Transcurrido casi un tercio del campeonato liguero mucho se empieza a hablar de la poca pegada del Barcelona y su dificultad para concretar las ocasiones que genera. La lupa está puesta sobre Lewandowski y Joao Félix, los dos encargados, por galones, de llevar el peso ofensivo del equipo azulgrana. Aunque los números del polaco están lejos de su anterior campaña, que le encumbró como máximo goleador del torneo doméstico, aminora la crítica la lesión sufrida en Oporto, que le ha mantenido de baja casi un mes. Menos disculpa tiene Joao Félix, cuyo rendimiento ha ido aminorando como refleja su hoja de servicio: en sus primeros cuatro partidos con el Barcelona anotó tres goles (uno en Liga y dos en Champions) y repartió tres asistencias. En cambio, en los últimos nueve encuentros entre ambas competiciones no ha sido capaz de marcar ningún tanto y solo ha dado dos pases de gol. Unos datos que llevan al luso a presentar su peor arranque realizador en Liga desde que está en España, una sola diana en las 12 primeras jornadas (las tres primeras estaba aún en la disciplina del Atlético).
El rendimiento del luso ha descendido tanto que incluso Xavi le sustituyó el sábado en Anoeta (min. 69) en un momento en el que necesitaba el gol. El técnico prefirió a Lamine Yamal. El portugués se fue al banquillo contrariado y con gestos de rabia, consciente que no está atravesando su mejor momento.
Joao Félix había convencido a Xavi con sus actuaciones a principios de temporada. El técnico tenía otras preferencias durante la ventana estival de fichajes, pero su llegada se presentó como una oportunidad de mercado en la que tuvo mucha incidencia su agente, Jorge Mendes. Joao fue venciendo la resistencia del técnico, que siempre basa sus decisiones deportivas en la meritocracia, y se ganó un puesto en el once titular.
La explicación de Xavi
En el inicio de temporada Xavi supo dar con la tecla para ubicar al portugués en una zona de confort para él. Sus actuaciones generaron ilusión en la grada y debate en la secretaría técnica y la directiva. Joao está cedido hasta final de temporada y se empezó a especular con la posibilidad de que el Barcelona se quedara en propiedad al futbolista. Revalorizado, el Atlético de Madrid le tiene tasado en unos 80 millones de euros, cifra inalcanzable para el Barcelona en estos momentos. Las últimas actuaciones del luso seguro que han bajado el precio de salida que solicitará el club rojiblanco.
Desde el cuerpo técnico no le discuten la actitud y, de hecho, ante la Real Sociedad estuvo más activo que Lewandowski. Joao entró en juego y pudo forzar un penalti al filo del descanso. Reclamó vehementemente pero el árbitro no lo concedió y tal vez esa acción le descentró en la segunda parte. Su lenguaje corporal, sentado en el banquillo, era elocuente. Ni el gol de Araujo en la prolongación le calmó.
«El empate no nos valía. Hemos hecho cambios para ganar. Hemos ido a por el partido. Ellos han notado el cansancio. Son tres puntos vitales para la clasificación», justificaba Xavi cuando se le preguntaba por las sustituciones, entre las que estaba la de Joao Félix. El técnico había acabado el partido muy enfadado por la imagen dada por el equipo y exigió «autocrítica». «Hoy es un ejemplo de lo que no hay que hacer, sobre todo en intensidad. Es algo inaceptable. No puede ser. Pero ganar y no estar bien también es de un equipo campeón. Es una victoria de oro. Vital. Estoy seguro de que será un punto de inflexión», explicó.
Joao Félix deberá aplicarse para recuperar su mejor tono, futbolístico y anímico, si no quiere regresar en junio al Atlético de Madrid, donde sabe que no entra en los planes de un Simeone que ya tiene un acuerdo cerrado para renovar hasta 2027.