Era un secreto a voces pero el misterio, si es que alguna vez lo hubo, ha quedado resuelto: Luis Enrique Martínez es desde este miércoles oficialmente el nuevo entrenador del PSG. El acuerdo ya se había alcanzado hacía días, pero el banquillo del club francés estaba ocupado y había que desalojarlo. El club francés llegó finalmente a un acuerdo para la salida de Christophe Galtier, un año después de haberle fichado procedente del Niza. Sin duda, la eliminación en Champions a las primeras de cambio, en octavos ante el Bayern, fue el detonante, a los que se sumaron otros malos resultados atendiendo al equipo plagado de estrellas que tenía, con una delantera formada por Messi, Neymar y Mbappé.
El anuncio del PSG, convocando a la prensa para una conferencia a las 14.00 horas en su nuevo centro de entrenamiento en Poissy encendió todas las alarmas y dio pábulo a la posibilidad de que Luis Enrique fuera presentado de manera oficial como entrenador del conjunto parisino. Así fue, pero con suspende porque el acto fue retrasado varias veces por el club galo y no comenzó hasta las 17 horas, tres horas después de lo previsto. La entidad gala justificó esa tardanza en el retraso del vuelo que trasladaba al presidente Nasse Al-Kkelaïfi a la capital gala. El asturiano, que no se sentaba en un banquillo desde su experiencia con la selección española, ha firmado un contrato hasta 2025.
Al-Khelaïfi y los mandatarios del PSG quedaron gratamente sorprendidos con Luis Enrique tras la reunión que mantuvieron con el exfutbolista. Su propuesta y su discurso ante los jeques fue determinante y fue escogido por encima del máximo favorito para sentarse en el banquillo del Parque de los Príncipes: Julian Nagelsmann. También fue determinante su capacidad para lidiar con los egos de un vestuario como el del Barça, en el que militaban Messi, Neymar y Luis Suárez, entre otros muchos cracks.
La trayectoria de Luis Enrique y su filosofía de juego, con la que ganó el triplete con el Barcelona en 2015, es lo que persigue el PSG para tratar de asentar un proyecto deportivo que no ha cuajado a pesar de la cantidad de estrellas que han pasado por su vestuario. El objetivo prioritario es la Champions League. La rozaron en 2020 (perdieron 1-0 la final ante el Bayern) pero desde entonces no pasan de octavos de final, lo que se convierte en una guillotina para todos los entrenadores que pasan por París.
Las dudas de Mbappé y Neymar
Luis Enrique y Nasser Al-Khelaïfi ya están trabajando en el PSG del futuro, tratando de confeccionar una plantilla competitiva que permita a los propietarios levantar la ‘Orejona’. Como es evidente, la gran duda que maneja el asturiano es saber si podrá contar con Mbappé y con Neymar. En el primer caso, parece más una cuestión de club, desencantado con la postura del francés, al que aún le queda un año más de contrato. Respecto al brasileño, el PSG preferiría su salida aunque esta se antoja complicada por las elevadas cifras que rodean habitualmente al paulista (tiene contrato hasta 2025 y percibe 40 millones anuales). En las últimas horas se ha especulado con su regreso al Barcelona.
A partir de ahora, con Luis Enrique confirmado en el banquillo parisino, el club galo comenzará a oficializar los fichajes que ya tiene atados: Skriniar (llega libre desde el Inter); Marco Asensio, que también llega con la carta de libertad; Manuel Ugarte (60 millones al Sporting de Lisboa); Kang-in Lee (22 millones al Mallorca) y Cher Ndour (viene del Benfica con la carta de libertad).