Un inesperado problema ha ensombrecido parcialmente el lanzamiento del iPhone 15: el buque insignia de Apple se recalienta en exceso en algunas ocasiones y la compañía se ha visto obligada a reconocer este problema. La buena noticia para quienes hayan adquirido este terminal es que el fabricante promete que solucionar este problema de forma urgente y mediante una actualización de software. Esto es importante, puesto que se descartaría un problema de diseño.
Cabe destacar que este nuevo modelo de iPhone, en su versión Pro, está fabricado sobre un chasis de titanio, un material mucho más resistente, pero sobre todo, más ligero. Este ambicioso salto en materia de diseño ofrece una gran ventaja al usuario del móvil: su ligereza en la mano. Sin embargo, los problemas de temperatura que han comenzado a invadir la red han desatado temores entre sus poseedores ¿Será el cambio de material el causante del sobrecalentamiento?
Un ‘heatgate’ que no sabe a nuevo
Según decenas de testimonios que se han visto estos días en redes, los primeros compradores del nuevo modelo comenzaron a notar un calor excesivo en determinadas situaciones. ¿Se trata de una percepción parcial o el calor era real? Unas mediciones llevadas a cabo mediante una cámara térmica concluyeron que estábamos ante lo segundo: la parte trasera del móvil podía superar los 46 grados, unos registros muy superiores a lo que puede considerarse como normal, sobre todo en un móvil de esta categoría.
En los foros y redes sociales se centró el problema en dos escenarios fundamentales: mientras se cargaba el dispositivo y mientras se ejecutaban determinadas aplicaciones, algunas de ellas muy populares, como Instagram. Los fantasmas del antennagate revivieron entre la legión de seguidores de la marca por el paralelismo de la situación. Ese incidente tuvo lugar también tras un cambio en el diseño del hardware del dispositivo, cuando Apple optó por integrar la antena del iPhone (en su modelo 4) en el contorno del móvil. Apple echó un poco más de gasolina al incendio apuntando al dedo acusador al propio usuario por no sujetar bien el móvil: “simplemente, no lo sujetes así”, que sugirió el genial Steve Jobs. Sin embargo, la compañía terminaría por regalar a todos los afectados unas fundas que disipaban este problema y despidiendo de forma fulminante a uno de los ingenieros responsables de este nuevo diseño.
“Al final, las pruebas las hacen los que corren a comprar los primeros días el nuevo iPhone”, explica Julio César Fernández, director de Apple Coding Academy. Este experto recomienda —hasta que Apple presente soluciones efectivas— “eliminar los procesos en segundo plano”, de las aplicaciones que más “calores” generen. Para ello, basta con ir a Ajustes y la aplicación que se desee restringir y desactivar la casilla ‘Actualizar en 2º plano”.
Apple admite e identifica los problemas
Todo parece indicar que se trata de un problema de software y, como tal, enmendable mediante una actualización de software. En este sentido, Apple no ha emitido un comunicado oficial ni ha respondido a la solicitud de este periódico, pero sí ha reconocido el problema ante un periodista de CNET. Con un “hemos identificado unas pocas situaciones que podrían causar que el iPhone aumentara su temperatura más de lo esperado”, el fabricante confirma el recalentamiento y apunta a tres posibles causas y soluciones:
- Un error en iOS 17: la empresa ha identificado un problema en iOS 17 (la versión en curso), que “afectaría a algunos usuarios y que será solucionado mediante una actualización de software”. El informador de la compañía no ha dado más detalles sobre este problema ni su implicación en el recalentamiento.
- La actividad en segundo plano durante la restauración: se trata de una situación bien conocida por los usuarios de iPhone que migran de un modelo a otro restaurando de copias de seguridad que se ejecutan en segundo plano.
- Problema de software de terceros desarrolladores: Apple apuntaría con el dedo acusador a las actualizaciones de aplicaciones tan populares como Instagram o Uber, que estarían detrás de una “sobrecarga del sistema”.
Apple promete soluciones, pero no ha especificado plazos. En una respuesta a EL PAÍS una vez publicado este artículo, fuentes de la compañía desmiente que se reducirá el rendimiento del procesador con la actualización que soluciona el problema., y confirman que el titanio disipa mejor el calor que el acero.
En cualquier caso, uno de los temores entre los propietarios de esta versión Pro es que una de las soluciones pase por reducir la velocidad del procesador, o lo que es lo mismo, hacer que el iPhone vaya más lento, todo un jarro de agua fría para quienes habrían invertido una suma considerable para este modelo premium. Aunque esto último no parece probable, ya que el fabricante estadounidense ya fue sancionado por un motivo semejante por parte de la Unión Europea.
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