El pasado viernes asistía emocionada en Las Rozas a la rueda de prensa que su hijo, Luis Rubiales , ofrecía para defenderse de todas las acusaciones recibidas tras el beso que le dio a Jenni Hermoso durante la entrega de medallas tras la final del Mundial, en Sidney. Ayer, sobrepasada por la presión y las continuas informaciones sobre su hijo, Ángeles Béjar decidió encerrarse en la iglesia de la Divina Pastora de Motril y declararse en huelga de hambre indefinida. Al menos hasta que se encuentre una solución a la «cacería inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece». Ángeles, que hasta hace poco regentaba una peluquería en Motril, aprovechó junto a su… Ver Más
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