Llegó como Balón de Oro, pero con una lesión todavía pendiente en su rodilla. Se midieron los tiempos de evolución y de juego. Quince minutos un partido, media hora otro, probar la pierna, la compenetración con las compañeras, un año sin entrenar, que se nota mucho en una jugadora de élite. Y quiso no exponerse más de lo necesario, solo los minutos del campo y sonrisas al pasar por la zona mixta sin detenerse. Hasta hoy, con la medalla de oro colgada al cuello, con el título de campeona del mundo ya en su currículo, Alexia Putellas habló. Y se acordó de las que fueron antes: «Estoy contenta por toda la gente que se siente partícipe de esto, por mi familia. Ha sido un año muy duro. Por todas las compañeras, las pioneras que han aportado. Que lo sientan suyo», explicaba la doble ganadora del Balón de Oro.
Se le preguntó por ese rol que ha tomado en este Mundial, con menos momentos brillantes, pero ánimos para todas en los goles y celebración como una más. «Yo no entiendo esto de roles secundarios o principales. Donde somos más felices todas es jugando en el verde. Pero este es fútbol y un día te toca a ti y otro día a otra. Para mí hay algo clave que es el respeto entre nosotras y el compañerismo. Me alegro por la que metió el gol para estar en la Eurocopa hace diez años y hay que alegrarse por la que marca ahora».
No recuerda bien qué pensó en cuanto la árbitra pitó el final, pero sí que hubo lágrimas: «Seguramente me he puesto a llorar, como últimamente», bromeó. Tampoco se acuerda de la presión externa que ha llevado en el último curso. Es una jugadora de élite. Va en el precio que debe pagar.
Explicó este año duro en lo emocional y en lo físico, que van de la mano: «Este año ha sido un máster para mí, he aprendido muchísimo de cómo va esta industria. Conocer otra cara del fútbol, no quiero decir del fútbol porque es industria. Antes era jugar cada tres días, pero he estado un año parada y abres la vista y ves muchas cosas y conoces cómo va todo. Es aprendizaje. Me quedo con eso».
Y también mandó mensaje después de todo este curso tan complicado con reivindicaciones de parte de las jugadoras: «Personalmente me da rabia porque parece ser que no es una cosa de un sitio, es muy repetitivo. Fifa se tiene que dar cuenta. Muchos países han estado con peleas que llevan a cabo las jugadoras, y eso es un sobreesfuerzo. Las jugadoras se tiene que centrar en cuidarse y entrenar y dejarlo en todo en el campo. Toda la energía que canalizas en planes estratégicos y demás la pierdes. Somos jugadoras, eso lo tiene que hacer alguien. Y se ha visto que a la mínima que se cree un poco y se dota de facilidades básicas se puede conseguir».