Se retrasa el entrenamiento de la selección en este Mundial de Australia y Nueva Zelanda porque hay control antidopaje sorpresa. Pero se sale al campo en este Wellington en el que en cinco minutos se producen todas las estaciones del año. Llueve cuando parte del grupo sale al campo del Newtown Park; hace sol cuando comparecen Irene Guerrero e Irene Paredes después en la sala de prensa.
Y las dos, galones con y sin brazalete, volvieron a subrayar que España estuvo mal ante Japón, pero que ya es otro día y el sábado 5 estarán a tope para Suiza.
«Han sido unos días de duelo, normal de estar mal por cómo se dio. El fútbol no vive del pasado, una nueva oportunidad de ser la España que queremos ser. El equipo se ha ganado el respeto durante el año que hemos hecho como para que se pierda en 90 minutos. Hemos hecho muchos méritos para estar aquí. Tenemos la oportunidad de seguir creciendo y de hacer historia», señala Guerrero.
Tan exigente con ella misma como con los demás, Irene Paredes no oculta en ningún momento el mal partido ante Japón. «Lo peor es que los goles fueron bastante parecidos y no supimos cambiar nada. Por la forma de atacar nos abrimos mucho y nos pillaron y bien. Japón tiene la calidad de poner el pase en el momento y en el espacio que toca. Cien por cien efectividad. Como defensa me tocó ser protagonista en todos los goles, pero no solo defendemos nosotras, se defiende desde arriba. Y contra Japón intentamos defender todas, pero no fue el partido de ninguna. Quedamos totalmente retratadas, por eso nos dolió tanto«.
Pero se ha levantad rápido el personal, que el siguiente partido es ya y hay que prepararlo a conciencia. De ahí que las críticas se acepten, pero no hagan mella en el vestuario, que ellas son las primeras que quieren llegar lo más lejos posible.
«Cuando ganamos parece que se infla todo más, algo que os compete a vosotros, pero nosotras tenemos los pies en la tierra. Sabemos que podemos hacer las cosas bien, pero que también habrá días malos. Que no queremos que haya, por supuesto, y el otro día fue muy malo. Pero en esos días parece que ya no valemos nada. Vosotros vivís y nosotras vivimos de eso, pero nosotras tenemos muy claro lo que queremos«. La crítica no es algo que moleste a la vasca, que admite como parte de su trabajo: »Aceptamos que se nos critique. Igual que nos gusta que nos deis cobertura, sabemos que se nos va a dar caña cuando las cosas no van bien, sobre todo porque sabemos que podemos hacerlas mucho mejor«.