Cada año se repite la misma historia por estas fechas. Acaban de empezar las clases y ya hay niños que se han puesto malos por algún virus. Durante el año pasado, las cifras de Infección Respiratoria Aguda en Atención Primaria (IRAs) incrementaron de manera significativa entre las semanas 36 y 39 del año (del 4 de septiembre al 1 de octubre de 2023) en los menores de 14 años, especialmente en el grupo de edad de 0 a 4 años.
Los principales virus responsables del catarro de vías altas suelen ser el rinovirus (hRV), que causa en torno al 50% de los episodios, y, en menor medida los coronavirus humanos (hCoV) y otros virus respiratorios como VRS, parainfluenza (PIV), adenovirus, etc.
Pero cuáles son las razones de estos contagios nada más empezar la vuelta al cole? ¿Se pueden prevenir? Y, sobre todo, ¿hay algo que puedan hacer los padres para evitar que sus hijos se pongan enfermos?
Según explica a ABC el doctor Estanislao Nistal, Doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, el contacto entre los niños en espacios cerrados, como las aulas; el propio sistema inmunitario de los más pequeños, más inmaduro e inexperto, al no haberse enfrentado a algunos agentes infecciosos y ser más vulnerable que el de los adultos, propician los contagios.
En su opinión, el mayor error que pueden cometer los padres respecto a la salud de su hijo «es no tener al día su calendario de vacunación -matiza-. Las vacunas y los tratamientos de inmunización pasiva (como el actual frente al virus respiratorio sincitial) son esenciales para prevenir muchas enfermedades más importantes producidas por virus y bacterias. Lo demás por hacer nos lo va a decir el sentido común».
Se refiere en concreto a que se debe intentar que los niños tengan hábitos saludables para que estén sanos y, así, sean lo más resistentes posible a los virus, por ejemplo, vistiéndoles con ropa adecuada a la temperatura y al clima, dándoles una alimentación nutritiva y rica en vitaminas, respetando sus rutinas de descanso, favoreciendo que hagan ejercicio físico, manteniendo una buena higiene personal, etc.
«Una de las medidas más efectivas para prevenir infecciones es la higiene personal, empezando por el lavado de manos. Por otro lado, debemos actuar sobre el entorno: lavar su ropa y limpiar la casa y los juguetes de manera regular, ventilar los espacios para renovar el aire, etc. Los niños son niños y, por lo tanto, no vamos a poder controlar al 100%, pero también es recomendable que desde pequeños vayan aprendiendo y aplicando ciertas medidas de higiene que van a ayudar a prevenir la transmisión de virus y bacterias más allá del lavado de manos, como taparse la boca al toser y estornudar o no beber del vaso de otras personas, entre otras cosas.
Además, también es recomendable, que en los centros escolares se preocupen por limpiar con frecuencia las aulas y las zonas de uso común, como aseos o comedores, así como ventilar los espacios con frecuencia para renovar el aire.
¿Por qué hay niños que tienen más facilidad de ponerse más malos que otros?
Porque el sistema inmunitario de los niños no está totalmente desarrollado y es más inexperto, ya que no se ha enfrentado antes a los agentes infecciosos. Por eso, los niños pueden ser más sensibles a los patógenos. Además, hay que tener en cuenta que el sistema inmunitario de cada pequeño es diferente y depende de muchos factores, como la edad, el lugar en el que vive, si va a la guardería, cuántos hermanos tiene, sus hábitos, si tiene otras patologías crónicas, etc.
¿Qué hacer si nuestro hijo se contagia?
Es muy importante tratar los síntomas de forma conjunta y desde su inicio con un tratamiento adecuado a la edad y peso del paciente, ya que un tratamiento temprano ayuda a reducir la duración e intensidad de la sintomatología y ayuda a evitar complicaciones. Además de mejorar la evolución de los síntomas, un tratamiento precoz de las infecciones respiratorias también ayuda a frenar la propagación de agentes infecciosos respiratorios, ya que, al reducir los estornudos, la tos y las secreciones del niño contagiado, se reduce también la probabilidad de transmitir la infección al resto de niños.
Existen también otras medidas para frenar la expansión de las infecciones respiratorias, que serán más o menos estrictas en función del tipo y gravedad de la infección respiratoria y de la edad del niño, como evitar o reducir el contacto con el resto de los compañeros, utilizar mascarilla o extremar las medidas profilácticas y de higiene, especialmente si en nuestro entorno existen personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas.
Si se ponen malos los niños, ¿cuánto tiempo debe pasar antes de que vuelvan a clase? ¿Cuáles son las señales que nos indican que pueden regresar y no contagiar al resto?
Esto va a depender de la enfermedad concreta que tengan y de las indicaciones del pediatra para cada niño. Por norma general es suficiente con 2 o 3 días de reposo en casa. Una vez que los síntomas se hayan rebajado y no haya fiebre, los niños pueden volver a clase, pero depende del agente infeccioso y del tipo de infección.