cada vez gana más adeptos por sus posibilidades de viajar y visitar cómodamente diferentes destinos y países, mientras se accede a todo tipo de actividades y servicios de ocio. Se trata de los cruceros. Para aquellas familias que nunca han dado el paso, les explicamos cómo es esta experiencia cuando se tienen hijos pequeños o también adolescentes. Embarcamos.
Más que un barco, MSC World Europa es una gran metrópoli urbana ultramoderna en el mar que hace las veces de parque de atracciones de sensaciones para que todos los miembros de la familia lo pasen en grande. Sus dimensiones (con 21 puentes, 333 metros de largo, 47 de ancho, 38.000 m2 de espacio público) dejan a grandes y pequeños impresionados, sobre todo cuando al dar un paseo por cubierta descubren el tobogán más largo y sin precedentes en el mar: The Spiral.
Se trata de una verdadera obra maestra de acero inoxidable con una altura de 11 cubiertas de altura, única en la industria de cruceros. Aquellos atrevidos que se deseen probarlo solo deben sentarse sobre una pequeña alfombra y dejarse deslizar por este tubo que tiene una parte cubierta transparente que permite disfrutar de las vistas al mar.
El paseo por el exterior permite disfrutar de las vistas al horizonte, pero también llegar a alguna de las siete piscinas, incluida una con techo corredizo, diseñadas para las diferentes edades de los bañistas. Las hay adecuadas para los niños más pequeños hasta juveniles y para adultos. En esta zona, también hay divertidos toboganes acuáticos que permiten hasta hacer carreras entre padres e hijos para ver quién llega antes al final. También supone un gran atractivo para los adolescentes relajarse junto a sus padres en algunos de los jacuzzis que hay repartidos con vistas panorámicas.
Cuando los padres desean compartir tiempo juntos en pareja y darse un baño tranquilo en la piscina, tomar el sol, ir al gimnasio, darse un buen masaje o visitar alguna de las ciudades incluidas en el trayecto, tienen la posibilidad de llevar a sus hijos al galardonado MSC Kids Club que cuenta con instalaciones de última generación y gran variedad de clubes infantiles y programas personalizados para cada grupo de edad.
El barco dispone del Baby Club Chicco, área dedicada a bebés de 0 a dos años especialmente diseñado con todo tipo de comodidades y juguetes adaptados a su edad, con los que podrán entretenerse mientras tienen profesionales pendientes de su cuidado.
Seguidamente hay otro divertido espacio cedido por Lego en el que los niños de más edad podrán pasarlo en grande con diversos juegos, con los que pueden jugar también con sus padres, o participar en actividades dirigidas por cuidadores. Todas las estancias cuentan con un riguroso registro de los niños para la seguridad y tranquilidad de los padres que, si lo desean, pueden acceder a este servicio hasta en la hora de la cena para poder tener una velada tranquila en alguno de los 13 restaurantes del barco, 6 de ellos de especialidades.
Los niños de 7 a 11 años podrán pasarlo en grande en una zona diseñada a sus gustos: el Juniors club. Igualmente está designada el área Young club, con juegos y entretenimiento para niños de 12 a 14 años, o el Teens club para jóvenes de 15 a 17 años.
Pero los adolescentes también tienen un gran abanico de opciones para disfrutar: posibilidad de ver películas en una sala de cine, de jugar al billar, al futbolín o a juegos interactivos grandes pantallas desde una sala con luz natural y vistas a la piscina, también pueden acceder a simuladores de Fórmula 1, jugar a la play en salas de diseño futurista, o ya en el exterior, acudir a un polideportivo polivalente donde pueden practicar tenis, baloncesto, fútbol, patinar… o montar en los coches de choque.
Los momentos de las comidas y cenas tampoco supondrán un problema porque esta embarcación cuenta con trece restaurantes, algunos de ellos de especialidad, como Hola! Tacos & Cantina de inspiración latinoamericana y mexicana, o Kaito Teppanyaki, un divertido restaurante de cocina en vivo y en directo junto a la mesa del comensal. En los restaurantes prestan especial atención a las personas con intolerancias alimenticias.
Gimnasio, peluquería, spa, salón de masaje, manicura, barbería… completan una larga lista de servicios para mimarse y sentirse cuidado de cara a disfrutar del resto del día. Y es que el atardecer es un momento muy atractivo para dar un paseo por la cubierta y hacerse unas preciosas fotos de la caída del sol en alta mar.
Por la noche la diversión está asegurada, momento en el que el barco se engalana con sus mejores luces. Antes de la cena hay posibilidad de ir al teatro, a espectáculos infantiles… y después hay un amplio programa de actividades: concursos, espectáculos, musicales, discoteca, casino… Lo difícil de la travesía es decantarse por qué actividad no elegir por falta de tiempo. Los padres tienen, además, la posibilidad de contar con los cuidadores de los clubs infantiles y juveniles hasta medianoche para acudir a algunas de las propuestas nocturnas con la tranquilidad de tener a sus hijos bien atendidos.
Los hijos adolescentes también pueden moverse con seguridad por el barco, mientras los padres saben que no se les sirve ninguna bebida alcohólica a los menores de edad. Eso sí, no hay que olvidar que al día siguiente el barco llega muy temprano a tierra con un nuevo destino también por descubrir.