Christopher Wray fue nombrado director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) por Donald Trump en 2017. Una vez asumido el cargo reivindicó su independencia y desde entonces se ha ido convirtiendo en una obsesión para el Partido Republicano, que le acusa sin pruebas a él y al fiscal general, Merrick Garland, de aplicar un doble rasero en la administración de justicia, sobre todo por sus investigaciones sobre Trump. Este miércoles, Wray ha comparecido en la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes por primera vez desde que los republicanos tienen la mayoría. Han arremetido contra él con todo tipo de acusaciones de partidismo y teorías conspiratorias. El portavoz demócrata, Jerry Nadler, ha resumido: “El FBI se ha atrevido a hacer a Trump responder de sus actos, así que los republicanos tienen que desacreditar al FBI a cualquier precio”.
La convocatoria de la sesión de este miércoles dejaba claro su propósito: examinar “la politización de la principal agencia policial del país bajo la dirección del director del FBI, Christopher Wray, y del fiscal general, Merrick Garland”. Ya desde el principio, al recitar protocolariamente el juramento a la bandera, los congresistas republicanos han elevado la voz en la última frase, que habla de “libertad y justicia para todos”.
La gran paradoja es que los republicanos se han presentado siempre como el partido de la ley y el orden y ahora ejercen casi como una formación antisistema. Eso ha dado la vuelta a la tortilla y el Partido Demócrata, con frecuencia crítico con las fuerzas de seguridad, es el que sale en su defensa. La otra paradoja es que, pese a las elocuentes fotografías de los documentos descubiertos en Mar-a-Lago, la mansión del expresidente en Florida, a quien cuestionen los republicanos sea al FBI por el registro y no a Trump por su conducta ilegal, por la que está acusado de 37 delitos. “La estrategia es simple, en realidad. En caso de duda, investigar a los investigadores”, ha dicho Nadler de los republicanos.
La comparecencia se producía pocas semanas después de que el hijo menor del presidente, Hunter Biden, llegara a un acuerdo con el Departamento de Justicia para declararse culpable de delitos fiscales menores. Jordan y otros legisladores republicanos lo consideran “trato de favor”, el último ejemplo de un “sistema judicial de doble rasero” y de un uso de la justicia como arma política contra los republicanos y en favor de los demócratas.
La sesión ha sido tan bronca como cabía esperar. Los congresistas republicanos interrumpían constantemente a Wray sin apenas dejarle explicarse. Uno de los más agresivos ha sido el congresista por Florida Matt Gaetz, que ha empezado leyendo un mensaje de Hunter Biden, hijo del presidente Biden. El mensaje no es concluyente, pero los republicanos lo ven como supuesta prueba de corrupción de Biden cuando era vicepresidente de Barack Obama y, según sus teorías, se está permitiendo que quede impune por razones políticas. “¿Está protegiendo a los Biden?”, le ha espetado en tono muy bronco. “Absolutamente no, el FBI no tiene ningún interés…”. Y Gaetz le cortaba una y otra vez, descalificando personalmente a Wray casi a gritos.
Por momentos, los republicanos parecían intentar abonar la teoría sin fundamento de que el asalto al Capitolio fue una especie de montaje, sugiriendo que agentes encubiertos del FBI tenían la responsabilidad, lo que Wray ha considerado “ridículo“. La congresista Zue Lofgren ha salido al paso: “Es triste que la mayoría [republicana] esté dedicándose a teorías de la conspiración y a esfuerzos por intentar desacreditar a una de las principales agencias de cumplimiento de la ley de Estados Unidos”.
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El representante Jim Jordan, republicano de Ohio, presidente de la comisión, había estado preparando el terreno para la comparecencia de Wray desde que la Cámara se constituyó con mayoría republicana en enero. Se han celebrado audiencias con antiguos agentes del FBI, ejecutivos de Twitter y funcionarios federales para defender la tesis de que el FBI ha estado usando corruptamente sus poderes contra Trump y los conservadores.
“Para los republicanos, esta audiencia es poco más que arte escénico. Es un elaborado espectáculo diseñado con solo dos propósitos en mente: proteger a Donald Trump de las consecuencias de sus actos y devolverlo a la Casa Blanca en las próximas elecciones”, ha afirmado el demócrata Nadler.
En su intervención inicial, Wray había dicho que quería “hablar de la enorme amplitud e impacto del trabajo que los 38.000 empleados del FBI están haciendo, todos y cada uno de los días”. “El trabajo que hacen los hombres y mujeres del FBI para proteger al pueblo estadounidense va mucho más allá de una o dos investigaciones que parecen acaparar todos los titulares”, ha subrayado, explicando su labor frente a los delitos violentos y el tráfico de fentanilo, entre otros. “Ese es el FBI real”, ha dicho. No ha tenido suerte: las preguntas han sido sobre los casos de los titulares.
Ha habido un congresista republicano que ha sugerido la idea de dejar sin financiación al FBI, a lo que su director ha respondido contundente: “Perjudicaría al pueblo estadounidense, a los barrios y comunidades de todo el país, a las personas que estamos protegiendo de carteles, delincuentes violentos, miembros de bandas, depredadores, terroristas extranjeros y nacionales, ciberataques… A quienes ayudaría sería a esas mismas bandas y carteles violentos, terroristas extranjeros, espías chinos, piratas informáticos, etcétera”.
Wray ha aguantado estoico el tercer grado al que le han sometido los republicanos, contrargumentando con agilidad cuando le han dejado. Solo ha habido un momento en que la tensión ha dejado paso a unas risas. “¿Usted era el socio de una firma de abogados internacional antes de aceptar una drástica rebaja de sueldo para dirigir el FBI?”, le ha preguntado el congresista demócrata Hank Johnson. “Sí, es algo que mi mujer me recuerda de vez en cuando”, ha contestado el director del FBI.
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