Jorge Vilda respira feliz. Si ya dormía bien sus siete horas diarias, hoy lo hará con más oxígeno en los pulmones. Había equipo y una mejor versión de España y se ha visto ante Suiza. «Yo sé qué es esta profesión e intento disfrutar cada día. Nunca sabes cuánto tiempo estarás en un banquillo ni cuándo será tu último entrenamiento Intento aprovechar y disfrutar de un partido de esta envergadura, en un Mundial, con familiares. Así me siento ahora mismo: muy feliz». Clasifica por primera vez a esta selección en unos cuartos de final de un Mundial. Igual son más de siete horas de sueño esta noche. Porque la pasada estuvo calibrando qué once podría ser el mejor ante Suiza. Y ha sido un once, y un quince, con los cambios, perfecto. Aunque indica que todavía se puede mejorar.
«Lo primero felicitar a mis jugadoras. Han estado muy bien. Hoy se ha demostrado que es un equipo de 23. Han jugado todas menos Enith Salón. El partido ha salido bien, encarado a nivel competitivo los duelos y las segundas jugadas que hemos insistido. Hemos llegado a las áreas, nos gustaría haber dominado sobre todo en la segunda parte. Es raro que no hayamos metido en balón parado. Incluso los cambios han funcionado bien. Llegaron más de lo que deberían. n día feliz. hemos metido goles, hemos podido meter más. Y estamos haciendo historia. Pero si queremos estar en semis tenemos que mejorar», analizó el seleccionador nada más terminar el partido.
Reflexiona que no se ha quitado ningún peso de encima, a pesar de que desde algunos sectores se indicaba que el de Suiza podría ser un ultimátum para Vilda: «Nos alegramos por todo el mundo que está feliz por nuestro juego. Era un día importante para todos, también la selección. Tenía la confianza de que íbamos a pasar. Lo que me transmitían es muy bueno; aunque tenemos que mejorar para estar en semis».
Hubo una revolución en el once, con cinco cambios, incluido el de la portería: Cata Coll por Misa, y los cambios funcionaron. Y, sin embrago, regaló halagos para todas, quitándose de en medio: «El mérito es de mis jugadoras, de las que salen al campo, hacen los pases, los goles. Pienso que tengo a las 23 mejores jugadoras del mundo, España es un equipo con las 23 mejores jugadoras del mundo. Japón nos hizo una herida, cicatrizó y se nos ha quedado esa cicatriz, perdurará mucho tiempo, no va a desaparecer. Analizamos lo que podíamos hacer, entrenamos, analizamos al rival, vimos cómo podíamos atacar a Suiza y elegimos a las once que pensamos que estarían en la mejor disposición para afrontar el partido. La decisión se tomó anoche«.
Destacó a las 23, lo bien que lo habían hecho, pero también la labor de Javier López Vallejo, entrenador de porteras y ahora psicólogo del equipo: «Tener a López Vallejo es un privilegio. Hasta ahora no habíamos tenido un psicólogo, y reconozco que tenía mis reticencias. Pero es una figura muy importante y pronto se ganó el respeto y la confianza de las jugadoras. Hace trabajos colectivos e individuales y el puesto de la portería es importante a nivel mental. Todo trabajo rinde y tiene sus frutos».