El nuevo año escolar supone un periodo ilusionante para alumnos, profesores y familias al tener ante ellos un curso lleno de retos y expectativas. Sin embargo, no hay que olvidar que el regreso a las aulas también supone el pistoletazo de salida del acoso escolar.
De hecho, un estudio reciente apunta que el 9,4% de los alumnos afirman que él o uno de sus compañeros sufre acoso escolar. Más datos: más de la mitad de los sufre durante meses y un 26% durante más de un año, teniendo mayor incidencia en niños entre 11 y 12 años. «El acoso escolar es una situación traumática, una experiencia adversa que produce un efecto devastador en la autoestima y en la autoimagen del menor, lo que conlleva alteraciones en su estado de ánimo, sus patrones de sueño, alimentación, así como estrés, ansiedad y, en ocasiones, ideaciones suicidas o, incluso, el suicidio», apuntó Ángela Ulloa, psicóloga y directora de programas de Fundación Alicia Koplowitz durante la celebración del Foro ABC Educación ‘Cómo afecta el acoso escolar a la salud mental».
Cuando se produce acoso escolar, «la víctima pierde la infancia; se la roban. Y eso que se supone que es la etapa más feliz de la vida –añadió Lorenzo Cooklin, director general de Fundación Mutua Madrileña-. Según datos del VI Informe ‘La opinión de los estudiantes’, que hemos realizado junto a la Fundación Anar, lo primero que piden los afectados es un mayor apoyo de sus compañeros, ya que el 47% no hace nada, o al menos desearían que no le rían las gracias de los acosadores. Les urge sentirse arropados, acompañados y que los espectadores de esta situación lo pongan en conocimiento de los profesores o de los padres para que, de esta manera, se activen los protocolos y se pongan soluciones. Antes se optaba por sacar al niño víctima del colegio, pero hoy en día, con las redes sociales te alcanzan hasta el último recóndito en el que esté y las 24 horas del día, por lo que esta solución ya no es viable».
Graves consecuencias
Beatriz Martín, directora general de Fad Juventud, destacó que debido a la gran repercusión que tiene en la salud mental de los estudiantes afectados hay que estar muy atentos a las señales que pueden indicar, tanto en el colegio como en casa, que llevan este sufrimiento en silencio: cambios importantes de humor, irritabilidad, aislamiento social, problemas de sueño de alimentación, bajo rendimiento escolar… «Lo esencial es identificarlo cuanto antes, poner en marcha los protocolos establecidos y solucionar el problema porque, sin duda, las consecuencias con el tiempo son mucho mayores para la salud mental del alumno».
Según Sonsoles Gallo, coordinadora de proyectos pedagógicos de los Colegios CEU, «en las aulas nos encontramos con niños y jóvenes que son un reflejo de nuestra sociedad. Se ha desdibujado de forma muy sibilina la diferencia entre lo lúdico y lo agresivo. Les cuesta caer en la cuenta de que el trato que reciben no es adecuado, ni digno. Por lo tanto, es de justicia ponerlo en conocimiento de la comunidad educativa. Los videojuegos, las TIC, la pornografía, los espacios de ocio…, desvirtuan lo que significa la persona. Es necesario devolver a nuestros jóvenes el valor del individuo y volver a dibujar esa línea que tiene que ser cristalina entre lo que es lúdico y agresivo. Hay que reeducar la conciencia de lo que es el acoso por el gran impacto que tiene en la salud mental de la víctima. Todo el alumnado debe aprender valores de convivencia para saber relacionarse con los demás con respeto y buen trato. Y, sobre todo, debemos acercarnos a ellos para que encuentre en los docentes una red de apoyo».
Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación Anar, también apostó por este refuerzo de los valores puesto que considera que en la actualidad cualquier alumno puede ser víctima por el simple hecho de ser diferente; por lo que hace, por lo que dice, por su aspecto físico… «Ayudar a ponerse en el lugar de la víctima, la empatía, es algo esencial. Como ya se ha mencionado –insiste Ballesteros–, el 47% de los alumnos no hace nada ante el acoso y, lo que es peor todavía, del 53% que afirma que hace algo, casi un 17% se ríe junto al agresor de la víctima. Tenemos que provocar una conciencia colectiva para que sean tolerantes a las diferencias y que sepan que cuando hay acoso el problema no es de una persona, sino de todos los que están en el aula. Deben asumir que es responsabilidad suya y tienen que trasladarlo al profesorado. Nunca mirar hacia otro lado».
