El hallazgo de trazas de legionela en el sistema de agua del Bibby Stockholm, la nave que desde esta semana aloja a migrantes irregulares en la costa sur de Inglaterra, ha motivado la evacuación temporal del controvertido barco. La detección de la bacteria, que puede causar dolencias respiratorias, en algunos casos mortales, se produjo a raíz de pruebas rutinarias acometidas antes del traslado de los solicitantes de asilo, que comenzaron a llegar el pasado lunes. De momento, ninguno de los 39 muestra síntomas de contagio, pero su salida temporal ha renovado las críticas al Gobierno, por haber procedido a relocalizarlos sin esperar al resultado de los estudios sobre la salubridad de las instalaciones.
La preocupación por un potencial brote sanitario había motivado ya retrasos en la puesta en marcha del primer experimento emprendido en el Reino Unido para habilitar centros flotantes para lidiar con el aumento de llegadas a través del canal de la Mancha. Las autoridades sanitarias del condado de Dorset, donde el barco se encuentra atracado, habían advertido del impacto que podía suponer un brote a bordo, tanto para los residentes como para el personal que trabaja en la estructura, usada anteriormente para hospedar a empleados del sector del gas y del petróleo.
El Ministerio del Interior, responsable de la gestión de la inmigración y foco de polémica por el endurecimiento de la política en la materia, ha tratado de anticiparse a la condena y ha defendido que evacuar el barco supone “ir más allá” de las pautas establecidas por la Agencia de Salud y Seguridad del Reino Unido (UKHSA, en sus siglas en inglés). Según ha informado la BBC, el organismo, que tiene como cometido velar por la salud pública y supervisar el riesgo de enfermedades infecciosas, ha recomendado nuevas pruebas del suministro de agua y un equipo del departamento de Salud Ambiental del condado de Dorset ha realizado también estudios adicionales.
El Gobierno ha aclarado que las trazas detectadas afectan exclusivamente al sistema de la nave, por lo que nada sugiere que haya riesgo directo para el área de Portland, donde el tanque se halla amarrado, ni que provenga de agua procedente del exterior de las instalaciones. Pero dada la controversia generada por una medida censurada tanto por miembros del Partido Conservador como por colectivos humanitarios, la mera detección de una bacteria potencialmente mortal agudiza la disputa sobre el trato a los inmigrantes por parte del Ejecutivo de Rishi Sunak.
El Bibby Stockholm constituía la iniciativa más simbólica de la renovada mano dura con la que el Gobierno pretende disuadir a los migrantes de cruzar irregularmente el canal de la Mancha. El plan, que lleva por nombre genérico Stop the Boats (‘Parar los botes’, en referencia a las embarcaciones que llegan al litoral, la mayoría desde Francia), forma parte de las cinco grandes tareas que Sunak se ha autoimpuesto para su mandato y responde a la prioridad que los británicos siguen otorgando a la inmigración, según los sondeos. En los últimos cinco años, más de 100.000 personas han llegado hasta la costa sur de Inglaterra y una encuesta reciente de YouGov revela que la mitad de los británicos considera aceptable alojarlos en barcos mientras se resuelven sus solicitudes de asilo, frente a un mero 19% que lo ve completamente inadmisible.
Recursos legales
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El objetivo de este proyecto piloto es albergar a medio millar, todos hombres de entre 18 y 65 años, más del doble de la capacidad para 222 personas del Bibby Stockholm. Desde que el traslado comenzase el lunes, decenas de relocalizaciones han sido truncadas por una cadena de recursos legales que tienen en cuenta, entre otros, el profundo trauma de aquellos llamados a trasladarse a la nave. Los 39 que llegaron a ser reubicados no regresarán a la embarcación hasta que el suministro de agua quede completamente saneado, si bien se desconoce dónde residirán hasta entonces.
Para los grupos que se oponían a la medida, liderados por la plataforma No To The Barge (No Al Barco), el hallazgo de legionela confirma las alertas enarboladas desde el principio, especialmente dadas las serias consecuencias que acarrea la bacteria. La legionela habitualmente aparece en ríos y lagos, pero también crece en depósitos de agua y cañerías, y supone un problema cuando llega a los pulmones. Una mera ducha constituye una amenaza, debido al vapor y al agua rociada, que contienen trazas que, una vez en el organismo humano, pueden generar neumonía e, incluso, la muerte.
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