La invasión rusa de Ucrania iniciada en febrero de 2022 ha tenido repercusiones en prácticamente todos los ámbitos políticos, sociales y económicos. El deporte también se ha visto afectado y un ejemplo de ello es el Chelsea. Las sanciones a los empresarios rusos provocaron que Roman Abramovich tuviera que vender el club tras 19 años como propietario, lo que desembocó en la llegada del nuevo dueño de la entidad londinense: Todd Boehly.
En mayo de 2022, el consorcio liderado por este empresario estadounidense asumió la propiedad de la entidad ‘blue’ en una operación que rondó los 5.000 millones de euros, la cifra más alta de la historia de una franquicia deportiva. Solo un presagio de la actividad económica que estaba por llegar en un equipo que se había proclamado campeón de Europa en 2021 y había acabado tercero en la Premier League de 2022.
El americano quiso dejar su impronta en cuanto tuvo oportunidad. Durante el pasado mercado estival, el Chelsea desembolsó más de 280 millones de euros para adquirir a jugadores como Fofana (80), Cucurella (65) o Sterling (56), todas ellas referidas a cantidades fijas de traspasos (no se tienen en cuenta las variables), según el portal especializado en fichajes ‘Transfermarkt’. Con apenas un mes transcurrido de su primera temporada, llegó el primer cambio de rumbo de Boehly. Optó por destituir a Thomas Tuchel, el técnico que había levantado la Champions.
Pese al cambio, el equipo no daba ninguna muestra de mejora. Al inicio del mercado invernal, el Chelsea ocupaba la décima posición y once puntos le alejaban de los puestos de Champions League. Fue entonces cuando Boehly revolucionó el panorama futbolístico tirando de billetera en la ventana de fichajes navideña, un recurso al que tradicionalmente recurren los clubes para realizar pequeños retoques o ajustes para mejorar el equipo, aunque en la última década ya venían siendo habituales puntuales fichajes millonarios en enero.
A golpe de talonario
El dueño del Chelsea renovó la plantilla a golpe de talonario. Casi 330 millones de euros repartidos entre ocho jugadores con el objetivo de cambiar la marcha del equipo. Los 121 ‘kilos’ gastados en Enzo Fernández y los 70 pagados por Mykhailo Mudryk acapararon la mayoría de la cifra total. Sin embargo, el nivel deportivo del Chelsea no mejoró con las incorporaciones. Finalizó la temporada duodécimo clasificado, a 17 puntos de los puestos europeos y a 27 de la Champions. Conociendo los precedentes, había pocas dudas sobre qué rumbo tomaría Boehly en este mercado de verano. A falta de diez días para el cierre de la ventana, el club londinense ha gastado ya 385 millones. Lo que significa un desembolso superior a la suma de los veinte equipos de la Liga española. Además, esa cifra le sitúa como líder en esta estadística por tercer mercado consecutivo. Stamford Bridge cuenta con ocho caras nuevas, entre las que destacan Moisés Caicedo (116), Romeo Lavia (62) y Christopher Nkunku (60), además de la llegada de Pocchetino como nuevo entrenador.
En un año y cuatro meses como propietario del Chelsea, Todd Boehly acumula un gasto de casi 1.000 millones de euros -996,59, exactamente-. Un desembolso desorbitado, mas aún atendiendo al pobre rendimiento deportivo del equipo hasta el momento y a la caída de ingresos debido a su ausencia en competiciones europeas. Si las prestaciones del conjunto londinense no mejoran tras la ingente inversión del estadounidense, su futuro en la capital inglesa podría verse comprometido.