En apenas nueve años, el joven talento croata ha pasado de consagrarse como uno de los mejores jugadores del mundo por el que se peleaban los gigantes europeos, a firmar con más honor que gloria por el modesto Fortuna Sittard de la liga neerlandesa.
El 27 de marzo de 2014, el Barcelona fichaba al que era considerado como el «nuevo Messi« por muchos aficionados. Llegaba por 2,2 millones de euros procedente del Dinamo de Zagreb, equipo en el que debutó con solo 16 años y 102 días, fue escogido como el jugador más joven de su país en alcanzar la internacionalidad absoluta. Un contexto en el que estaba llamado a ser un jugador de época en el conjunto blaugrana. Esta operación estuvo marcada por el tira y afloja que se produjo entre los blancos y los blaugranas por hacerse con los servicios del talentoso futbolista.
Con las expectativas por las nubes, Halilovic debutaba ante el Elche en un partido de Copa del Rey, sin embargo, nunca cumplió las expectativas que se habían puesto en el jugador y sin nivel para el primer equipo, su paso por el filial del Barça B no se hizo esperar. El foco futbolero se puso en los pies del croata, un futbolista que venía con cartel de convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo militaba en la Segunda División del fútbol español.
Pero su primera temporada en Can Barça dejó mucho que desear, tanto fue así que no tardo en irse cedido en la Temporada 15-16 al Sporting de Gijón, donde jugó 37 partidos y su rendimiento fue más que notable, dejando claro la calidad que le rodea con actuaciones desorbitadas que le sirvieron para anotar cinco goles. Unos números que le llevaron a estrenarse con la selección croata, en la que jugó 10 partidos. Estuvo cerca de obtener un boleto para ir convocado a la Euro de 2016, pero finalmente se acabó cayendo en la última lista definitiva.
Pero su juego no convenció a los directivos del Barcelona y tan solo dos temporadas después de llegar a la Ciudad Condaluna, salió transferido al Hamburgo por 5 millones de euros, una operación exitosa teniendo en cuenta el precio inicial que pagaron los culés.
Una campaña después, el conjunto alemán se tuvo que deshacer del croata en forma de cesión, en este caso recalaría en Las Palmas en su retorno a España. Sin muchas sorpresas la magia del joven futbolista era fugaz. Al igual que su paso por Milán, firmó con el equipo italiano en el mercado veraniego de 2018 y en enero de 2019 nuevamente tuvo que tomar la vía de la cesión, en este caso al Standard Lieja de Bélgica. Su paso fue más efímero que convincente porque en Septiembre de ese mismo año, el Milán lo volvía a ceder al Sportclub Heerenveen de la liga neerlandesa.
Pero lejos de asentarse en ningún club el «chico de oro» pasó por más equipos, por más países y por más culturas, en todos ellos coincidía en que jamás llegó a lograr una regularidad que le permitiera demostrar el por qué de su apodo. En estas cesiones se incluyen las del Birmingham, Reading y Rijeka.
Nuevo destino
En las últimas horas se ha confirmado su fichaje por el humilde Fortuna Sittard, decimotercer clasificado de la Eredivisie la temporada pasada. Una nueva aventura en la que demuestra que llegó como estrella a España y en la que ha acabado como estrellado en los Países Bajos. Con 27 años en sus manos está aprovechar esta oportunidad de oro o quedar en el olvido como una de las joyas que más prometían del fútbol mundial.