Llevar una alimentación adecuada es fundamental para el desarrollo infantil. Sin embargo, es común que los niños sean selectivos con lo que comen y prefieran unos alimentos a otros. Aunque algunos niños desarrollan una aversión tan intensa a ciertas comidas que los padres no saben cómo actuar. En ese sentido, la Doctora Cindy Gellner, especialista en pediatría de la Universidad de Utah, ha compartido diversas estrategias para ayudar a los progenitores a lidiar con esta situación.
Según Gellner, la etapa de ‘picoteo’ típicamente ocurre entre el primer y quinto año, cuando los niños empiezan a definir sus preferencias alimentarias. «Cuando los niños comienzan a comer sólidos, pueden tener reacciones fuertes a ciertos sabores y texturas», explica.
Para Gellner, uno de los consejos más importantes para los padres es no frustrarse, ya que esta etapa acabará pasando. «Al igual que aprender a hablar, el niño tarda tiempo en aprender a ser un buen comedor», manifiesta Miranda Reynolds, dietista clínica de la Universidad de Utah.
Pautas para ayudar a un niño con problemas con la comida
Según la experta en pediatría, estas son algunas recomendaciones para ayudar a los niños a ser menos selectivos incluyen:
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Establecer horarios regulares de comidas y meriendas: Es importante que los niños coman en la mesa y que eviten el consumo de leche o zumos en las comidas, ya que estos pueden reducir su apetito. Por tanto, se recomienda ofrecer solo un vaso pequeño de agua mientras comen. Asimismo, si el niño todavía usa biberón, se recomienda cambiarlo por un vaso, ya que esto puede hacer que beba menos y coma más.
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No preparar comidas separadas: Es crucial que el niño aprenda a comer lo mismo que el resto de la familia y ofrecer comidas diferentes puede enseñarles a rechazar nuevos alimentos, ya que siempre recibirán algo que les gusta.
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Evitar presionar al niño para que coma: Es importante respetar su capacidad para escuchar a su cuerpo. Ofrecerle una pequeña porción de un nuevo alimento sin obligarle a comérselo puede facilitar su aceptación con el tiempo.
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Respetar las señales de hambre y saciedad del niño: No obligar al niño a terminarse todo el plato y animarlo a dejar de comer cuando se sienta satisfecho es fundamental. Los niños tienen estómagos más pequeños y es normal que coman menos que los adultos.
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Involucrar al niño en la planificación y preparación de las comidas: Dejar que elijan frutas, verduras y otros alimentos saludables en el supermercado y participar en la preparación de las comidas, para desarrollar su creatividad y curiosidad mientras se divierten.
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Ser un buen ejemplo a la hora de comer: Comer alimentos sanos y variados, evitar comentarios negativos sobre la comida y crear un ambiente tranquilo y sin distracciones.
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Evitar los sobornos: Usar postres como recompensa puede tener efectos negativos a largo plazo y fomentar hábitos alimentarios desordenados. Tampoco se debe usar la comida como castigo.
La doctora Gellner asegura que comer de forma selectiva es una conducta normal en los niños y no necesariamente indica un problema grave si están creciendo bien en altura y peso. «Si su hijo está creciendo bien, es probable que se trate de un comportamiento normal y no de una causa médica grave», señala.
¿Cuándo la selectividad con la comida se convierte en un problema?
Sin embargo, si la selectividad persiste más allá de los 6 años, puede ser momento de buscar otras causas y hablar con un pediatra. En algunos casos, trabajar con un dietista puede garantizar que el niño reciba la nutrición adecuada. Además, Gellner sugiere informar al pediatra si hay antecedentes familiares de ansiedad o autismo, ya que esto puede ayudar a identificar posibles problemas desde el principio.