Se clasifica Inglaterra para su primera final de un Mundial tras cortar con tres zarpazos el sueño de Australia en el torneo que acogía en su casa. Tres goles, Toone, Hemp y Russo, con los que evidencian las inglesas que hay luces individuales, pero menos maravillas colectivas que antaño. Aun así, estarán el domingo en el Aussie Stadium, citadas con la historia y contra España, con la que también tienen sus cuentas pendientes.
Ambiente de final
Se vive ambiente de Mundial en Sídney, donde aterrizó la selección española ayer y donde el color predominante es el amarillo y verde. Ropa, escaparates y decoración, los australianos se han volcado con este torneo como lo hicieron ayer con las Matildas. Las de Tony Gustavsson pusieron el mejor juego, la claridad de ideas, la solidaridad colectiva y el golazo, de la bota de Sam Kerr, pero aportó Inglaterra la paciencia, la posesión, los pases, la contundencia física en el uno contra uno y un puñado de veces al área que materializó en tres ocasiones. A la media hora Ella Toone puso el silencio en las bocas de los casi 76.000 espectadores del estadio y de un país que ha seguido a las suyas con infinita ilusión. La estrella omnipresente Sam Kerr, que volví a la titularidad, alimentó la esperanza con un disparo desde los 25 metros que pareció empequeñecer a Inglaterra.
Pero las de Wiegman van sobradas de experiencia en estas circunstancias. Y a Australia le faltó creérselo; un error en la defensa propició que Lauren Hemp solo tuviera que empujar para llevar la ventaja al marcador. Le faltó creérselo y le sobraron centímetros, los que se desvió el disparo de Kerr tras una jugada en el área con un balón sin dueño que no terminó en la red cuando todo Aussie Stadium lo cantaba ya en el minuto 85.
Se lamentaba la capitana, que había tenido la ocasión más clara de cuantas se trabajó Australia para llevar el partido, al menos, a la prórroga; y aún se lamentaría más en la siguiente jugada, con una galopada y sentencia con la derecha. Estocada en el corazón de los australianos, que se despiden de las suyas en el Mundial, pero saben que ya han ganado muchas más adeptas para el futuro, que de eso también se trata un campeonato como este.
«Ha sido un partido de fuera de casa en un ambiente increíble en el estadio. Y ha sido un partido muy duro, pero hemos sabido encontrar otra vez el camino para ganar. Hemos marcado tres goles y hemos mostrado la garra de este grupo, tanto en defensa como en ataque. Estamos pegadas a un plan y volvió a funcionar», explicó la seleccionadora Sarina Wiegman, que vive en un continuo éxito desde que cogiera las riendas del banquillo inglés en 2021. Fue la primera jugadora en alcanzar las cien internacionalidades, y como seleccionadora es la primera que lleva a la final de un Mundial a dos países. Si en 2019 fue con Países Bajos, donde ella nació, en este 2023 hace que Inglaterra se estrene en el último partido de un torneo de este calibre. Campeona de Europa en 2022, apunta al doblete, si España lo permite.
Wiegman suma 38 triunfos a cargo del equipo, y solo una derrota. Después de 30 victorias consecutivas, llegó Australia y la cortó. Pero no fue el caso ayer, que ya han aprendido también las Lionesses a sufrir en este torneo. Regatearon la eliminación en octavos en la tanda de penaltis contra Nigeria; y volvieron a sufrir de lo lindo en cuartos ante Colombia.
Inglaterra desafía a España este domingo. Hay antecedentes para que unas y otras tengan hambre de revancha. Fue Inglaterra quien apeó a España de cuartos de la Eurocopa el año pasado, con dos goles en los últimos cinco minutos que todavía tienen clavados algunas de las jugadoras nacionales. El fútbol suele dar otra oportunidad y esta llega en lo más alto de calidad de ambas selecciones.
Australia, honores y cabeza alta en la despedida, se jugará el tercer y cuarto puesto contra Suecia el sábado 19.