La relación entre Universidad y Empresa atraviesa, en tiempos de disrupción tecnológica, una etapa especialmente desafiante, en un entorno en el que en breve se crearán empleos y ocupaciones insospechadas hasta hace poco tiempo. El trabajo y las personas del siglo XXI centraron la charla-coloquio, del Foro ABC Educación ‘Claves en la ruta hacia la empleabilidad’, en colaboración con la Universidad CEU San Pablo, celebrado el martes 4 de julio en la sede de Vocento-ABC.
Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo; Juan Manuel Rueda, director general de Personas, Organización y Comunicación de Santalucía; María-José Sánchez Fernández, directora de Recursos de Energías Renovables, Nuevas Empresas e Innovación de Naturgy y Carlos Cerezo, director general de Recursos Humanos de Ferrovial participaron en el encuentro moderado por el periodista Alberto Velázquez.
Una confluencia universidad-empresa sobre la que Visiedo consideró que debe reforzarse «el proceso de adaptación a la nueva realidad social. Por ello, debemos escucharnos activamente, para poder adaptar nuestros programas formativos a los nuevos conocimientos y competencias. Las empresas (hay muchas que ya están en esta línea) deben escuchar a los universitarios, al talento joven que se está formando, para que sepan qué piensan y qué esperan».
Más tiempo juntos
Rueda amplió el concepto de ‘escucha’ al de ‘pasar más tiempo juntos‘, con la sugerencia de que los profesores también formen parte de la relación entre instituciones. «Nuestra colaboración, con el apoyo del sistema educativo en su totalidad, es esencial para mejorar la competitividad española, una colaboración que debe ser permanente. Hay camino recorrido, pero debemos ir a más». En este contexto, Sánchez Rodríguez destacó cómo en Naturgy «trabajan cuatro generaciones diferentes, por lo que nuestra gestión es gestionar esa diversidad en un entorno de cambio constante, para que cada cual aporte lo mejor de si mismo».
No tardó en reivindicarse la importancia de las ‘soft skills’, las habilidades transversales, en esta ruta hacia la empleabilidad, y como compañeras de viaje en todo el recorrido profesional. En este sentido, Cerezo señaló cómo en Ferrovial ya se está trabajando desde hace tiempo en ellas «son muy importantes, más aún en un trabajo como el nuestro, de gran proyección internacional. Desde 2007, nuestra universidad corporativa sumaba este tipo de habilidades a los conocimientos técnicos, por lo que capacidades como las de liderazgo, comunicación, etc. son muy tenidas en cuenta».
Visiedo coincidió en subrayar la importancia de este ‘factor humano’ en la era de la Cuarta Revolución Industrial: «Formamos al alumnado para depositar en ellos, con confianza, el futuro de la sociedad. Se suele oír que los jóvenes no saben expresarse, que no saben redactar, pero hay que decir que están muy avanzados en competencias digitales, en idiomas, que son más propensos a la movilidad internacional… Les formamos desde un amplio espectro, integral, desde el propio programa académico a las importantes habilidades transversales, que forjan actitudes y valores… Todos deberíamos examinarnos de pensamiento crítico».
De interés social
La rectora del CEU (más de 9.000 convenios con empresas, un 94% de inserción laboral en grado, 95% en posgrado) comentó iniciativas como los Programas Aulas-Empresa, el Consejo Asesor de la Empleabilidad o la creación de la Clínica Pro-bono en la Facultad de Derecho -Premio ‘ABC Solidario-‘, propios de una universidad que ha publicado recientemente estudios como el elaborado junto a Randstad Research o el de Ikerfel.
Una actividad atenta a la empleabilidad, como también destacaron los representantes de Santalucía (con su campus-universidad corporativa) y Naturgy, con el programa de empleo a personas menores de 30 años y promoción del empleo femenino como partes de su Plan Estratégico. Con una ‘matera prima’ que convierte la recurrente frase de ‘la generación mejor formada hasta la fecha’ en realidad, como indicó Rueda: «Soy optimista, más aún con una generación que ha vivido las crisis de 2008, de 2019, la actual… Tienen mayor capacidad de adaptación al cambio, con la percepción de la tecnología como una ‘commodity’». Y en todo caso, como coincidieron Sánchez-Fernández y Cerezo, con un menor interés por el dinero y con mayor disposición a la rotación («hay más casos que antes en los que se plantean cambiar de rumbo al año o a los dos años»).
La evidencia de la importancia de ‘aprender a aprender’, la reivindicación del papel de las Humanidades, la necesidad de un mayor apoyo por parte de las administraciones públicas, el concepto de ‘fidelización’ más que de ‘retención’ cuando se habla de talento, o la relevancia de la formación continua (y de reinventarse) fueron otras de las variables del camino hacia la empleabilidad destacadas durante el encuentro. Años, décadas, en las que creatividad y tecnología cotizarán juntas al alza, apoyadas por una mayor colaboración entre universidad y empresa.