Efecto devastador
Sonsoles Gallo también puntualizó la importancia de no olvidarse del acosador. «No hay nada más devastador para unos padres que el hecho de que le comuniquen que su hijo, que es su mayor tesoro, está ejerciendo daño a otro compañero. Debemos acompañar también al perfil agresor y conocer qué le hace actuar así».
En esta misma línea se manifestó Ángela Ulloa, al asegurar la necesidad de «trabajar psicologicamente con todas las personas involucradas, víctima y agresor, porque éstos últimos suelen vivir en entornos familiares o situaciones sociales con falta de límites, carencias emocionales, abusos… El papel de los padres es clave para que interioricen la regulación emocional y control de la impulsividad desde pequeños».
Explica que existen protocolos contra el acoso en cada comunidad autónoma. «Todos los colegios tienen acceso a él y cuando se sospecha un caso se pone en marcha toda la maquinaria en conocimiento de la Consejería de Educación. Nuestro programa, en concreto, ofrece equipos de psicólogos y psiquiatras que van a los centros y asesoran a docentes para que sepan cómo actuar. El profesor habla con los padres y recomienda si es necesaria la intervención de un profesional de salud mental. Hay familias muy receptivas y que se involucran mucho y otras a las que es difícil acceder y lograr que colaboren, lo que es un reto porque son precisamente las que más apoyo necesitan».
Lorenzo Cooklin añadió que lo más importante es la prevención. «Al inicio del curso, los responsables de los colegios deberían ir clase por clase y dejar muy claro que en este colegio no se acepta el acoso escolar y que aquellas circunstancias que se detecten tendrán consecuencias disciplinarias para quien lo ha ejercido. Incluso se debe empapelar el centro con este tipo de mensajes. La mala noticia es que hay colegios que no se atreven a hacerlo. No se explicita lo suficiente la oposición del centro a este problema. Hay que comunicarlo más para que el mensaje cale en nuestra sociedad».
Sonsoles Gallo destacó que por su experiencia, conoce «muchos colegios de diferentes comunidades, no solo los propios del CEU, y observo una conciencia clara y una tolerancia cero al acoso. Lo que ocurre es que ahora es más difícil detectarlo porque en la mayoría de los casos la víctima sufre ciberacoso, ya no agresiones físicas, y en muchas ocasiones ni los padres ni los propios compañeros son conscientes de que está sucediendo un caso. Lo que pretendemos en nuestro caso es acercarnos al alumno para que sepa que tiene una red de adultos en la que apoyarse y a la que dirigirse para decirles ‘me pasa esto, me desagrada, ¿es algo importante y serio? ¿Es acoso? Porque si es así me da miedo y necesito ayuda. Yo sí percibo en España una conciencia clara en este asunto».
En este sentido, Beatriz Martín consideró que aunque la prevención es fundamental, «el riesgo cero es imposible a pesar de que haya colaboración entre alumnos, docentes y familias porque el mundo digital es una vía muy difícil de controlar en la actualidad. Pese a todo –añadió– es imprescindible seguir publicando campañas en contra del acoso e investigaciones para acorralar este problema en el que poco a poco se va avanzando y concienciando a la sociedad en general».
Mensaje de cinco expertos a la victima y al acosador
Beatriz Martín, directora general de Fad Juventud
A la Víctima: «No estás sola. Pide ayuda porque tu problema se va a solucionar. Seguro»
Al acosador: «Nunca hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran»
Lorenzo Cooklin, director general de Fundación Mutua Madrileña
A la víctima: «Tienes por delante una vida feliz y una quienes te quieren te apoyan»
Al acosador: «Ponte delante de tu víctima y sé consciente del daño que has generado»
Sonsoles Gallo, coordinadora de Proyectos Pedagógicos de los Colegios CEU
A la víctima: «Piensa que todo hito limitante puede transformarse en hito potenciador»
Al acosador: «¿En qué te puedo ayudar? ¿Qué necesitas para dejar de actuar así?»
Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación Anar
A la víctima: «No eres el culpable de esta situación, que es transitoria. Llama al teléfono Anar (900 018 018)»
Al acosador: «¿Qué es lo que te ha llevado a provocar tanto sufrimiento a tu compañero?»
Ángela Ulloa, psicóloga y directora de programas de la Fundación Alicia Koplowitz
A la víctima: «Esta situación se supera porque ya ha habido más casos y no estás sola»
Al acosador: «¿Qué te pasa? ¿Cuál es tu realidad para comportarte de esta manera?»