Es el número uno del mundo, es un rival temido. Y, sin falsa modestia, no lo oculta: «Esos resultados vienen gracias al trabajo que estoy haciendo y los jugadores a los que me enfrento tienen que jugar a un gran nivel durante mucho tiempo para poder ganarme», dijo tras su victoria ante Alexander Zverev, en relación al formato de cinco sets de los ‘grandes’. «Me siento con ventaja en los Grand Slam», apostilló.
El murciano defendió que se ve «muy bien físicamente, muy bien mentalmente», algo que a sus rivales «les puede pesar y me puede dar ventajas en estos momentos».
Ganar a los mejores en cinco sets es mucha veces una montaña insuperable, incluso cuando lo tienes todo a tu favor. Lo sabe el rival de Alcaraz en semifinales, Daniil Medvedev, que vio cómo Rafael Nadal le levantó dos sets en contra en la final en Australia el año pasado. Lo ha demostrado Novak Djokovic en esta edición del Abierto de EE.UU., que dio la vuelta al mismo marcador frente a la insolencia de su compatriota serbio Laslo Djere.
Alcaraz, además, tiene tomada la medida a Medvedev. Este año le ha arrollado en la final de Indian Wells y en Wimbledon, donde apenas se desgastó en semifinales para tumbarla en tres sets (6-3, 6-3, 6-3).
«Por su parte, sí espero que haga algo distinto», reconoció sobre el ruso. Obviamente, va a intentar cosas diferentes. «Nosotros quizá hagamos algún cambio», dijo «pero tampoco voy a dar muchas pistas».