Esta España es insaciable. El grupo de jugadores nacido en el 2000 se ha metido en la final del Europeo sub-21 y el sábado buscará una gesta histórica: ser la primera generación en completar la triple corona de campeonatos continentales (sub-17, sub-19 y sub-21). Los de Santi Denia se han deshecho sin muchas dificultades de Ucrania (5-1) y han clasificado a la Rojita para su novena final en esta categoría.
El dominio del fútbol español en las categorías inferiores es apabullante. Una fuente de talento incesante. En las últimas siete ediciones del Europeo sub-21, España acumula cinco finales y busca su cuarto título, que sería el séptimo en su cuenta total. El rival del sábado será Inglaterra, precisamente el equipo ante el que esta generación cayó derrotada en la final del Mundial sub-17, el único título que se les ha resistido.
España y Ucrania ya se vieron las caras en la fase de grupos. Pero poco o nada tenía que ver ese enfrentamiento previo con el de esta noche. De jugarse el liderato del grupo con dos onces plagados de suplentes a pelear por un puesto en la final del Europeo. Y enfrente, una nueva amenaza. La gran estrella del torneo. Mijailo Mudryk, el jugador que llegó al Chelsea por 100 millones de euros y tras casi dos meses lesionado, lideró a su selección para dejar por el camino a Francia, la gran favorita.
Ni un cuarto de hora tardó el joven ucraniano en demostrar el porqué de su estatus futbolístico. Buena cuenta de ello puede dar Víctor Gómez. El lateral del Braga se fue al suelo tratando de mantener el ritmo de los quiebros de Mudryk y desde allí pudo ver cómo el eslavo asistía a Bondarenko para poner por delante a Ucrania.
Los de Santi Denia reaccionaron de forma fulgurante. Sin tiempo para asimilar el golpe recibido, Víctor Gómez se resarció del gol encajado y, con un pase en profundidad, mandó a Abel Ruiz a la batalla. El delantero aprovechó una entrada fallida de Brazhko para recortar ante el guardameta ucraniano y, tras unos segundos de incertidumbre con un escorzo incluido, puso el empate en el marcador.
España crecía en el encuentro y empezaba a dominar. Era cuestión de tiempo que el electrónico reflejara la superioridad de la Rojita. Mediada la primera parte, una jugada con cuatro toques por parte de cuatro jugadores provocó el 2-1. Miranda cedió el balón a Abel Ruiz y, un taconazo del ariete del Braga sumado a un toque de Baena, dejaron la pelota en la frontal del área para Sancet. El centrocampista del Athletic acomodó el cuerpo y ajustó el esférico a la izquierda de la portería de Trubin para culminar la remontada.
Uno de los nombres más destacados de la nómina española en el Europeo estaba siendo Antonio Blanco. El mediocampista, indiscutible como ‘5’ titular, venía mostrando en cada partido un repertorio de colocación, intuición defensiva y anticipación. Lo único que le faltaba era meter goles. Y ante Ucrania solucionó su único ‘déficit’. Haciendo gala de sus mejores virtudes, robó un balón en la frontal del área y se vio una posición franca para buscar el disparo. Como si no fuera su primer gol en la temporada, el cordobés definió de forma impecable buscando el lateral de la portería y dobló la ventaja de los españoles.
Aimar Oroz y Sergio Gómez, más acostumbrados a pisar el área rival, también se quisieron sumar a la fiesta y, con dos golpeos de bella factura, sentenciaron el encuentro. En la final del sábado a las 18 horas espera Inglaterra, que no tuvo piedad de Israel (0-3).